
La felicidad laboral de la generación Z se desploma en más de 18 puntos al pasar su primer año en una empresa. En contraste, los Millennials retroceden 6 puntos, la Gen X se mantiene estable y los Baby Boomers caen 7 puntos, pero hasta después de cinco años. La brecha generacional es clara: el 94 por ciento de los Baby Boomers dice ser feliz en su trabajo, pero solo 79 por ciento de la Generación Z piensa igual. A este fenómeno, se le conoce como “honeymoon–hangover” y afecta a las empresas más de lo que parece.
De acuerdo con el Estudio Felicidad Organizacional 2025: ¿Por qué invertir en felicidad es invertir en el negocio?, elaborado por Buk (software integral de Gestión de Personas diseñado para ayudar a las áreas de Recursos Humanos de las empresas), la felicidad organizacional tiene un afecto directo en las finanzas de las empresas.
El trato que se le da a los empleados, juega un papel muy importante en esta situación; en México los asalariados más felices, tienen oportunidades de desarrollo profesional, se les reconoce su esfuerzo y existe un ambiente de trabajo positivo. Todo esto se convierte en la motivación para seguir laborando y dando resultados positivos.
En las palabras de Andrés Gómez, CEO de Buk México. “Medir la felicidad no es un gesto simbólico, es una decisión estratégica. El bienestar de las personas tiene un impacto directo en la rentabilidad y en la percepción de solidez financiera de las compañías”.
Buk, mediante la certificación Building Happiness, evaluó a más de 100 empresas, de las cuales solo a 21 se les reconoció por generar culturas laborales más humanas y sostenibles. Dentro de las empresas que triunfaron, se hallan los sectores agrícola, tecnología y manufactura, lo que demuestra que la felicidad de los empleados no tiene que ver con el tipo de trabajo que hacen.
Algunas de las empresas reconocidas, fueron:
Universidad La Salle Chihuahua (educación)
Innovak Global (agrícola)
Orbe (servicios)
ITWorkers (tecnología)
Mutuus México (salud)