
Nicolás Maduro ya es oficialmente el primer presidente de la historia declarado terrorista por Estados Unidos. Este lunes, el Departamento de Estado designó formalmente al Cártel de los Soles, organización de la que se conoce muy poco y que Washington vincula a la cúpula del Ejército y el Gobierno venezolano, como un grupo terrorista extranjero (FTO) y al presidente venezolano como su cabecilla.
Hasta la fecha, Estados Unidos ha sancionado a varios mandatarios por corrupción, narcotráfico o violaciones de derechos humanos, como Saddam Hussein, Manuel Noriega o Muamar Gadafi, pero esas sanciones fueron por otros motivos, nunca bajo la categoría de terrorismo.
En el caso de los líderes de Irak y Libia o de la Guardia Revolucionaria iraní, fueron acusados de “patrocinar el terrorismo”, pero la designación recayó sobre el Estado y no directamente sobre el presidente como individuo. Incluso así, el Gobierno de EE. UU. emitió órdenes de captura e incluso llevó a cabo operaciones militares, como en los casos de Hussein y Noriega.
Por tanto, la decisión inédita contra Maduro lo pone directamente en la diana y dispara la probabilidad de que el Gobierno de Donald Trump ordene una operación terrestre en Venezuela, no ya para desmantelar laboratorios de droga y abatir a delincuentes, sino para capturar (y, de ser necesario, eliminar) al presidente venezolano y a los principales miembros de su Gobierno y Ejército, como el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino.
De hecho, el presunto Cártel de los Soles se llamaría así, según Washington, por las insignias en forma de sol que llevan los generales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de Venezuela en sus uniformes.
¿Qué implicaciones tiene la decisión?
La inclusión del Cártel de los Soles en esa lista del Departamento de Estado permite a Washington imponer nuevas sanciones contra el régimen chavista, como la congelación de activos financieros o patrimoniales en Estados Unidos. Además, podrían quedar arrestados automáticamente si ingresan en el país, o podrían emitirse órdenes de captura internacional en caso de que Maduro o cualquiera de los señalados viaje a terceros países.
Pero la medida que provocaría un terremoto político en toda la región sería que la declaración de Los Soles y de Maduro como objetivos terroristas y amenaza a la seguridad nacional podría abrir el camino a una intervención armada ordenada por Trump, intentando saltarse la autorización del Congreso.
La alerta de las autoridades estadounidenses a las aerolíneas para que no sobrevuelen el espacio aéreo venezolano podría ser la primera evidencia de que la invasión es inminente.