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Informe advierte que guardar silencio y no reaccionar nos convierte en cómplices de este crimen contra la humanidad

65 mil muertos después, expertos de la ONU concluyen que Israel comete genodicio en Gaza

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Estado genocida La directora de la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU para los territorios palestinos ocupados, Navi Pillay, este martes en Ginebra (UN Media/EFE)

La sentencia final del equipo de expertos en crímenes de lesa humanidad es demoledora: Israel está cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino y no actuar en consecuencia nos convierte en cómplices.

El informe dirigido por una de las personalidades más respetadas del mundo en este ámbito y que presidió el Tribunal Penal Internacional creado a raíz del genocidio en Ruanda, la magistrada sudafricana Navi Pillay, concluyó que “las autoridades israelíes y las fuerzas de seguridad israelíes cometieron cuatro de los cinco actos genocidas”, según la definición de este crimen en el derecho internacional.

Esos cuatro actos son: matar, causar daños graves físicos o mentales, infligir deliberadamente condiciones de vida calculadas para provocar la destrucción de los palestinos en su totalidad o en parte, e imponer medidas para impedir nacimientos.

Se desploma la esperanza de vida

Uno de los hallazgos más dramáticos es que la esperanza de vida ha caído prácticamente a la mitad en Gaza, desde los 75.5 años cuando empezó el conflicto, tras el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023, a 40.5 años un año después y a 34.9 años en la actualidad.

Estas cifras ni siquiera toman en cuenta el efecto de la violencia en la malnutrición o la imposibilidad de recibir atención médica, por lo que la esperanza de vida en realidad sería aún más baja en la actualidad, subraya el informe.

Sobre la cuestión de los nacimientos, la Comisión da cuenta, por ejemplo, de la destrucción de una clínica de fertilidad y de los 4,000 embriones y 1,000 muestras de esperma y huevos sin fertilizar que almacenaba, lo que ha resultado en daño mental a corto y largo plazo entre los palestinos que habían puesto su esperanza en este método para procrear.

“La responsabilidad de estos crímenes atroces recae en las autoridades israelíes en las más altas instancias, que han orquestado una campaña genocida durante casi dos años con la intención específica de destruir al grupo palestino en Gaza”, dijo Pillay, la directora de la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU para los territorios palestinos ocupados, en una rueda de prensa en la que ha presentado un extenso informe sobre este genocidio en ciernes, que ha matado ya a 65 mil palestinos (18 mil de ellos niños) y mantiene en situación de riesgo de hambruna a dos millones de gazatíes.

Este órgano de investigación, creado por el Consejo de Derechos Humanos en 2021 (previo al conflicto), presentó hoy un informe que contiene 16,000 elementos probatorios que permiten afirmar que las autoridades israelíes y sus fuerzas de seguridad han perpetrado cuatro de los cinco actos genocidas definidos en el derecho internacional.

Las indagaciones realizadas también evidencian que el Estado de Israel no ha prevenido ni castigado la comisión del genocidio, al no investigar estos actos ni procesar a los presuntos autores.

El presidente y el primer ministro, genocidas

De manera directa, la Comisión de la ONU -en la que también participa el distinguido jurista australiano Chis Sidoti- acusa directamente al presidente israelí Isaac Herzog, al primer ministro Benjamín Netanyahu y al exministro de Defensa entre diciembre de 2022 y noviembre de 2024, Yoav Gallant, de haber “incitado a la comisión de genocidio”.

“Ya es hora de que se detengan”

“Nosotros no podemos entender lo traumático que fue el 7 de octubre para el pueblo de Israel. Y el trauma y su sufrimiento han sido despiadadamente manipulados por Netanyahu y sus compinches durante los últimos dos años. Ya es hora de que se detengan”, dijo el miembro de la Comisión, Chris Sidoti.

Aunque enfatizó que no puede haber comparación entre esto y el sufrimiento del pueblo palestino, sostuvo que debe reconocerse que los ciudadanos israelíes también son víctimas de la traición de sus autoridades.

“Cualquier cosa que podamos hacer que ayude al pueblo de Israel a ver lo que está pasando, a asumir la responsabilidad por las acciones de su gobierno y actuar para ponerle fin, solo puede ser bueno y positivo”, recalcó.

Sidoti dijo que espera que el informe llegue al pueblo de Israel y a los medios de comunicación que -con excepciones- “borran regularmente información crítica a la que la gente tiene derecho y que la gente necesita”.

“El pueblo de Israel ha sido traicionado por su gobierno desde el principio. Traicionados el 7 de octubre cuando 1.200 israelíes fueron asesinados, traicionados por el gobierno en su abyecta negativa a tomar medidas para rescatar a los rehenes”, denunció.

Sidoti agregó que la decisión del Gobierno de Netanyahu de “proseguir desde hace dos años esta guerra genocida ha hecho que la paz, la seguridad y la prosperidad del pueblo israelí sean casi imposibles en un futuro previsible”.

Ante este situación, la Comisión ha pedido al Gobierno de Israel que ponga fin al genocidio en Gaza y que aplique las medidas provisionales de la Corte Internacional de Justicia, que ya en enero de 2024 le ordenaba hacer lo necesario para prevenir actos de genocidio, investigar y preservar las pruebas y permitir la entrada de ayuda humanitaria, nada de lo cual ha cumplido.

“Israel debe poner fin a su política de hambre, levantar el asedio y facilitar y garantizar el acceso sin trabas de la ayuda humanitaria a gran escala”, exigió Pillay.

Complicidad internacional

El informe de la Comisión también se refiere a la responsabilidad internacional de lo que ocurre en Gaza y señala que la escasa reacción ante las pruebas del genocidio puede considerarse como complicidad.

“La comunidad internacional no puede permanecer en silencio ante la campaña genocida lanzada por Israel contra el pueblo palestino en Gaza. Cuando surgen señales y pruebas claras de genocidio, la ausencia de acción para detenerlo equivale a complicidad”, denuncia.

A otros países también cabe la responsabilidad de asegurarse de que individuos y compañías en sus territorio no ayuden en el genocidio o en la incitación a cometerlo, y que sancionen cualquier participación directa o indirecta en éste.

Al respecto, Pillay lamentó que el mundo haya roto su promesa de nunca más permitir que se produjera un genocidio, luego del que ocurrió en Ruanda en 1994 y en Bosnia entre 1992 y 1995.

“La Convención sobre el Genocidio nació de los capítulos más oscuros de la humanidad (en 1948, tras la Segunda Guerra Mundial) y hoy somos testigos en tiempo real de cómo la promesa de ‘nunca más’ se rompe ante los ojos del mundo”, declaró.

Exigió a los Estados de todo el mundo a actuar de inmediato: “No hay necesidad de esperar a que la Corte Internacional de Justicia lo declare un genocidio. Todos los Estados están obligados a utilizar cualquier medio en su poder para evitar que se cometan más crímenes, no solo en Gaza, sino en todo el territorio palestino ocupado”.

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