A menos de un mes de la entrada en funciones de una nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), tras las elecciones del pasado 1 de junio, los ministros que hasta este miércoles conformaban la primera de dos salas del máximo tribunal del país clausuraron sus labores. Jorge Mario Pardo Rebolledo pronunció un discurso en el que expresó que a pesar de infundios y calumnias para concretar una reforma constitucional que dio paso a un vuelco al Poder Judicial la vocación y la dignidad quedan intactos.
Pardo Rebolledo, con 15 años en la Corte, externó su agradecimiento a todo el personal de apoyo y de las ponencias por la disposición para generar el trabajo propicio con el fin de emitir mejores sentencias.
“Me despido diciendo que, a pesar de los infundios y las calumnias, nos retiramos, algunos de nosotros, con la dignidad y la vocación intactas”, dijo, y los aplausos se desbordaron en la Primera Sala.
El ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, quien llegó al pleno de la SCJN por nominación del expresidente Andrés Manuel López Obrador, autor de la reforma al Poder Judicial, evocó al cantante argentino Gustavo Cerati, y expresó: ‘Gracias totales’, título de una canción con la que el artista sudamericano cerró el ciclo de su banda Soda Stereo.
“Durante muchos años la maquinaria funcionó. Funcionó con el trabajo invisible y visible de cada una de las personas que colaboró en esta institución y que laboraron en este recinto. Quedarán, y espero que perduren, los ecos de las jurisprudencias de las que aquí emanaron. Vestigios de los primeros esfuerzos por consolidar en nuestro país, exitosamente, la defensa de los derechos humanos. En esto, parafraseando a Cerati, sólo me resta decir gracias totales a todos ustedes”.
El ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, quien llegó al pleno de la SCJN por nominación del expresidente Andrés Manuel López Obrador, autor de la reforma al Poder Judicial, evocó al cantante argentino Gustavo Cerati, y expresó: ‘Gracias totales’, título de una canción con la que el artista sudamericano cerró el ciclo de su banda Soda Stereo.
“Durante muchos años la maquinaria funcionó. Funcionó con el trabajo invisible y visible de cada una de las personas que colaboró en esta institución y que laboraron en este recinto. Quedarán, y espero que perduren, los ecos de las jurisprudencias de las que aquí emanaron. Vestigios de los primeros esfuerzos por consolidar en nuestro país, exitosamente, la defensa de los derechos humanos. En esto, parafraseando a Cerati, sólo me resta decir gracias totales a todos ustedes”.
Ana Margarita Ríos Farjat, quien también llegó al cargo de ministra por nominación de AMLO, destacó que el trabajo de la Primera Sala tiene saldos históricos en la construcción de una mejor justicia para México.
“En lo personal, agradezco los desafíos que siempre nos hacen descubrir mayor temple que podemos seguir poniendo a las mejores causas, siempre habrá muy buenas causas a las cuales dedicarnos, pero, sobre todo, me llevo la alegría de haber coincidido con cientos de personas comprometidas en alcanzar un mejor porvenir para nuestro país. Estoy convencida de que todas las personas en México aspiramos a lo mismo, y eso nos hermanará siempre. Ojalá algún día todos nos diéramos cuenta. Lamento profundamente la desaparición de la Primera Sala, que lleva décadas siendo histórica, pero confío en que su legado perdurará por siempre y siempre a la más alta protección de los derechos humanos”, expresó.
Por último, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, otro de los ministros apartados de la reforma judicial, refrendó los discursos de sus antecesores en la palabra, y externó su agradecimiento en un discurso escueto.
“La verdad, primero quiero refrendar todo lo ya dicho por mi compañera y mis compañeros. Me uno a los agradecimientos y sólo me resta decir que verdaderamente para mí ha sido un privilegio”, dijp.
La ministra presidenta de la Primera Sala, Loretta Ortiz, emitió el último mensaje de clausura.
“Se concluye un ciclo, pero reafirmamos un legado. Las distintas integraciones de esta Sala demostraron que el pluralismo enriquece la jurisprudencia y que la innovación jurídica, con rigor y creatividad, es capaz de resolver los problemas más complejos. Sobre todo, aprendimos que el derecho debe tener un rostro humano centrado en las personas, especialmente en quienes enfrentan situaciones de vulnerabilidad y desigualdad. Presidir esta Sala, en su último tramo institucional ha sido uno de mis mayores privilegios en mi trayectoria. Las sentencias que aquí se dictaron son avances firmes y aunque todavía insuficientes hacia la construcción de una justicia que no excluya, cada fallo reafirmó que juzgar con perspectiva de género, diversidad sexual, infancia, enfoque intercultural, no es deferencia, sino un deber constitucional”.
