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La Bandera Blanca, declarando a México país libre de analfabetismo, se dará en 2026, con cifras que ya sean irreversible, señala Armando Contreras, titular del INEA; el nuevo reto, puntualiza en entrevista, es combatir el rezago educativo, incluido el bachillerato en ese esquema

Plantean fórmula para recortar de 40 a 10 años la eliminación de rezago educativo

El Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), es un organismo creado hace más de cuatro décadas, responsable de que 31 millones de personas se hayan alfabetizado o hayan acabado el ciclo de educación básica. Así de profundo es su impacto en el país. A pesar de esas cifras, “vamos apenas poco mas de la mitad”, señala Armando Contreras Castillo, director general del organismo, “porque las personas que se nos han quedado en el rezago educativo son alrededor de 27 millones y medio de mexicanos todavía; 4.1 millones que no saben leer y escribir, 7 millones 539 mil que no tienen terminada su primaria y 15 millones 850 mil que no han terminado su secundaria”.

El índice de analfabetismo estará el próximo año por debajo del 4 por ciento, la línea marcada internacionalmente para levantar la Bandera Blanca; sin embargo, el titular del INEA, en entrevista con Crónica, señala que el verdadero reto, el que se alinea con lo que la 4T ha profesado, es convertir a México en una “República Educadora”, que no deje atrás a quienes no se han visto beneficiados cabalmente por la educación formal. El INEA, por tanto, no podría concentrarse sólo en el analfabetismo, sino que deberá brindar la atención en las personas mayores de 15 años sin primaria o secundaria completa e incorporar a sus esquemas a los mayores de 18 años que no acabaron el bachillerato.

–¿Qué avances tenemos en este primer año de gobierno?

–Hemos podido incorporar para alfabetización a 315 mil 303 mexicanos; a la fecha van alfabetizándose alrededor de 160 mil mexicanos y nos faltan 150 mil de nuestra matricula. La pretensión es terminar este año con alrededor de 180 mil a 190 mil alfabetizados y esto tiene impacto en el índice: del 4.1 por ciento (a inicios de sexenio), al 3.6 por ciento al termino del año.

Para declarar a un país territorio libre de analfabetismo, debe tener su índice por debajo del 4 por ciento, es decir, de manera estricta ya se pudiera levantar Bandera Blanca en México. Sin embargo, esto se va a hacer hasta el año 2026 para que podamos llegar al 3.5 por ciento, para que este índice sea irreversible y quede consolidada la Bandera Blanca en México.

Pero esto es apenas la primera parada, la primera meta que va a ser la muestra de la reivindicación de uno de nuestros principales principios en el modelo de gobierno de la Cuarta Transformación: primero los pobres y primero los pobres en educación, es atender a los que no tuvieron la posibilidad de ir a la escuela formal, los pobres entre los pobres en conocimiento.

Nosotros queremos tener un índice irreversible y continuar el proceso de alfabetización porque para nosotros, si bien es cierto que son importantes los números, es mucho más importante ver cómo se cambia la vida de un mexicano y una mexicana cuando, como decía Benito Juárez, salir de la noche negra y sin estrellas que implica no saber leer y escribir; cuando una persona puede escribir su nombre, cuando puede ver el letrero del camión, del mercado, un mensaje para sus seres queridos o una receta médica.

Armando Contreras INEA (SUNNY QUINTERO)

–El INEA ha sido un baluarte para el país en lograr reducciones en el índice de analfabetismo...

–Es un tema del país que logra esa gesta, como lo está llamando nuestro secretario Mario Delgado Carrillo, porque se trata de una gesta heroica que empezó Justo Sierra, que consolidó José Vasconcelos desde la Secretaría de Educación y que continuó Torres Boded. La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo va a cerrar este ciclo histórico y va a poner un antes y un después, un parteaguas entre un país que, durante más de 100 años con un trabajo institucionalizado con un esfuerzo de Estado, no había podido lograr (la erradicación formal del analfabetismo); en 2026 se va a poder levantar esa Bandera.

–¿Y qué pasará con el INEA una vez que esto se logre?

–El índice nacional de rezago en primaria es 7.4 por ciento y nuestra meta es bajarlo a menos al 4 por ciento en el sexenio. En secundaria estamos trabajando actualmente en atención a 231 mil 491 personas y la ruta es para la disminución del 15.8 por ciento al 7 por ciento en el sexenio. Ya lo platicamos nosotros con la Presidenta, y estamos en un diálogo para fijarnos nuevas metas.

Lo que encontramos es que al INEA, desde su decreto de creación, solamente se faculta para la alfabetización, la atención a rezago en primaria y secundaria; pero ahora el artículo Tercero Constitucional hace obligatoria la educación media superior y, por lo tanto, esto obliga al Estado a reconocer como rezago educativo a todos los mayores de 18 años que no terminaron su preparatoria.

