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Educación liberal (2)

En la obra Educación liberal de Rodolfo Vázquez que comencé a reseñar en mi artículo anterior (27-12-23) se afirma que la educación es un proceso mediante el cual se preserva, transmite y recrea una cultura común (conocimientos y creencias, ideales y normas, hábitos y destrezas), proceso que se justifica desde un punto de vista liberal cuando se favorece la formación y el ejercicio de la autonomía personal a partir de la satisfacción de las necesidades básicas, el fortalecimiento de la dignidad personal, la autoestima, la consideración y respeto hacia los semejantes, el trato igualitario, de no discriminación y no trato diferenciado a quienes poseen rasgos distintivos. .

En el capítulo 2, Vázquez contrapone tres modelos educativos no liberales: el tradicional, el libertario y el comunitario.

Modelo tradicional

El tradicionalismo es una forma de pensamiento conservador que se expresa en la tradición y valora normas y valores del pasado. Su origen se remonta hasta la Grecia Antigua (Platón y Aristóteles), tuvo presencia notable en la Edad Media (Tomás de Aquino) y se prolongó hasta la Edad Moderna (De Maistre, Edmund Burke, F. R. Leavis y Allan Bloom). El enfoque tradicional se vincula al perfeccionismo, concepción que sostiene que lo bueno para un individuo es independiente de sus propios deseos y que el Estado puede brindar una educación que de preferencia a aquellos intereses y planes de vida que son objetivamente mejores. El absolutismo moral es una justificación del perfeccionismo autoritario. En las relacione entre autoridad y educación se sostiene que el Estado, mediante las instituciones educativas, tiene derecho a imponer una educación fundada en valores superiores que perfeccionan el carácter moral del educando. El Estado impone a la sociedad un ideal de la vida buena. Un ejemplo lo tenemos en La República de Platón donde el bien del individuo se subordina al bien de la polis, y ese bien es definido por los gobernantes que son hombres virtuosos. Vázquez traslada enseguida la crítica a nuestra época, y ejemplifica el modelo tradicional con las ideas educativas de Allan Bloom, autor de la obra The closing of the American mind (1987) que tuvo gran impacto en el mundo universitario. Según él, la crisis de la civilización estadounidense --y de Occidente-- se explica por el éxito de la “educación progresista” de principios del siglo XX y de los años 60 que trajo consigo relativismo cultural y escepticismo moral, además el olvido de los clásicos de la cultura occidental. Este movimiento dice Bloom “lejos de abrir las mentes, las ha cerrado”. Ataca la modernidad y propone un regreso a Platón. Adopta una postura elitista: aborrece la cultura de masas, rechaza la experiencia, las culturas populares, étnicas y raciales y descalifica a las comunidades feministas y homosexuales por ser manifestaciones extrañas a la Cultura Occidental.

El Presupuesto Educativo 2024 no contempla mejoras para el desarrollo profesional de los docentes.

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Modelo libertario

El modelo libertario también representa una orientación conservadora. Sus preceptos se oponen al Estado de Bienestar. El libertarismo defiende al individuo ubicado en un marco de Estado mínimo, libertad de elección y laissez faire en un sistema de mercado. Autores representativos de esta corriente son Friederich Hayer, Milton Friedman, James Buchanan y Robert Nozick. El modelo libertario supone que la educación no debe estar basada en ninguna concepción particular del bien y debe ser moralmente neutral. Busca solo proveer a los estudiantes de elementos técnicos que les capaciten para incorporarse al trabajo productivo cuando sean adultos. La autoridad educativa se deposita en los educadores profesionales. Milton Friedman propone un sistema de (libre) elección de escuelas mediante “bonos” que entrega el Estado a cada padre de familia. La experiencia muestra que esa (libre) elección que hacen los padres tiende a favorecer a las escuelas privadas.

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Modelo comunitario

El movimiento comunitario se desarrolló desde los años 70 del siglo pasado y sus autores representativos son Charles Taylor, Michael Sandel, Alaisdair MacIntyre y Michael Walzer. Desde su nacimiento esta doctrina enfocó sus baterías contra aquel liberalismo que defiende una concepción ahistórica y desencarnada del individuo que, aunque es dotado de derechos, no está conectado con su entorno social. El comunitarismo postula la precedencia ontológica de la comunidad frente al individuo. El modelo comunitario se caracteriza por un relativismo o convencionalismo respecto a la verdad moral y por un integrismo como concepción ético-política. Los juicios morales según esto, no deben ser creación del individuo sino de la comunidad, de sus prácticas y convenciones. Desde el punto de vista ético-político, el comunitarismo asume una posición integrista, contraria a la concepción de tolerancia liberal. Para el comunitario no hay separación entre individuo y comunidad, el éxito del primero depende del segundo. Siguiendo a Hegel, los comunitarios sostienen que el único contenido válido de la obligación moral procede de la comunidad, idea contraria a la de Kant quien sostuvo que la ley moral incumbe al sujeto individual, dotado de razón práctica y de voluntad autónoma. La esencia y la meta de los individuos, dicen los partidarios de esta corriente, debe ser la comunidad. En mi próxima contribución abordaré el modelo de educación liberal con un enfoque igualitario y democrático que defiende el autor de la obra, el distinguido doctor Rodolfo Vázquez.

(Continuará)