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Gustavo Petro, investido como el primer presidente izquierdista de Colombia

En un gran acto en Bogotá, ordena sacar la espada de Bolívar, anuncia una reforma fiscal progresista y llama a todos a dejar las armas

Gustavo Petro, el nuevo presidente de Colombia
Gustavo Petro alza el puño en señal de victoria del cambio durante su investidura como presidente de Colombia, este domingo en Bogotá. Gustavo Petro alza el puño en señal de victoria del cambio durante su investidura como presidente de Colombia, este domingo en Bogotá. (EFE / Mauricio Dueñas Castañeda)

Gustavo Petro ya es presidente de Colombia. En un acto multitudinario en el Parque Simón Bolívar de Bogotá cargado de simbolismos, el eterno candidato progresista se convirtió este domingo en el primer mandatario progresista en la historia del país.

Petro llega a la Casa de Nariño con grandes promesas de cambio para un país dolido y agotado tras décadas de guerra y años en que el fin del conflicto con las FARC, en 2016, no ha traío a la gente la paz, al menos no en los niveles que se esperaba.

"Prometo a Dios y prometo al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes de Colombia", fueron las palabras con que Petro juró su nuevo cargo, con el que sucede al presidente derechista Iván Duque, ante el presidente del Congreso, Roy Barreras.

El acto de investidura fue un gran alarde de símbolos, empezando por quién le colocó la banda presidencial: la senadora María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro, quien fue compañero de Petro en la guerrilla socialista del M-19 y cayó asesinado en 1990 cuando era candidato presidencial y los sondeos le daban una intención de voto del 60 por ciento.

Pizarro le colocó la banda a Petro entre lágrimas y ambos se fundieron en un sentido abrazo entre la ovación del público en el Parque Bolívar capitalino.

En su primera decisión como presidente, una vez investido, Petro pidió “traer la espada de Bolívar, una orden del mandato popular de este mandatario", lo que llevó a un receso de diez minutos para que, efectivamente, le llevaran el arma.

El primer acto del M-19, en 1974, fue robar la espada de Bolívar de la casa museo Quinta de Bolívar. Luego la regresó cuando la guerra se desmovilizó, en 1990. Por ello la espada es de gran valor simbólico para Petro, que ordenó que se la trajeran luego de que el ahora expresidente Duque se negara a disponerla de inicio para la ceremonia.

En su discurso de investidura, Petro llamó a la unidad de las y los colombianos, y afirmó: "Hoy necesitamos estar más juntos y unidos que nunca. Como dijo alguna vez Simón Bolívar: 'La unión debe salvarnos, como nos destruirá la división si llega a introducirse entre nosotros'”.

Asimismo, Petro extendió este llamado a la unidad a toda América Latina, pero advirtió que la unidad latinoamericana no puede ser una retórica, un mero discurso".

Por ello, consideró que la región debe juntar su "poder del conocimiento, de la economía y de la vida", pues si los países actúan juntos "la voz de América Latina se escuchará en el concierto de los pueblos del mundo".

En otro fragmento de su discurso, Petro hizo un gran llamado a los grupos armados que persisten en la ilegalidad en Colombia a “dejar las armas en las nebulosas del pasado" para que "la paz sea posible" y así "terminar, de una vez y para siempre, con seis décadas de violencia y conflicto armado".

En ese sentido, reiteró como presidente lo que ya había dicho como candidato y como mandatario electo, que es que "para que la paz sea posible en Colombia, necesitamos dialogar, dialogar mucho, entendernos, buscar los caminos comunes, producir cambios".

Asimismo, Petro aseguró que la guerra contra las drogas ha fracasado e incluso ha llevado a Estados como el colombiano a cometer crímenes y "ha evaporado el horizonte de la democracia". Por ello, abogó por cambiar “la política contra las drogas” actual por una "política de prevención fuerte del consumo".

Posteriormente, Petro anunció que su gobierno presentará al Congreso una reforma tributaria enfocada en la justicia social para conseguir más recursos para poder ayudar a la población vulnerable.

"La igualdad es posible si somos capaces de crear riqueza para todos y todas, y si somos capaces de distribuirla más justamente. Por eso proponemos una economía basada en la producción, el trabajo y el conocimiento. Y es por ello por lo que proponemos una reforma tributaria que genere justicia", expresó Petro.

El presidente colombiano insistió en que subir los impuestos a los ricos para dar mejor educación a los niños y jóvenes "no debe ser mirado como un castigo o un sacrificio” sino como un “pago solidario” a la sociedad en general.

Con información de EFE

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