
Tras el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer nuevos aranceles del 30% a las exportaciones mexicanas, el gobierno de México ya se encuentra en negociaciones con autoridades estadounidenses para buscar una alternativa que proteja empleos y empresas en ambos lados de la frontera.
El pasado 11 de julio, representantes de las secretarías de Economía, Relaciones Exteriores, Hacienda, Seguridad Pública y Energía se reunieron en Washington con funcionarios del Departamento de Estado, Comercio, Energía, el Consejo de Seguridad Nacional y la oficina del Representante Comercial de EU, con el objetivo de instalar una mesa de trabajo permanente binacional.
Este nuevo espacio de diálogo, convocado por el Departamento de Estado, fue creado para atender los principales temas de la agenda bilateral, incluidos seguridad, migración, frontera, gestión de aguas y, de manera prioritaria, la relación económica.
Durante la primera reunión, se notificó a la delegación mexicana sobre el plan del gobierno estadounidense de enviar cartas a varios países –incluido México– anunciando la entrada en vigor de nuevas tarifas comerciales a partir del 1° de agosto, como parte de un viraje en la política comercial de EU.
En respuesta, los representantes mexicanos expresaron que se trata de un trato injusto y manifestaron su desacuerdo con la medida, particularmente en un contexto donde ambos países mantienen fuertes lazos comerciales y sociales.
La primera gran tarea de esta mesa permanente será trabajar intensamente para evitar que los nuevos aranceles entren en vigor. Según autoridades mexicanas, el establecimiento de esta instancia conjunta representa un canal formal y urgente para negociar soluciones antes del inicio de agosto.
El anuncio de los aranceles fue realizado por el presidente Donald Trump a través de una carta pública dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum, en la que advierte que las tarifas podrían modificarse al alza o a la baja dependiendo de la cooperación de México en temas migratorios y de seguridad.
En dicha misiva, Trump reiteró críticas contra el gobierno mexicano por lo que considera una falta de acciones suficientes para frenar a los cárteles y el flujo de drogas, en particular el fentanilo, hacia territorio estadounidense. Aunque reconoce que México ha colaborado, considera que ese esfuerzo “no es suficiente”.
El mandatario también condiciona la eliminación de aranceles a que las empresas mexicanas relocalicen sus plantas de producción en Estados Unidos, promesa que ha sido reiterada en su agenda económica actual.
Frente a este escenario, el gobierno mexicano subrayó que ya se encuentra activamente negociando y que existe disposición por ambas partes para encontrar una salida consensuada que evite daños a las economías de la región. Las conversaciones continuarán en los próximos días, con la expectativa de llegar a un acuerdo antes del 1° de agosto.