Es sorprendente el número de mexicanos que están en situación de rezago. Hay consenso de que por la vía del INEA y su relanzamiento institucional se pueda atender a esta cantidad de mexicanos desde el próximo año.

–¿Por qué relanzamiento del INEA?

–Normalmente el INEA tiene una atención de 600 mil a 650 mil mexicanos cada año; a este ritmo necesitamos unos 40 años para terminar con alfabetización y el rezago en primaria y secundaria; si a eso le agregamos el bachillerato, el número de mexicanos en rezago supera los 51 millones de mexicanos mayores de 15 años.

Con los 26 institutos estatales de educación para jóvenes y adultos más 6 unidades de operación del INEA para los estados donde no concluyeron la descentralización educativa; con apoyo de 6 mil trabajadores de base y 34 mil personas voluntarias que apoyamos con subsidio, hacemos un trabajo en todo el país en el que atendemos 650 mil personas anualmente.

Con el INEA solo, no vamos a poder y, como la apuesta de nuestro modelo de gobierno es la educación como palanca del desarrollo nacional, de la justicia y del bienestar compartido, estamos conscientes de que se le tiene que dar la dimensión de trato de Estado; es decir, que el tema del rezago educativo sea una responsabilidad en los tres ámbitos de gobierno, municipal, estatal, federal, de sindicatos, de organizaciones públicas, de empresarios de instituciones educativas, organizaciones deportivas.

Este 2025 nos abocamos a ir por estas instancias, a poner las bases consolidadas de una “República Educadora” en la que la educación no sea un tema solamente del INEA, o del gobierno federal sino un tema de la sociedad en su conjunto.

En las empresas hay personas que no saben leer, en las casas, hasta maestros llegan a tener familiares que no saben leer o que no terminaron su primaria o su secundaria. Lamentablemente, en donde quiera, está todavía presente el tema del rezago educativo. Lo que el INEA pretende es ser la dependencia organizadora que pudiera concatenar muchos esfuerzos y avanzar sustancialmente en el rezago educativo, agraciadamente esto va por muy buen camino puesto que nadie nos ha dicho que no.

Hemos firmado convenios con 14 gobernadores; en en Chiapas el Gobernador fijo la alfabetización como segundo eje de gobierno solo después de la construcción de la Paz, Puebla el gobernador Armenta puso todos los programas sociales del Estado al servicio de la alfabetización; igual la maestra Delfina, en el Estado de México; la gobernadora de Tlaxcala; incluso los gobernantes panistas de Querétaro y de Aguascalientes están sumados decididamente a reducir el rezago educativo.

Tenemos un gran convenio con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el maestro Cepeda tiene el compromiso de que cada maestro va a adoptar un pupilo ya sea para enseñar a leer y escribir o para lograr la conclusión de las personas en primaria o secundaria. Son un millón setecientos mil maestros del SNTE, su contribución sera un gran aporte educativo para el país.

La Federación Mexicana de Futbol hizo un convenio con nosotros y se promocionaron en 100 partidos nuestras acciones. Con Mikel Arriola estamos acordando que también en estos partidos de la liguilla se siga invitando a “meter un gol por la educación de los adultos”. Y nos ha ayudado mucho para aumentar nuestra matrícula pues el programa que se ha hecho con la Federación lo han visto más de 100 millones de personas.

–¿Qué sería lo que se necesita del INEA para afrontar esta nueva gesta o esta nueva cruzada ya más dirigida hacia el rezago educativo de primaria a bachillerato?

–Yo creo que se tendría que convertir el INEA en una dependencia organizadora, en una dependencia coordinadora y capacitadora que pueda producir los materiales educativos que se necesitan para que todos los actores pongamos todas las manos a la misma obra educativa para la reducción del rezago educativo del país.

En ese sentido estamos también preparándonos. Nosotros sí creemos, sí pensamos que vamos por el mejor camino y que vamos a lograr que, entre otras cosas, Claudia Sheinbaum Pardo sea la Presidenta de la Educación.

El año 2026, sí o sí tenemos que tener los avances para la declaratoria de Bandera Blanca como territorio libre de analfabetismo; en 2026, sí o sí, tenemos que tener la base organizativa nacional para la promoción y establecimiento de una Patria Educadora.

–¿Que se puede lograr con esta “Patria Educadora”, como le llama usted?

–De aquí a 2030 tenemos que tener con mucha fortaleza a México como país alfabetizado; lograr también Bandera Blanca en primaria; bajar a la mitad el rezago en secundaria, del 15 al 7 por ciento; y, por lo menos contar con un gran porcentaje de bachillerato (que aún no tenemos en el INEA la facultad en este momento).

Nosotros queremos que en lo que queda de este sexenio y el siguiente (12 años) estemos ya en otro ámbito.

–¿Esto es lo que se platica en la SEP y en Presidencia de la República sobre replantear estos temas?

–Efectivamente.

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