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El empresario mexicano José Miguel Maya Zulaica inicia su reflexión advirtiendo que muchos proyectos emergentes nacen con entusiasmo, creatividad o incluso innovación técnica

Así piensa José Miguel Maya Zulaica sobre la clave que separa un negocio exitoso de uno fallido

El manejo de los recursos económicos en el país, un factor determinante cuando se analiza el papel del emprendimiento juvenil como motor de desarrollo sostenible

Bienestar financiera — Según la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) de 2023, solo el 17,8 % de las personas de 18 años y más en México alcanzó un nivel de bienestar financiero alto, mientras que más del 50 % se ubicó en niveles medios bajos o bajos. La cifra revela una brecha estructural en la comprensión y el manejo de los recursos económicos en el país, un factor determinante cuando se analiza el papel del emprendimiento juvenil como motor de desarrollo sostenible. En ese escenario, la visión de José Miguel Maya Zulaica adquiere especial relevancia al proponer que la educación financiera debe considerarse la base de todo emprendimiento responsable entre los jóvenes empresarios mexicanos.

El empresario mexicano José Miguel Maya Zulaica inicia su reflexión advirtiendo que muchos proyectos emergentes nacen con entusiasmo, creatividad o incluso innovación técnica, pero carecen de una estructura financiera mínima: presupuestos, reservas o previsiones ante contingencias. Esa ausencia —explica— no puede compensarse con pasión ni talento. Para él, el verdadero reto del joven emprendedor consiste en traducir las ideas a escenarios numéricos y gestionar el capital con prudencia.

El núcleo del pensamiento de José Miguel Maya Zulaica: competencias financieras y sostenibilidad

En su enfoque, José Miguel Maya distingue dos dimensiones vitales: la formación de competencias financieras personales y la proyección empresarial sustentable. Desde la primera, sostiene que todo joven empresario debe conocer cómo funciona el ahorro, cómo se estructura la deuda responsable y cómo interpretar el costo de oportunidad. Esa base, agrega, se torna imprescindible cuando el emprendimiento crece y requiere proyectar escenarios, determinar márgenes de ganancia o analizar sensibilidad ante variaciones del mercado. En ese tránsito —dice— se ve la diferencia entre un proyecto que sobrevive y otro que colapsa.

Uno de los argumentos que el ejecutivo mexicano Maya Zulaica enfatiza es el vínculo entre estabilidad financiera y credibilidad ante inversionistas o aliados. No basta con tener una propuesta atractiva, un emprendedor debe demostrar que domina el lenguaje de los números. En sus palabras, “no se convence con discursos sino con balances bien estructurados, proyecciones sustentadas y una estrategia de gestión coherente”.

Otra reflexión que aporta José Miguel Maya Zulaica versa sobre el riesgo del endeudamiento mal calibrado. Reconoce que el crédito puede ser un recurso útil, pero advierte que sin educación financiera puede transformarse en carga insostenible. Él plantea que un emprendedor joven debe saber cuándo endeudarse, con qué plazos y con qué garantías; debe proyectar escenarios adversos y prever márgenes de amortización.

El compromiso educativo y social en la visión de José Miguel Maya

Maya Zulaica también aborda el papel del entorno institucional y educativo en el fortalecimiento del tejido emprendedor nacional. Subraya que las universidades, los institutos técnicos y los centros de formación deben integrar contenidos financieros prácticos: talleres de presupuestos, simulaciones de negocio, control de costos y herramientas digitales de gestión. Esa incorporación, afirma, permitiría que los jóvenes lleguen al mundo empresarial con competencias reales y no solo teóricas. Además, advierte que los entes públicos podrían sumar apoyos educativos centrados en finanzas para emprendedores.

Un aspecto que no pasa desapercibido en sus planteamientos es la responsabilidad social implícita en un emprendimiento financieramente formado. El empresario mexicano José Miguel Maya Zulaica sostiene que la correcta gestión económica permite generar condiciones laborales más dignas, cumplir obligaciones fiscales, reinvertir en innovación y comprometerse con el entorno comunitario.

José Miguel Maya Zulaica sostiene que la educación financiera va más allá de las fórmulas y los balances, enseña a pensar con autonomía y a decidir con criterio. Cuando un joven entiende cómo funcionan los mercados, aprende a medir riesgos, proyectar escenarios y resistir la volatilidad que suele acompañar al mundo empresarial. Esa madurez lo impulsa a transformar una idea prometedora en una empresa sólida, capaz de evolucionar sin perder su propósito. Si el conocimiento financiero puede otorgar independencia y visión a toda una generación de emprendedores, ¿no sería momento de convertirlo en el verdadero punto de partida del éxito empresarial en México?

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