
La problemática actual de pausa a la exportación de reses mexicanas a Estados Unidos y que comprende alrededor de 700 mil cabezas de ganado y que se encuentran varadas por el cierre fronterizo, por causa de la propagación del gusano barrenador, podría quedar resuelto en un par de meses .
Con la intención de solventar la extensión de esta plaga, tanto México como Estados Unidos convinieron remodelar la planta para la producción de moscas estériles del gusano barrenador en Chiapas, cuyo valor estimado ronda los 51 millones de dólares, de los cuales Washington contribuirá con 21 millones.
“México ha cumplido con todas las normas de sanidad e inocuidad. Se habla de la posibilidad de que se abra en un par de meses, ojalá, estamos esperanzados a eso, porque ya necesitamos que haya ese flujo de exportación para que pueda de alguna manera respirar la ganadería chihuahuense”, declaró al respecto Javier Meléndez Cardona, productor radicado en Samalayuca, Chihuahua.
Esta determinación que involucra a ambos países se da posterior al cierre que había hecho el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) el pasado 9 de julio de la frontera estadounidense a la importación de ganado mexicano, esto luego de que se hubiera detectado un nuevo caso de gusano barrenador en el estado de Veracruz.
Este cierre fronterizo, que se hace tan sólo tres días después de su reapertura, ha generado un clima de zozobra en los ganaderos locales quienes advierten en éste una serie de consecuencias económicas severas.
“Sí, pues muy lamentable verdad para la ganadería de Chihuahua porque nuestro estado sabemos que es de los principales exportadores a Estados Unidos y entonces es una cadenita que afecta a todos los productores y a muchas familias”, comentó por su parte José Alfonso Prieto Rodríguez, gerente de un establo en la zona de la frontera con Estados Unidos.
Esta medida impuesta por el USDA fue precisamente uno de los varios aspectos que fueron abordados en el marco de la visita que hizo esta semana el secretario de Estado de EU, Marco Rubio, en la que se encontró con la presidenta, Claudia Sheinbaum, y el canciller, Juan Ramón de la Fuente.