
“Si realmente crees que el medio ambiente es menos importante que la economía, intenta aguantar la respiración mientras cuentas tu dinero”
Científico estadounidense, profesor emérito de Recursos Naturales Biología Evolutiva en la Universidad de Arizona
Los trolebuses son un símbolo histórico de la Capital de nuestro país. Cuando en 1821 México surgió como nación independiente, los habitantes de las ciudades principales se desplazaban en sencillas carretas, lujosos carruajes o populosos omnibuses arrastrados por mulas o caballos que transportaban personas y objetos, para realizar sus actividades cotidianas y satisfacer sus necesidades esenciales.
De esta manera surgió el primer transporte popular y masivo en México con los “tranvías de sangre”, también llamados tranvías de tracción animal o de mulitas. En la década de los cincuenta, este eficiente y novedoso servicio pretendió ser sustituido por los “tranvías de fuego”, se trataba entonces de vagones férreos propulsados por grandes locomotoras de vapor; sin embargo, debido a su gran peso y tamaño, además del estruendoso ruido que producían, los tranvías de fuego no tenían acceso a las estrechas calles de la ciudad, por lo que se instalaron en las periferias, mientras que el servicio al interior de la ciudad lo seguirían desarrollando coches tirados por mulas o caballos.
El 15 de enero de 1900, la Compañía de Ferrocarriles del Distrito Federal inauguró la primera línea de tranvías eléctricos del centro de la Ciudad a Tacubaya; pero muy rápido la expansión económica y comercial de la capital del país, obligó a la diversificación de los servicios para el traslado de mercancías con escapes especiales para fábricas o haciendas, corridas turísticas a sitios pintorescos como Xochimilco y diversos museos, servicios fúnebres e inclusive el traslado de presos.
Derivado de diversas huelgas, este servicio, que había sido concesionado a empresas privadas, fue intervenido y el 19 de abril de 1947, siendo presidente Miguel Alemán Valdés, se creó el Servicio de Transportes Eléctricos del Distrito Federal (STE), organismo facultado para la administración y operación del transporte de tracción eléctrica y para el estudio, proyección y construcción de nuevas líneas de transporte en el Distrito Federal.
Bajo la tutela de este nuevo Organismo, en ese mismo año, salió a dar servicio de las instalaciones de Indianilla el tranvía 2000, también conocido como PCC, que operó en la ciudad hasta la década de los ochenta y fue el antecedente inmediato del tren ligero. Sin embargo, la base de la renovación que constituiría el símbolo característico del STE fue el trolebús; las primeras veinte unidades con las que contó la Ciudad de México fueron compradas en 1945 a una empresa en Nueva York y armadas en los talleres de Indianilla durante 1946.
A partir de la década de los cincuenta se adquirieron diferentes tipos de trolebuses; el parque vehicular ha sido conformado a lo largo de los años por unidades de fabricantes como Marmon Herrington (Estados Unidos), Toshiba y Mitsubishi (Japón), New Flyer (Canadá) y Kiepe (Francia y Alemania). Las últimas adquisiciones fueron “los modernos” trolebuses serie 9000, que iniciaron su operación en febrero de 1998 y que actualmente operan los Corredores Cero Emisiones.
Durante el sexenio del licenciado Marcelo Ebrard Casaubón como Jefe de Gobierno, tuve la honrosa oportunidad de ser Director General del STE. Cuando en el año 2007 plantee que era conveniente el redimensionamiento de la Red de Trolebuses, muchos pensaron que era una locura; sin embargo, después de varios meses de negociación con la Alianza de Tranviarios de México, uno de los Sindicatos más antiguos de América Latina y de los más combativos de la ciudad, concluimos que era lo más adecuado para preservar el Organismo y consecuentemente la fuente de trabajo.
La razón era simple: resultaba imposible atender 18 rutas con un parque vehicular de 405 trolebuses que en su mayoría presentaban un alto grado de deterioro, lo que no permitía prestar un buen servicio debido a los constantes regresos de las unidades por fallas durante el recorrido, afectando los tiempos de espera de los usuarios y disminuyendo el número de trolebuses programados para atender la demanda. De esta manera reducimos la red de operación de 18 a ocho líneas, lo cual tuvo un resultado positivo ya que con menos de la mitad de rutas se fortaleció la red eléctrica y las subestaciones; se distribuyó proporcionalmente el parque vehicular para atender con mayor calidad y oportunidad a los pasajeros; se programaron adecuadamente los mantenimientos correctivo y preventivo y se atendieron eficientemente los incidentes y fallas durante la operación.
A partir de esta idea también creamos los Corredores Cero Emisiones que han significado para los habitantes de la CDMX una reducción en los tiempos de recorrido y por lo tanto en el ahorro de horas/hombre por concepto de traslado; incremento de los niveles de seguridad para los peatones, usuarios y conductores al circular en carriles confinados y la contribución a la cuota para la disminución en los niveles de contaminación que se traduce en menos gases de efecto invernadero (GEI), causantes del calentamiento global.
El Reporte Técnico 02-05/11 elaborado el 24 de mayo de 2011 por la Secretaría del Medio Ambiente de la CDMX, denominado Reporte de Monitoreo de la Calidad del Aire antes y después de la Implementación del Segundo Corredor Cero Emisiones, concluye: “El análisis de los datos obtenidos indica que después de la implementación del Corredor Cero Emisiones existe una disminución en la concentración de todos los contaminantes primarios evaluados en el sitio de monitoreo. Dicha disminución es estadísticamente significativa en todos los casos”
El trolebús como vehículo de transporte público tiene múltiples ventajas: mayor flexibilidad que el tranvía, al no requerir de vías férreas; sus neumáticos lo hacen un vehículo silencioso, rápido y confiable; además de que, por ser eléctrico, es la unidad que representa la menor exposición personal a las partículas contaminantes estando a bordo. La implementación Corredores Cero Emisiones en las cinco líneas de transporte convencional del STE representaría lograr el reordenamiento del transporte, recuperación de espacios públicos, mejoramiento de la imagen urbana, mayor seguridad para los peatones, usuarios y automovilistas, reducción de tiempos de traslado para usuarios del trolebús y la agilización de la conectividad con otros modos de transporte, principalmente Metro, Metrobús y RTP (actualmente M1), además de generar una motivación de mayor inversión en la zona de influencia.
Los Corredores Cero Emisiones impulsan la sustentabilidad del transporte público desde las perspectivas urbana, económica, social y ambiental.
* Experto en Movilidad. Enlace de la Asociación Mexicana de Autoridades de Movilidad (AMAM) con el Equipo de Transición del Presidente Electo. Presidente Ejecutivo Nacional de la Asociación Interdisciplinaria de Juristas de México.
Rufino H Leon Tovar
@HLeonRufino
rufinohleontovar@yahoo.com.mx
Copyright © 2018 La Crónica de Hoy .