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Primer caída de inmigrantes desde 1960 (-1.4 millones) y la más intensa desde la deportación de mexicanos en los años 30, que agravó la Gran Depresión

EU pierde 750 mil trabajadores inmigrantes: Trump celebra, pero está incubando un error histórico

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Represión Trabajadores en una granja de California desafían con banderas mexicanas a agentes del ICE durante una redada (EFE)

Estados Unidos perdió 1.4 millones de migrantes netos (legales o sin papeles) en el primer semestre de 2025, de los que más de la mitad eran trabajadores, debido a la agresiva política antiinmigrante del presidente Donald Trump, quien ambiciona expulsar en su segundo mandato a entre diez y doce millones de personas, sin calcular el grave daño laboral y demográfico, como ya sucedió en el pasado tras una deportación masiva de mexicanos.

Un informe publicado este jueves del Pew Research Center, referente en el estudio demográfico del país, reveló que la población inmigrante en EU pasó de 53.3 millones en enero, cuando regresó a la Casa Blanca el magnate populista republicano, a 51.9 millones, lo que significa que hay 1.4 millones de inmigrantes menos, una caída histórica de 2.6%. La última vez que esto ocurrió fue en 1960 y las consecuencias fueron nefastas.

Con ello, la proporción de inmigrantes en la población estadounidense cayó de un máximo histórico de 15.8% en enero a un 15.4% en junio, detalló el centro de investigación, tras enumerar 181 acciones ejecutivas para restringir la llegada de migrantes o deportarlos.

“La reducción de inmigrantes es significativa porque es la primera vez que sucede en más de medio siglo y la última vez que se vio una caída tan brusca fue durante la Gran Depresión (en 1929)”, declaró el director de investigación sobre raza y etnicidad del Pew Research Center, Mark López.

750 mil trabajadores menos

El dato histórico, celebrado por los republicanos, revela no obstante un elemento preocupante: el mercado laboral estadounidense ha perdido 750,000 trabajadores. De hecho, por primera vez en décadas la fuerza laboral inmigrante ha caído por debajo del 20% y se sitúa en el 19%.

Esta situación está provocando quejas principalmente en el sector agrícola, con patronos que ahora se quejan porque no tienen quien siembre o recoja la cosecha, y en el sector servicios, como en las residencias de ancianos, que denuncian que los estadounidenses no quieren cubrir las plazas que están quedando vacantes de inmigrantes, tratados ahora por el gobierno como ilegales y criminales.

“Y datos preliminares de julio también sugieren que la caída ha continuado aún más. ¿Por qué sucede esto? Hay diferentes razones. Primero, hay menos inmigrantes viniendo al país”, con desplomes históricos de arrestos en la frontera sur, expuso López, quien también señaló el incremento drástico en las deportaciones y las medidas para que los inmigrantes retornen voluntariamente a sus países.

Pero también enunció las medidas del mandatario que han resultado en menores cruces desde la frontera con México, el incremento en las deportaciones, y el impulso para que las personas abandonen el país de forma voluntaria.

Lillian Divina Leite es una de las inmigrantes que optó por usar el nuevo programa de autodeportación del gobierno para regresar a Brasil.

Leite, de 46 años y empleada doméstica en Charlotte, Carolina del Norte, comentó que empezó a entrar en pánico al ver que los inmigrantes eran perseguidos como criminales empedernidos. “Me asusté mucho”, dijo Leite, quien perdió su estatus legal después de exceder los seis meses permitidos en su visa de turista.

“Pensé: ‘No he hecho nada malo en mi vida’”, dijo, “y de repente podrían encarcelarme”.

La historia amenaza con repetirse

Al calor de esta publicación de Pew Research, el diario “The New York Times” publicó este jueves que la administración Trump debería releer la historia antes de aplaudir la salida neta de inmigrantes.

“Funcionarios aplaudieron la salida neta de inmigrantes, afirmando que la presión sobre los servicios públicos se ha aliviado y que los mercados laborales se han recuperado. Sin embargo, los expertos predicen consecuencias económicas y demográficas negativas para Estados Unidos si la tendencia persiste. Los inmigrantes constituyen una fuerza laboral crucial en muchos sectores, y la dependencia del país de ellos aumenta a medida que se jubilan más baby boomers (los nacidos en las dos décadas después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se produjo en EU una explosión demográfica)”.

En 1939, Estados Unidos experimentó una inmigración neta negativa en la década de 1930, durante la Gran Depresión, cuando entre 400,000 y un millón de mexicanos y mexicoamericanos fueron forzados a marcharse, provocando un daño enorme no sólo en la economía mexicana sino en la estadounidense.

El entonces presidente de EU, Herbert Hoover, culpó a los mexicanos por la escasez de empleos y recursos, lo que llevó a políticas de deportación masiva, muchas veces sin el debido proceso legal. Las deportaciones desmantelaron familias, comunidades enteras y afectaron la economía local en sectores donde los mexicanos eran fuerza laboral clave.

Este antimexicanismo duró entre 1929 (año del crack de la Bolsa de Nueva York) y 1934, cuando el nuevo presidente, Franklin D. Roosevelt impulsó el New Deal que salvó la economía estadounidense, entre otras cosas porque dio un vuelco a la política migratoria. En vez de ser excluyente y xenófoba con el republicano, se convirtió en integradora con el demócrata, lo que condujo a una nueva época de prosperidad en el país que consolidó a Estados Unidos como la primera potencia mundial.

Trump, quien gobierna como si ni hubiera leído un libro de historia en su vida y jugara al casino con la economía, está cometiendo el mismo error.

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