
Después del asesinato del activista de ultra-derecha e influencer Charlie Kirk, la preocupación por la integridad de altos funcionarios de la gestión de Trump se ha elevado. En consecuencia, estos políticos han comenzado a desplazarse hacia las bases militares en aras de salvaguardar su vida y la de sus familias, de acuerdo a información compartida por el diario estadounidense The Atlantic.
De esta forma, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, y el secretario de Guerra, Pete Hegseth, se han movido para Fort McNair, un enclave militar a un costado del río Anacostia, en Washington.
La situación de estos personajes no es un caso aislado: luego de que se revelara en los medios de comunicación la ubicación del domicilio de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ella de igual manera tomó la determinación de mudarse de su conjunto departamental a una casa construida ex profeso para el comandante de la Guardia Costera en la base conjunta Anacostia-Bolling en Washington.
Asimismo, otro funcionario clave del capitolio se vio forzado a hacer su traslado a una base militar a raíz de que los servicios de seguridad le sugirieran que se mudara allí a causa de las amenazas latentes en el aire.
Es precisamente debido al aumento de la demanda de alojamiento en las bases militares (en concreto, las situadas en el distrito de Columbia) que se ha originado una problemática de escasez de viviendas que estén desocupadas, comentó un exfuncionario. Por ello, la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, no pudo mudarse a Fort McNair a causa de la falta de espacio en dichos complejos.
Con el desplazamiento de estos funcionarios en altos puestos, podría decirse que los lindes entre el mundo civil y el militar son cada vez más difusos: una situación como ésta propicia que haya mayor injerencia por parte del Ejército en la vida política y a su vez, puede ser tomada como un símbolo de que los militares no protegen más que a un bando político. A la par, el resituarse en las bases implica una suerte de alejamiento de los funcionarios hacia su electorado. (Con información de Russia Today)