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El expresidente ultraderechista intentó zafarse de su tobillera electrónica alegando que sufrió “alucinaciones”

El Supremo de Brasil devuelve a Bolsonaro a la cárcel por haber intentado fugarse

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Brasil Simpatizantes del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro protestan contra su arresto en la sede de la Policía Federal de Brasilia (Vinicius Santa Rosa/EFE)

El expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, pasará el resto de su condena en la cárcel y no en arresto domiciliario, como estaba desde principios de agosto, tras se condenado a 27 años por intentona golpista.

Por unanimidad, la Sala Primera de la Corte Suprema de Brasil refrendó este lunes la orden de detención preventiva dictada el sábado contra el expresidente Jair Bolsonaro, que lo mantiene preso en la sede de la Policía Federal en Brasilia.

Los cuatro miembros de la sala respaldaron la decisión de convertir la detención domiciliaria en prisión preventiva y ordenar el encarcelamiento de Bolsonaro, dictada por el magistrado Alexandre de Moraes, instructor del proceso en el que el líder de la ultraderecha fue condenado por su intento de derrocar al presidente Luiz Inacio Lula da Silva, e incluso asesinarlo de ser necesario.

En su voto de este lunes, Moraes afirmó que Bolsonaro violó “dolosa y conscientemente” la tobillera electrónica que se le había impuesto como medida cautelar mientras permanecía en prisión domiciliaria.

De acuerdo con el instructor, en el interrogatorio al que fue sometido el domingo, el líder ultraderechista nuevamente confesó que inutilizó la tobillera, con lo que cometió una “falta grave” y dejó de cumplir claramente una medida cautelar y le “faltó al respeto a la Justicia”.

Paranoias y alucinaciones

Según explicó Bolsonaro, intentó deshacerse de la tobillera con un soplete porque los medicamentos que toma le provocaron “paranoia” y “alucinaciones”, que le llevaron a creer que estaba siendo espiado desde el dispositivo.

Bolsonaro, que cumplía prisión domiciliaria desde agosto, achacó sus acciones a los efectos colaterales de haber mezclado pregabalina (antiepiléptico) y sertralina (antidepresivo), según el informe de la audiencia.

Pero ninguno de los jueces dio crédito a la explicación y coincidieron en acusarle de “riesgo inminente de fuga”.

Igualmente, alegaron que la convocatoria de sus seguidores a una vigilia en las proximidades de la residencia de Bolsonaro, que, en su opinión, podía ser utilizada para generar confusión, también constituye una demostración del riesgo de fuga.

Sobre la posible manifestación, Flávio Dino afirmó que “la experiencia reciente demuestra que grupos movilizados en torno al condenado, frecuentemente actuando de forma descontrolada, pueden repetir conductas similares a las del 8 de enero”.

Dino hizo referencia a la intentona golpista del 8 de enero de 2023, cuando miles de bolsonaristas asaltaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema en un intento de forzar un golpe de Estado contra Lula.

“No se descarta, incluso, la hipótesis de intento de ingreso (de seguidores del expresidente) a la residencia del condenado, lo que puede provocar incidentes con los agentes de Policía responsables por su custodia”, alegó Dino.

El exgobernante, de 70 años, arrastra problemas de salud, como crisis de ansiedad, episodios de hipo y vómitos, trastornos que atribuye a la grave puñalada que sufrió en la campaña electoral de 2018 y que le ha obligado a pasar varias veces por el quirófano.

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