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El líder indígena aseguró que las elecciones actuales no son “libres ni legítimas” y denunció la exclusión de candidatos y organizaciones políticas.

Evo Morales rechaza presencia de misión de la OEA en elecciones bolivianas

Evo Morales rechaza presencia de misión de la OEA en elecciones bolivianas

El expresidente de Bolivia, Evo Morales, cuestionó este jueves la presencia de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) para las elecciones generales que se celebrarán el próximo domingo. Según Morales, este organismo internacional respalda intereses “imperiales” y busca legitimar un proceso que considera “antidemocrático”.

“Así como en 2019 la OEA llegó para avalar el golpe de Estado que abrió las puertas a la derecha, hoy, en 2025, viene a bendecir un proceso electoral diseñado a la medida de los intereses imperiales”, escribió el exmandatario (2006-2019) en la red social X.

Desde 2020, la OEA ha acompañado cada proceso electoral boliviano, aunque su presencia ha sido cuestionada tanto por Morales como por el Gobierno de Luis Arce, quienes acusan al organismo de complicidad en la crisis política de 2019. En aquella ocasión, un informe preliminar de la OEA denunció irregularidades y “operaciones dolosas” que derivaron en la anulación de los comicios y la renuncia de Morales.

El líder indígena aseguró que las elecciones actuales no son “libres ni legítimas” y denunció la exclusión de candidatos y organizaciones políticas. “Es una farsa con vicios de nulidad que busca expulsar al movimiento indígena, obrero y campesino de la democracia. Pretenden borrar del mapa político a quienes nunca nos rendimos ante el saqueo y la sumisión”, afirmó.

Aunque Morales no participa como candidato, mantiene un enfrentamiento con el presidente Arce por el control del Movimiento al Socialismo (MAS). En medio de esa pugna interna, el exmandatario quedó sin partido y ha impulsado una campaña para promover el voto nulo.

En junio, grupos afines a Morales bloquearon carreteras para exigir su habilitación electoral, pese a que la Constitución le prohíbe volver a postularse tras gobernar tres mandatos consecutivos. Las protestas no lograron su objetivo, pero dejaron en evidencia la fractura dentro del oficialismo.

El próximo domingo, los bolivianos elegirán presidente, vicepresidente y parlamentarios para el periodo 2025-2030. Las encuestas anticipan una posible segunda vuelta entre el empresario Samuel Doria Medina y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga (2001-2002), ambos opositores al MAS, aunque persiste un alto porcentaje de indecisos y de electores dispuestos a anular su voto.

La misión de la OEA, integrada por expertos internacionales, ha declarado que su presencia busca “garantizar la transparencia y fortalecer la confianza en el proceso electoral”. Sin embargo, para Morales y sus seguidores, este acompañamiento es una intromisión que revive el fantasma de 2019, año que el MAS califica como “golpe de Estado” y la oposición como “fraude electoral”.

Mientras el país se prepara para una jornada decisiva, el clima político sigue marcado por la desconfianza y la confrontación interna. Con el voto nulo como bandera de protesta y una ciudadanía dividida, Bolivia encara unos comicios que podrían definir no solo a su próximo presidente, sino también el rumbo de su democracia.

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