
El papa León XIV participó en los actos por el Día Mundial de la Alimentación, organizados en la sede romana de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), donde coincidió con otros líderes internacionales en denunciar el uso del hambre como “arma de guerra” en diversas regiones del mundo.
El evento, que se celebra cada 16 de octubre, reunió a representantes de distintos países para compartir experiencias y reflexionar sobre los avances y desafíos en la lucha contra la desnutrición. Este año, además, la FAO celebró sus 80 años de historia, desde su fundación en 1945 tras la Segunda Guerra Mundial.
Durante su intervención, el pontífice estadounidense —quien debutaba en un foro internacional de este tipo— ofreció un discurso en español e inglés, donde fue ampliamente aplaudido antes de abandonar el recinto tras su participación.
“Los escenarios de los conflictos actuales han hecho resurgir el uso de los alimentos como arma de guerra, contradiciendo todo el trabajo de sensibilización llevado adelante por la FAO durante estas ocho décadas”, lamentó León XIV.
En su mensaje, el Papa también mencionó la crítica situación humanitaria en Ucrania, Gaza, Haití, Afganistán, Mali, República Centroafricana, Yemen y Sudán del Sur, donde millones de personas siguen sin acceso a alimentos, agua potable, atención médica o educación.
De pie tras el atril, el pontífice defendió “sin ambages el multilateralismo” frente a lo que calificó como “nocivas tentaciones autocráticas en un mundo multipolar”, subrayando la necesidad de mantener la cooperación internacional para enfrentar las crisis alimentarias.
El más reciente informe de la FAO, titulado “Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, estima que el 8.2 % de la población mundial, equivalente a 673 millones de personas, sufrió hambre en 2024.
Aunque la cifra representa una leve mejora frente al 8.5 % de 2023, los avances han sido desiguales: mientras América Latina muestra una reducción en los índices de desnutrición, en África y Asia Occidental el hambre continúa afectando con fuerza.
El documento advierte además que, si las tendencias actuales continúan, para 2030 —año límite de los Objetivos de Desarrollo Sostenible— alrededor de 512 millones de personas seguirán padeciendo subalimentación crónica, de las cuales casi el 60 % estarán en África.