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Sara Hernández no está recibiendo tratamiento oncológico en México al no tener la nacionalidad mexicana

Demócratas piden a Trump permiso humanitario para niña con cáncer deportada a México

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Parole humanitario Sara, al igual que sus hermanos tienen nacionalidad estadounidense; sus padres deportados son mexicanos (Texas Civil Rights Project)

Un grupo de congresistas hispanos pidieron este jueves al gobierno de Donald Trump que le conceda un permiso humanitario para que regrese al país Sara Hernández, la niña de nacionalidad estadounidense que fue deportada a México junto a sus padres indocumentados y al resto de sus hermanos, cuando buscaba tratamiento para el cáncer que padece.

“No estamos hablando de personas que son criminales como ellos dicen. Hablamos de gente trabajadora que lo único que quiere es proveer sustento a su familia. Así que estamos aquí para apoyar”, aseguró en una rueda de prensa Adriano Espaillat, el presidente del Caucus Hispano del Congreso, un grupo compuesto por legisladores de ascendencia hispana centrado sobre todo en temas migratorios.

“Sara es el rostro de nuestra humanidad”

Espaillat se reunió el pasado mes de mayo en México con la familia Hernández y defendió que este caso pone de manifiesto que el objetivo de la Administración de Trump “es deportar a familias, niños, madres y padres”.

“Sara es el rostro de nuestra humanidad como nación”, aseguró por su parte Rochelle Garza, la presidenta de Texas Civil Rights Project, que ha asistido a la familia desde el primer momento.

El pasado marzo, la niña, sus cinco hermanos y sus padres, todos residentes en Texas, fueron deportados cuando intentaban cruzar un retén fronterizo para llevar a Sara, de 10 años en ese momento, al médico después de que esta se quejara de que no se sentía bien.

Al detenerlos, los agentes de inmigración les dieron dos opciones a sus padres: ser deportados todos juntos o ser separados de sus hijos, ya que cinco de ellos sí son ciudadanos estadounidenses y se podían quedar en el país.

Eligieron permanecer juntos y fueron expulsados al día siguiente, dejando a la menor sin acceso a la atención médica especializada que recibía.

Sin tratamiento en México

Desde entonces, la familia vive en una zona rural de México, donde Sara no ha podido recibir el tratamiento adecuado por no contar con la ciudadanía mexicana y por los elevados costes, según contó Garza.

“Han pasado cuatro meses, necesitamos urgentemente un parole (permiso) humanitario para traer a Sarah de regreso a casa y que reciba la atención que necesita, y lo necesitamos ahora”, afirmó este jueves el legislador demócrata de Texas Joaquín Castro.

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