Opinión

C.C.P. Alejandra Frausto, secretaria de Cultura

C.C.P. Alejandra Frausto, secretaria de Cultura

C.C.P. Alejandra Frausto, secretaria de Cultura

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
Vaya fuerte reacción del gremio cinematográfico, productores, directores y actores, ante lo que parecía la inminente desaparición del Fidecine, el fideicomiso para fondear la producción, postproducción, distribución y exhibición de largometrajes mediante la inversión de capital de riesgo o la prestación de créditos. Incluso los magníficos “Tres Amigos", Guillermo Del Toro, Alejandro González Iñarritú y Alfonso Cuarón, todos ganadores del premio Oscar, no olvidaron sus orígenes y fuente de financiamiento de sus primeras películas, saliendo a la defensa de la conservación de estos apoyos para el cine mexicano. El Fidecine ha sido cuestionado por la forma como se ejerce y la falta de transparencia; sin embargo, sin estos recursos, aunados a los incentivos fiscales como Eficine 189, antes 226, el cine mexicano difícilmente existiría.

Si bien se ha dicho que los mexicanos, que hoy son grandes referentes mundiales como productores, directores y fotógrafos de cine, no deben sus recientes logros al cine nacional como tal, quizá sin todo el esquema de apoyos gubernamentales para hacer cine en México, no hubieran podido dar el salto a Estados Unidos donde hoy brillan y son un gran orgullo para los mexicanos. No puedo imaginar la realización de películas como Sólo con tu Pareja, Cronos o Amores Perros, sin alguna especie de respaldo económico gubernamental.

¿Por qué se cuestionó al Fidecine? Por la falta de transparencia una vez asignados los recursos, los altos sueldos auto otorgados, amiguismo a cuenta de dinero público y otros costos inflados de servicios. Así también, hubo quienes criticaron la calidad de las películas financiadas con estos recursos, así como su desempeño en taquilla, a pesar de contar con cuota de pantalla y garantía de audiencia conforme a la Ley de Cinematografía.

A la amenaza de desaparecer el Fidecine se suma la de borrar también otro apoyo económico, el Foprocine, destinado principalmente a óperas primas, con una valoración más artística que comercial. Hace apenas un par de meses se decidió fusionarlo con Fidecine, por lo que al estar en riesgo este último se entendería la desaparición de ambos en este mismo año.

Extinguir este tipo de apoyos, perjudicaría a la industria cinematográfica en general, aunque los sectores de distribución y exhibición tendrían siempre alternativas, mexicanas o no, para sus pantallas. Aunque un 9.2% de los ingresos por venta de boletos, vino de películas mexicanas, de bajar la producción por falta de apoyos como el Fidecine, simplemente se sustituirían éstas con más copias de otras películas extranjeras. Son los grandes blockbusters estadunidenses, normalmente cargados de efectos especiales o animación, los que saturan las taquillas, siendo del gusto del público, que no necesariamente acude a las salas a ver arte o cine nacional, sino que la audiencia paga por entretenerse, en salas de cine, por cierto de calidad mundial como las que ofrecen las dos grandes exhibidoras mexicanas: Cinépolis y Cinemex.

Así, al no haber apoyo de fondeo público se afectaría directamente al sector producción en México, así como a directores, guionistas, actores, renta de equipo para filmaciones, negocios de cattering y muchos otros. No hay en México inversión privada a capital de riesgo para películas nacionales, haciendo imposible pensar en el financiamiento de particulares para filmar por ejemplo las 106 películas mexicanas exhibidas en 2019.

Así entonces, repensar la desaparición del Fidecine ha sido una decisión atinada de Mario Delgado y sus compañeros diputados en la Comisión de Cultura y un tema para el análisis con la propia Secretaría federal.
Twitter: @AMaximilianoGP
maximilianogarciap@gmail.com