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El programa UNAMigo promueve la internacionalización y lazos interculturales que enriquecen la vida académica y personal de estudiantes mexicanos y extranjeros

La UNAM recibe a estudiantes de intercambio

UNAMigo

Cada semestre, la Universidad Autónoma Metropolitana (UNAM), recibe a cientos de estudiantes de intercambio provenientes de países como Venezuela, Canadá o Austria. Esto, más que un trámite institucional, es una experiencia transformadora gracias a UNAMigo, programa de voluntariado que vincula a alumnos puma con jóvenes que vienen del extranjero o el interior de la República.

Esta es una iniciativa de la Coordinación de Relaciones y Asuntos Internacionales, surgida en 2017 y coordinada por la Dirección General de Cooperación e Internacionalización (DGCI) de esta casa de estudios.

“La UNAM es un mundo diferente, nunca había visto tanta diversidad en una institución académica. Lo que más me gustó fue el sentimiento de pertenencia. Aquí la comunidad es viva y emotiva. Jamás me había sentido parte de algo tan inmenso”, menciona Gabriela Carvajal, alumna de intercambio de la Universidad de Montreal, Canadá.

Venezolana de nacimiento, Gabriela reside en Canadá y eligió la UNAM por su prestigio. Vino para tomar clases en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) y participó como profesora voluntaria en un curso de conversación en francés. “Ello fue central en mi paso por aquí. Como profesora tuve mayor contacto con los estudiantes mexicanos”

La visitante reconoce que sin el acompañamiento de Valentina, su UNAMiga, su experiencia habría sido muy distinta: “Ella me ayudó a no sentirme sola. Me mostró distintos espacios universitarios, la ciudad y me invitó a su casa. Compartimos comidas, risas y cultura”.

Para Valentina Rodríguez, estudiante de Relaciones Internacionales, ser anfitriona de Gabriela fue una forma de vivir su carrera fuera del aula. “Me ayudó a redescubrir mi país y cultura. Nos reímos, aprendimos juntas y ahora tengo una amiga más allá de las fronteras. Esto me motivó a buscar intercambios académicos; yo también quiero probar algo parecido”.

A palabras de Gabriela, venir a la UNAM ha sido una vivencia transformadora y asegura que se lleva mucho, pero que deja parte de ella aquí. “Para todos los extranjeros dudosos de venir, les aseguro que los mexicanos son muy amables. No querrán irse, pues hay mucho por hacer y conocer”.

El poder de un saludo

Josef Dirlinger, estudiante de Antropología Social en la Universidad de Viena, eligió a la UNAM por recomendación de amigos colombianos. Atraído por la riqueza cultural de México, enfrentó el reto de hablar un idioma que no es el suyo y de lidiar con un entorno académico nuevo.

“Las primeras semanas fueron caóticas. Todo era confuso, pero tener a alguien acompañándome cambió la experiencia. Fue un alivio saber que no estaba solo”, cuenta Josef en referencia a Sofía, su UNAMiga.

Además de cursar asignaturas fuera de su especialidad (como sociología o geología), participó en talleres de fotografía y exploró la ciudad con su lente. Con su acompañante mexicana no sólo compartió clases, sino viajes, comidas, debates intelectuales y hasta bromas en español.

“Es una universidad increíble. Acá los y las jóvenes pueden perseguir sus sueños, avanzar en sus carreras académicas y, sobre todo, alzar la voz y ser escuchados por la sociedad”, expresó Josef.

Por su parte, Sofía Santiago, estudiante de Antropología en la FCPyS, decidió participar tras ver cómo sus amigos se habían enriquecido al colaborar con el programa. “Esto me obligó a moverme constantemente, a observarme, a escuchar y a cuestionar lo que para mí era lógico. Fue como empezar a conocer Colombia, Rusia o Austria. Estar con Josef me hizo replantear mi tesis, temas académicos y hasta mi forma de convivir”.

Programa UNAMigo

La Universidad Nacional abre la puerta, el corazón y los brazos a los estudiantes extranjeros, pues esta casa de estudios no sólo recibe a jóvenes de todas las procedencias, sino que los acompaña en un proceso de inmersión cultural, académica y humana a través de UNAMigo.

En palabras de Fabiola Silva, jefa del Departamento de Evaluación y Vinculación en la DGECI y encargada de dicho programa, el objetivo es que los integrantes de la comunidad puma guíen a quienes vienen de intercambio en su proceso de adaptación a la Universidad y al país.

“Como anfitriones, los y las UNAMigas muestran a quienes nos visitan desde cómo usar el Pumabús hasta qué espacios culturales e históricos visitar. Nuestros y nuestras jóvenes, por su parte, entran en contacto con nuevas culturas. También vienen alumnos de otros estados del país”.

La iniciativa tiene impactos tangibles: cada semestre (según datos recientes) entre 100 y 150 alumnos puma apoyan a estudiantes de movilidad que llegan a los diferentes campus, y dicha experiencia los motiva a buscar oportunidades de intercambio y desarrollo personal.

Tanto Fabiola como los y las UNAMigas coinciden en que esto no es sólo un programa, sino una vivencia transformadora que inspira a cruzar fronteras y ver al mundo con nuevas perspectivas.

“El alumnado interesado en participar debe tener disponibilidad de tiempo para llevar a cabo actividades de acompañamiento, conocer los espacios y servicios universitarios que puedan ser de interés para los estudiantes de movilidad, así como dar información de algunas clases o profesores”.

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