
Una investigación del periodista Seth Harp, publicada bajo el título “The Fort Bragg Cartel”, reveló que dentro de la base militar Fort Bragg (considerada la más grande e importante de Estados Unidos) operaba una red de narcotráfico, tráfico de armas y crímenes violentos.
La investigación, expone cómo esta base, ubicada en Carolina del Norte y reconocida como sede de las Fuerzas Especiales del Ejército de EU, se convirtió en un punto clave de operaciones ilícitas y violentas entre soldados.
Hallazgos inquietantes dentro de Fort Bragg
Según Harp, Fort Bragg era un centro de operaciones especiales y misiones clandestinas donde se detectaron patrones alarmantes de actividad criminal.
Basado en registros judiciales y reportes periodísticos, el periodista documentó que entre 2020 y 2021 se reportaron 105 muertes dentro de la base por asesinatos, sobredosis y suicidios, mientras que solo cuatro soldados estadounidenses murieron en el extranjero durante el mismo periodo.
Estos datos, contrastados con información oficial, apuntan a que el “Cártel de Fort Bragg” operaba dentro de las propias Fuerzas Especiales del Ejército de EU, involucrado en el tráfico de drogas, armas y asesinatos encubiertos.
Lista de los casos que pasaron dentro de la base militar Fort Bragg
Prueba 1:
En diciembre de 2020, los cuerpos de MSG William Lavigne (Delta Force) y CWOT Timothy Dumas (JSOC) fueron encontrados con múltiples disparos en una zona remota de la base, ambos, según la investigación, estaban involucrados en el tráfico de cocaína y metanfetaminas y planeaban escribir un libro que expondría la red criminal interna.
Prueba 2:
En 2021, el Sargento Mayor Martin Acevedo III fue arrestado por traficar más de dos kilos de cocaína y armas. Aunque fue sentenciado en 2022, los homicidios de alto perfil vinculados al caso continúan sin resolverse. La captura fue confirmada por el Sheriff Ennis W. Wright, quien publicó la foto del arresto.

Prueba 3:
En mayo de 2020, el soldado Enrique Román Martínez fue decapitado dentro de la base. Su muerte se relacionó con la venta de drogas alucinógenas (LSD) y el método empleado fue descrito como un “ajuste de cuentas” similar al de los cárteles mexicanos, una práctica de terror usada para silenciar testigos.
Prueba 4:
Entre 2020 y 2023, se registraron al menos 12 asesinatos o acusaciones de homicidio entre los propios soldados de Fort Bragg, lo que convirtió a la base en un santuario para crímenes organizados que aún permanecen sin esclarecer.
Prueba 5:
Al menos 14 soldados entrenados en Fort Bragg fueron arrestados, detenidos o asesinados en los últimos cinco años por vínculos con el narcotráfico, según datos judiciales abiertos que Harp recopiló y documentó en su reportaje.
El patrón de violencia: asesinatos al estilo de los cárteles
Para Harp, lo más alarmante fue descubrir que varios homicidios, incluida la decapitación de Román Martínez, seguían patrones de violencia propios de organizaciones criminales mexicanas, con asesinatos selectivos y ajustes de cuentas para encubrir operaciones ilícitas.
También subraya que esta base militar, símbolo de disciplina y patriotismo, tenia conexiones con el narcotráfico internacional (México, Colombia y Afganistán), colaborando con los militares estadounidenses para utilizar aviones y armamento militar para traficar cocaína y armas desde EU a Latinoamérica.
El silencio del Pentágono y la hipocresía del discurso oficial
Entre 2017 y 2022, el propio Pentágono reconoció 15,293 casos de sobredosis entre militares activos, un número que coincide con las denuncias de Harp sobre la magnitud del problema.
Pese a ello, la DEA no ha publicado informes que aborden el narcotráfico como un fenómeno dentro de las Fuerzas Armadas, limitándose a clasificar los casos como “aislados”.
Tampoco el FBI ni otras agencias federales han anunciado investigaciones formales sobre el caso Fort Bragg, lo que ha generado críticas por la falta de transparencia.
“Mientras Estados Unidos acusa a otros países de ser ‘narcoestados’, su propio corazón militar late al ritmo del tráfico de drogas, el lavado de dinero y los asesinatos”, señala Harp en su investigación.