
El equipo MECHAPANTERAS, conformado por estudiantes de la Universidad Autónoma Métropolitana (UAM), plantel Azcapotzalco y guiado por el profesor José Luis Nava Sánchez, participarán en la 16ª edición del concurso internacional de robótica.
Los jóvenes, acompañados de su profesor del Departamento de Sistemas, se alistan para viajará a Bucarest, Rumanía, del 31 de octubre al 2 de noviembre de este 2025 y participar en la competencia internacional.
En la actualidad, el torneo cuenta con 425 equipos inscritos, provenientes de 34 ciudades y 17 países, entre ellos Japón, India, Ucrania, Grecia, Estados Unidos, Perú y Venezuela. En total, se han registrado 493 robots para esta edición.
El origen del equipo se conformó hace aproximadamente un año, cuando estudiantes de Ingeniería Electrónica expresaron su interés por participar en competencias, comentó José Luis Nava: “querían poner a prueba sus conocimientos en programación y métodos numéricos, así que me buscaron en clase y les dije que sí, que los apoyaría”.
Así, comenzaron a desarrollar robots minisumo amateur, pequeños dispositivos de 10x10 centímetros y 500 gramos de peso cuyo objetivo es sacar al oponente de un área circular, y poco a poco escalaron a categorías profesionales, enfrentándose a instituciones como el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y tecnológicos nacionales.
El equipo está conformado por Joanli Alejandro Chapuz Ramos, del tercer trimestre y Ulises Romero Elizalde, del séptimo trimestre, ambos de la carrera de Ingeniería Electrónica, quienes competirán en esta edición que se realizará en la Universidad Politécnica de Bucarest, en las categorías de minisumo profesional, robots autónomos y guerra de robots de una libra.
El doctor en Ciencias en Ingeniería Mecánica explicó que el equipo Mechapanteras llevará cinco prototipos diseñados por los propios estudiantes. “El robot debe medir 10x10 cm, pesar 500 gramos y ser completamente autónomo. Ya no usamos motores amarillos, ahora son motorreductores de metal, chasis metálicos y navajas para atacar al oponente”, explicó.
Además, los alumnos diseñaron sus propias tarjetas electrónicas para controlar sensores y programación, trabajaron en software como SolidWorks para modelar las piezas, que luego fueron fabricadas en máquinas convencionales como fresadoras.
Uno de los mayores retos técnicos fue el acceso a maquinaria CNC, que no estaba disponible en la Universidad. “Tuvimos que buscar apoyo en otras escuelas y proveedores externos para poder fabricar los componentes”, a pesar de las dificultades, el equipo logró avanzar gracias a su compromiso y capacidad para trabajar bajo presión, una habilidad esencial en competencias donde los robots deben ser reparados en tiempo limitado, apuntó.
La acreditación para participar en el torneo fue obtenida en diciembre de 2024, tras una destacada participación en el IPN; para cubrir los gastos de viaje y hospedaje, “los alumnos se acercaron a jefes de división y departamento para conseguir apoyo. Aunque no fue todo, lograron una parte. El resto lo están cubriendo con trabajo propio, vendiendo cosas para financiar el viaje”.
El profesor Nava Sánchez, enfatizó el interés por los estudiantes de no darse por vencidos, el mensaje, sostuvo es que “no se rindan, sigan sus sueños y compitan con otros países para ver que estamos al nivel. Representar a la UAM y a México es una gran responsabilidad. Queremos demostrar que en el mundo de la robótica el país también tiene avances tecnológicos importantes”.
Asimismo, destacó que en tendencias actuales en robótica, sobresale el papel de la inteligencia artificial, que “permite que los robots tomen decisiones autónomas, como en el futbol robótico, donde usan visión artificial y algoritmos para adaptarse si un motor falla. Es una herramienta clave en el desarrollo de prototipos y en la educación tecnológica”.
Subrayó la importancia de fomentar la robótica en universidades públicas, pues esa disciplina, y refirió que él fundó el curso de robótica en 2006, siempre buscando impulsar a los estudiantes para que prueben sus conocimientos en competencias, “las escuelas públicas están dando más importancia a estos eventos, y eso motiva a los alumnos a demostrar su creatividad”.
Para ello, en clases, dijo, utiliza métodos experimentales para despertar el interés por la ciencia; “hacemos experimentos físicos para que comprendan ecuaciones y leyes. Incluso organizamos concursos de cohetes de agua para simular las leyes de Newton con programación y métodos numéricos”.