
El internet no es actualmente una invención desconocida y nueva para la humanidad, sino que se ha vuelto un compañero indispensable en la vida cotidiana y, de la misma forma, lo son las aplicaciones.
Desde la música que nos acompaña en la ducha o el transporte, hasta las herramientas laborales o escolares que apoyan el trabajo eficaz de una tarea, un diseño o una investigación, estas aplicaciones no son sólo facilitadores de vida, sino que se han vuelto esenciales para la comunicación, el desarrollo y la normalidad del ser humano actual.
Sin embargo, la balanza no mantiene un equilibrio por inclinarse únicamente a los puntos positivos, sino que también presenta duras complicaciones cuando el internet, las aplicaciones o sólo una aplicación, tropieza con una falla y cae, dejando a sus usuarios preguntándose qué está mal con su teléfono y cómo pueden resolverlo.
Razones comunes por las que una aplicación o sitio web presenta fallas
Problemas del servidor: La mayor parte de estas caídas tienen su origen en problemas que presenta el servidor donde se aloja el sitio web o la aplicación; fallas tales como sobrecarga (por tráfico inesperado o por limitaciones de recursos), fallas en el hardware (discos duros dañados o problemas de memoria) o problemas de configuración.
Errores de programación: Un código mal escrito, los errores en los scripts de JavaScript o errores en las consultas de bases de datos.
Problemas de ciberseguridad: Ataques de DDoS (distributed denial of service) donde múltiples sistemas envían solicitudes a un servidor con el objetivo de saturarlo.
En el caso específico de las aplicaciones en un teléfono, las razones del mal funcionamiento pueden ser las siguientes:
Memoria RAM insuficiente: Tener demasiadas aplicaciones abiertas al mismo tiempo, lo que ocasiona que el sistema cierre algunas de ellas para liberar espacio.
Almacenamiento lleno: Falta de espacio de almacenamiento impide que las aplicaciones funcionen correctamente o a la velocidad acostumbrada.
Sistema operativo desactualizado: Una versión antigua de las aplicaciones o del mismo sistema operativo, presenta fallos al no mostrar compatibilidad.
Problemas de conexión: Datos móviles o conexión Wi-Fi inestable, lo que impide que las aplicaciones se comuniquen correctamente con los servidores y ocasionando que cierren o tarden en conectarse.
Permisos de la aplicación: Si una aplicación no tiene todos los permisos necesarios (como cámara, acceso a la galería o la ubicación), puede no funcionar correctamente.
La mayoría de estas fallas pueden ser resueltas con una revisión del sitio web o del equipo en uso (computadora, tablet, teléfono), detectando el problema principal para ser resuelto a la brevedad.
No obstante, ¿qué sucede cuando la falla no tiene nada qué ver con el almacenamiento ni la conexión a internet? Este problema está centrado en la caída de un servidor y afecta más que sólo una compra no completada o un inicio de sesión.
¿Por qué la falla de un servidor afecta múltiples plataformas y aplicaciones?
Este 20 de octubre, Amazon Web Services (AWS) presentó una interrupción que ha ocasionado un efecto en cadena de fallas en múltiples aplicaciones y plataformas alrededor del mundo.

La razón se debe a que AWS es más que una nube, es una infraestructura, similar a una ciudad central cuyas calles permiten el tránsito de distintos servicios que la utilizan como su ruta principal.
Debido a esto, cuando una de las calles falla, cierra, el tránsito estalla y las aplicaciones o plataformas que deberían marchar a un ritmo fluido, no lo hacen, fallan igualmente porque el atasco incrementa y crea un efecto dominó catastrófico en el que no sólo las aplicaciones que transitan esa ciudad (servidor) son afectadas, sino también aquellas que dependen de APIs o bases de datos que residen en esa región.
Si la base de datos responde con errores, la aplicación empieza a duplicar intentos, a saturarse, y dispara el tráfico aún más de lo que ya se ha disparado con el embotellamiento inicial.
Ante esto, los equipos responden con una degradación controlada que consiste en apagar funciones no críticas y limitar la carga pesada para aligerar el tráfico y estabilizar la consistencia de los datos para que las aplicaciones vuelvan a funcionar con normalidad.
A su vez, las aplicaciones también ponen de su parte para apoyar a la recuperación del servidor. Desactivan de forma temporal funciones pesadas, acortan tiempos de reintento y presentan plantillas de respuesta e información para que las personas no borren la aplicación ni restablezcan contraseñas sin sentido, sino que mantengan la paciencia mientras el trabajo de restablecimiento se completa.
Las probables causas en el fallo de un servidor
En situaciones así, DownDetector y herramientas similares son una opción para monitorear las aplicaciones afectadas y dimensionar la afectación, mas no miden la causa del problema.
En realidad, los detalles no son dramáticos, sino que se tratan de posibles errores de configuración, picos de tráfico inesperados que saturan el sistema, bugs que detonan sólo bajo ciertas cargas o dependencias cruzadas que están alimentándose mal entre sí.
Tras este tipo de caídas, las compañías afectadas acostumbran a confeccionar reportes de post-mortem en el que desglosan los detalles sobre el origen del problema, una línea de tiempo sobre el incidente y las medidas desarrolladas para evitar que la situación se repita.
La importancia de US-EAST-1
La caída del servidor, en este caso AWS, no es completa, sino que su calle más transitada está sufriendo y eso se nota en todas las aplicaciones afectadas: Canva, Snapchat, Alexa, Fornite, Duolingo, entre otras.
Pero, ¿por qué tantas cosas dependen de esta región?
US-EAST-1 se refiere a la región Este de EE.UU (Norte de Virginia), donde AWS agrupa centros de datos para ofrecer servicios en la nube, como computación, almacenamiento y bases de datos.
Muchas compañías iniciaron en el norte de Virginia por disponibilidad y precio, quedando atadas al terreno tras el paso del tiempo, pues mover decenas de bases de datos, colas y permisos no resulta la mejor inversión; es tanto complicado como costoso.
Los centros de datos que proporcionan servicios de ASW, se extienden a todo el mundo, debido a ello, los problemas técnicos en US-EAST-1 pueden tener un impacto significativo y global.
Las consecuencias de un susto que no da gusto
El impacto de una pausa en la nube no es cuestión de un par de horas, no son sólo minutos gastados, sino que está medido en una serie de procesos fallidos que despiertan la desconfianza en el servidor o las aplicaciones, así como la pérdida de elementos importantes para el usuario en su vida personal, laboral o académica.
Es decir, pagos no completados, tickets vencidos, carritos abandonados, clases no guardadas, diseños que no cargan; con cada una de éstas actividades interrumpidas, la vida cotidiana del ser humano en 2025, se detiene, entra a una realidad con la que ya no convive sin el apoyo de las aplicaciones necesarias para cada acción específica en su día a día, sin esperar la abrupta ausencia de dichas herramientas.
La caída de un servidor no es el fin del mundo, pero en una humanidad cada vez más dependiente de la tecnología y las facilidades que ésta nos entrega, ciertamente puede sentirse como un pequeño apocalipsis en el paraíso del internet.