
El caso del asesinato del comentarista conservador Charlie Kirk dio un giro clave tras la revelación de una serie de mensajes de texto enviados por el presunto atacante, Tyler Robinson, a su compañero de cuarto poco después del tiroteo registrado el pasado miércoles en el campus de la Universidad del Valle de Utah, en Orem.
De acuerdo con documentos judiciales, Robinson envió un mensaje en el que pedía a su compañero, con quien mantenía además una relación romántica y que actualmente transita de hombre a mujer, revisar debajo de su teclado. Allí encontró una nota en la que el sospechoso escribió: “Tuve la oportunidad de eliminar a Charlie Kirk y la voy a aprovechar”.
En el intercambio posterior, Robinson confirma su responsabilidad y admite que llevaba planeando el ataque desde hacía más de una semana.
Mensajes reveladores
En la conversación, Robinson aseguró estar “bien” tras el tiroteo, aunque atrapado en Orem, y confesó que aún debía recuperar un rifle que había escondido.
El compañero, sorprendido, preguntó si era una broma y si en realidad no se trataba de él, a lo que Robinson respondió con un “lo siento”, confirmando la autoría.
El sospechoso explicó que había logrado escapar inicialmente porque la policía detuvo a otra persona con ropa similar y a un “viejo loco”.
Sin embargo, reveló que había tenido que abandonar el arma envuelta en una toalla en unos arbustos tras cambiarse de ropa, preocupado por las huellas dactilares y por lo que su padre diría si no devolvía el rifle que pertenecía a su abuelo.
El motivo: “Me harté de su odio”
En un punto de la conversación, el compañero le preguntó directamente: “¿Por qué?”. Robinson contestó: “Ya me harté de su odio. Hay odios que no se pueden negociar”.
El sospechoso detalló que, si lograba recuperar el rifle sin ser visto, no dejaría evidencia. También expresó preocupación por las balas grabadas y la posibilidad de que los medios detectaran referencias suyas como memes.
Temor familiar y decisión de entregarse
Robinson mencionó que su padre, a quien describió como “fanático de MAGA desde que Trump asumió el cargo”, le pedía fotos del rifle para reportar a su abuelo quién tenía qué arma. Incluso comentó que los federales habían publicado una fotografía del arma, lo que aumentaba su inquietud.
En otro mensaje, Robinson anunció su intención de entregarse voluntariamente, señalando que uno de sus vecinos era ayudante del sheriff. Pese a ello, pidió a su pareja no hablar con los medios, evitar entrevistas y, en caso de ser interrogada por la policía, solicitar un abogado y guardar silencio.
Finalmente, cerró el intercambio con un mensaje de afecto: “Eres todo lo que me preocupa, amor”.