
Durante la madrugada de este jueves se vivió una situación alarmante en las instalaciones del Refugio Franciscano A.C., un albergue dedicado al rescate de perros y gatos en la Ciudad de México. De acuerdo con denuncias difundidas en redes sociales, autoridades ingresaron al lugar y desalojaron al personal que cuidaba a los animales, dejando sin supervisión a más de mil cien perros y gatos que dependen completamente de atención humana para sobrevivir.
La información se difundió a través de un mensaje en redes sociales que también fue dirigido a funcionarios de la administración capitalina, como Clara Brugada, titular de la Agencia de Atención Animal, y autoridades de la Fiscalía CDMX y de la SSC CDMX, preguntando directamente qué pasará con los animales tras la acción.
La situación llamó la atención de asociaciones protectoras y vecinos, quienes advirtieron que el desalojo se realizó sin condiciones básicas para garantizar la integridad de los animales rescatados, que han encontrado en el refugio un espacio seguro lejos del abandono, el maltrato o la enfermedad. El albergue operaba desde hace casi 50 años, tiempo en el cual ha cuidado a incontables perros y gatos rescatados de situaciones de riesgo.
Qué ha mencionado el Refugio ante lo sucedido
Según la organización, la orden de desalojo fue promovida por la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama y avalada porRefugio Franciscano: Desalojo en la madrugada pone en riesgo a más de 1,100 animales en CDMX el Juzgado Sexagésimo de lo Civil de la Ciudad de México. Sin embargo, denunciaron que la medida se ejecuta sin que exista un espacio alternativo adecuado para recibir a los animales. El convenio firmado por ambas partes en 2022 establecía que antes de cualquier traslado debía construirse un nuevo albergue con módulos, jaulas y áreas para cuidadores, lo cual no se ha cumplido.
El Refugio Franciscano alertó que el desalojo sin medidas de protección podría desencadenar consecuencias graves para los animales, como contagios, estrés, hacinamiento, negligencia o incluso la muerte de algunos de ellos, ya que no existen instalaciones ni personal preparados para recibirlos de forma inmediata. Además, señalaron que la resolución judicial incluso permite tratar a los animales como bienes transferibles, ignorando servicios básicos como agua, luz y atención veterinaria en jaulas que nunca se construyeron.

La organización reiteró su disposición a entregar el predio en un máximo de 45 días hábiles, siempre y cuando el nuevo albergue esté completamente operando. Sin embargo, advirtieron que cualquier traslado improvisado equivale, en la práctica, a abandonar a los perros y gatos que dependen del cuidado humano, lo cual sería una grave vulneración de sus derechos como seres protegidos por la ley.
La falta de un lugar alternativo pone en evidencia un problema mayor: en México existen aproximadamente 28 millones de perros, de los cuales cerca del 70 % vive en situación de calle, según datos de asociaciones veterinarias. La ausencia de infraestructura pública o privada suficiente hace que el destino de más de mil animales sea incierto si no se garantiza un albergue adecuado.
Ante este escenario, el Refugio Franciscano hizo un llamado urgente a autoridades y a la sociedad civil para detener lo que calificó como una injusticia que pone en riesgo a seres que no pueden defenderse por sí mismos. “Ellos no pueden exigir sus derechos. Nos corresponde protegerlos”, expresaron representantes de la organización.
Por ahora, no hay una postura oficial de las autoridades sobre el seguimiento del caso ni sobre el destino que tendrán los animales tras el desalojo, lo cual mantiene en incertidumbre a quienes han apoyado al refugio y a la comunidad animalista en general. La preocupación principal sigue siendo garantizar que los perros y gatos desalojados no terminen en la calle, sin atención o en condiciones de riesgo tras la intervención.