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Buscamos un fármaco que inhiba al hongo de la clamidia: Everardo López

Nuestros científicos. El investigador de la Universidad de Guanajuato identificó una proteína que es fundamental para que el hongo que causa la clamidia se adhiera al epitelio de la vagina y señala que están en vías de desarrollar “un tiro de precisión” para evitar esto

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, comparece ante los medios de comunicación
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, comparece ante los medios de comunicación El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, comparece ante los medios de comunicación (La Crónica de Hoy)

El investigador de la Universidad de Guanajuato, Everardo López Romero, identificó y aisló una proteína, llamada Gp70, que es necesaria para que el hongo de la clamidia se adhiera a células sanas del epitelio vaginal, en el cuerpo femenino. Después de 40 años de investigación contra esta enfermedad infecciosa, Everardo sostiene que están en vías de desarrollar un fármaco que opere como un “tiro de precisión” y que anule la adherencia de este hongo.

Los hongos de las especies Candida albicans, Candida glabrata, Candida parapsilosis, Candida tropicalis tienen como huésped a los seres humanos y suelen afectar áreas como la vagina, genitales, esófago y piel. Cuando bajan las defensas del sistema inmune de su hospedero es cuando éstas se fortalecen y atacan al paciente, causándole candidiasis, una enfermedad recurrente e invasiva, muy difícil de erradicar porque las células patógenas son muy resistentes a tratamientos antifúngicos.

El doctor López Romero dice que el desarrollar una molécula que ataque justo en el blanco a patógenos como los hongos de la Candida y que no deteriore aún más la salud del humano convaleciente es el sueño de los microbiólogos.

El bioquímico se ha dedicado por cuatro décadas a buscar moléculas o proteínas antigénicas, presentes en la superficie de los organismos, que puedan servir como un blanco para el diseño de drogas antimicrobianas.

Su grupo de investigación encontró la glicoproteína superficial Gp70 que participa en la adhesión de la cándida a las glucosas ubicadas en el epitelio vaginal y que producen la enfermedad. Esta aportación fue publicada en la revista Medical Mycology, su entonces estudiante de doctorado Estela Ruiz Baca aisló, purificó y demostró la adhesión de la glicoproteína Gp70 de la cándida en células humanas, por lo que tuvo un fuerte impacto en la literatura y hoy en día muchos laboratorios alrededor del mundo trabajan con dicha molécula, siendo investigadores en Brasil quienes han realizado varios estudios más detallados de este antígeno.

MUNDO MICROBIANO. Originario de Hermosillo, Sonora, Everardo López Romero relató que su gusto por la microbiología nació cuando cursaba la licenciatura en la Universidad de Sonora de 1964 a 1969, al grado que el profesor de dicha asignatura antes de retirarse le dejó su cargo cuando aún era estudiante. El mundo microbiano le pareció fascinante, aunque “me interesó también la medicina, pero mi familia era muy pobre y no me podía apoyar para estudiar en Guadalajara o en la Ciudad de México, así que me decidí por una carrera que fuera afín a la medicina”.

El químico farmacobiólogo comentó que fue un niño campesino, su padre de origen yaqui y su madre de ascendencia mayo no tuvieron oportunidad de estudiar más allá de la primaria, así que a él le tocó abrirse camino solo en el mundo académico, convencido de que podía ganarse la vida haciendo investigación. “No quise comprometerme con ningún trabajo porque a pesar de tanta necesidad no quería encariñarme con el dinero, aunque fuera poquito”.

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Estudió el doctorado en microbiología en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional. Poco después fue maestro en la recién creada Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, pero no duró mucho ahí porque sólo daba clases. Gracias a su director de tesis, José Ruiz Herrera, se incorporó al Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, unidad Zacatenco, por cuatro años, en el Departamento de Genética y Biología Molecular.

En 1979, este mismo profesor lo invitó a irse a vivir a Guanajuato para fundar juntos un instituto de investigación en biología experimental, cumpliendo así uno de sus grandes anhelos: hacer investigación pues, dijo, es su pasión el conocimiento de procesos básicos del metabolismo de microorganismos en cuanto a rutas metabólicas, enzimas que participan en reacciones importantes y búsqueda de proteínas.

PATÓGENOS OPORTUNISTAS. Las candidiasis pueden ser orales, produciendo inflamación en el esófago; mientras que las candidiasis vaginales, genitales y de piel ocasionan erupción, picor y una secreción blanquecina espesa; la concerniente al tracto genitourinario es la que más ha trabajado López Romero y su grupo de investigación.

“Las cándidas o monilias son patógenos oportunistas, ya que cuando bajan las defensas inmunitarias se pegan en las mucosas y generan problemas de salud, al grado que pueden ocasionar la muerte de un paciente al convertirse en candidiasis invasiva. Por ejemplo, en pacientes con cáncer, sida, en casos graves de alcoholismo y tabaquismo es muy común. Muchos pacientes terminales fallecen de candidiasis porque sus defensas se van al piso”, explicó el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.

La proteína Gp70 es interesante porque tiene residuos unidos de azúcar muy comunes en la superficie de los organismos que funcionan como adhesinas; es decir, participan en procesos de adhesión a células procariotas. “Si uno es capaz de interrumpir el proceso de adhesión de un patógeno a un tejido está en posibilidades de suspender la infección”, añadió el científico.

Desarrollar un suero anti-Gp70 que bloquee la adhesión del hongo a las células epiteliales evitaría la progresión de la candidiasis y es hacia donde se dirigen las investigaciones actuales, puntualizó el fundador hace 40 años del Departamento de Biología, antes llamado Instituto de Investigación en Biología Experimental.

“Los mecanismos que utilizan organismos patógenos para infectar e invadir un huésped son increíbles. La lucha que se establece entre el organismo y la víctima del ataque es un campo de batalla”.

Por sus años de entrega y compromiso, en 2013 la Universidad de Guanajuato le otorgó el doctorado honoris causa por sus contribuciones a la docencia, la investigación y la formación de recursos humanos de alto nivel en bioquímica, microbiología y micología, lo mismo que sus aportaciones al avance del conocimiento. En la actualidad, el microbiólogo continúa haciendo investigación básica e imparte clases, pues además de disfrutarlo, es uno de sus compromisos más importantes, confió.

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