
El embarazo adolescente es uno de los mayores retos de salud pública que enfrenta México. Cada año, miles de jóvenes enfrentan consecuencias que van desde físicas y emocionales a educativas y sociales, derivadas de una maternidad y paternidad temprana que, muchas veces limita su desarrollo y oportunidades de vida.
En el marco del Día Mundial de Prevención del Embarazo en Adolescentes, que se conmemora cada 26 de septiembre, las cifras son contundentes: de acuerdo con el Consejo Nacional de Población (CONAPO) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en el país ocurren más de 1,000 nacimientos diarios de madres adolescentes.
Responsabilidad sin roles ni tabúes
Mantener mensajes diferenciados entre hombres y mujeres perpetúa la desigualdad de género. Hay que hablar de estos temas delicados desde etapas tempranas para que adolescentes de ambos sexos comprendan que ejercer su sexualidad implica cuidarse a sí mismos y también a la persona con quien deciden compartirla.
Abordar el tema en familia va más allá de platicas aisladas. Se trata de crear un espacio de escucha activa, donde los jóvenes se sientan libres de hacer preguntas y expresar curiosidad sin miedo, acompañando sus inquietudes desde un lugar de respeto, no de imposición.

Educación sexual integral: más allá de la anticoncepción
La prevención del embarazo adolescente no se resuelve únicamente con métodos anticonceptivos, mas bien se requiere una estrategia integral que contemple:
- Educación sexual desde la infancia
- Acceso a servicios de salud
- Prevención de la violencia sexual
La psicóloga y sexóloga clínica María del Carmen Molina Villaseñor, aliada de Fundación CTR, subraya que la educación sexual no debe limitarse a hablar de relaciones sexuales. Implica también enseñar el nombre correcto de las partes del cuerpo, promover la educación emocional, reconocer el consentimiento y brindar herramientas para prevenir el abuso.
“El silencio o la evasión solo dejan a niñas, niños y adolescentes expuestos a fuentes poco confiables como la pornografía o las redes sociales”, advierte Molina.
Por su parte Abelardo Perches, director de Fundación CTR afirmó que “La responsabilidad de los tutores es brindar información con respaldo científico, actualizada y adecuada a la edad”.
Riesgos digitales y nuevas formas de violencia
El acompañamiento adulto es indispensable ante fenómenos como el grooming, la presión de estereotipos de belleza o los discursos de odio en comunidades en línea. Estos riesgos, cada vez más presentes en la vida digital, pueden distorsionar la percepción de la sexualidad y fomentar relaciones dañinas.

El embarazo como elección, no destino
El embarazo debe formar parte de un proyecto de vida elegido, no ser una imposición. La prevención requiere hablar no solo de anticonceptivos, sino también de consentimiento, autocuidado y placer.
No puede ignorarse que muchos embarazos adolescentes derivan de abusos sexuales, lo que hace urgente reforzar la educación sexual integral.
Cinco pasos para cuidadores
- Hablar a tiempo: abordar el tema según la etapa de desarrollo, desde la niñez.
- Romper tabúes: evitar que el silencio fomente la desinformación.
- Explicar riesgos: incluir ITS, cuidado emocional y violencia sexual.
- Métodos claros: dar información realista sobre anticoncepción.
- Fomentar confianza: crear un espacio seguro para preguntar sin miedo.
Educación sexual como derecho
En México, la educación integral de la sexualidad sigue siendo un privilegio limitado a ciertos sectores. Urge garantizar su acceso, acompañado de campañas que reduzcan el estigma y fortalezcan la corresponsabilidad entre familias, instituciones y sociedad.