
Los Cafres están de regreso en el país y traen bajo el brazo Alas Canciones, su más reciente disco, con el que han visitado Pachuca, Xalapa y Playa del Carmen, mientras se preparan para sus shows en el Plaza Condesa este 11 y 12 de noviembre.
Esta última producción nació de una íntima reflexión entre los integrantes del grupo, comentó Guillermo Bonetto, vocalista, así como de las continuas ganas de renovarse a sí mismos. “En cada disco que haces, tienes más experiencia, pero también más expectativas, más presión, más todo. Entonces hay un balance, siempre somos ignorantes porque cada que entramos al estudio, queremos probar algo nuevo”.
“Pero aun así, la experiencia hace que conozcas tus errores. Nosotros hemos aprendido que trabajar con alegría es el secreto o la fórmula, si es que le podemos llamar así, para que el arte fluya mejor. Y de eso se trata, de hacer fluir las ideas” aseguró Bonetto. En este caso, las ideas se repartieron entre 15 canciones, de las cuales “Sé q’ el mar” se desprende como el primer sencillo, con todo y videoclip oficial.
El cantante reflexionó sobre su oficio como una forma de enseñarle al mundo partes de él que a veces no son tan cómodas de mostrar. “Me gusta autoanalizarme”, dice, “pero hay veces en que me daba pena escribir sobre algunas cosas. Ahora sé que esas cosas que avergüenzan son las que vale la pena compartir”. Es por esta razón que ha buscado experimentar y salirse de las formas usuales de escritura, ya que su ideología de trabajo es “ser atrevido y romper las reglas, sin ofender al poeta; yo en realidad soy muy racional y cuidadoso, pero también me siento en una dualidad que comparto con alguien muy loco”.
Los Cafres están próximos a cumplir sus 30 años, “aunque somos tan tardados que quizá los 30 los festejemos a los 35”, y esto les ha valido vivir diferentes etapas en el consumo de la música, una evolución que los obliga a esforzarse más. “Ahora no puedes hacer canciones de relleno. Todas deben estar buenas, porque las escuchan por internet y no sabes cuál será con la que te conozcan. Si tienes tan sólo una mala, te estás condenando” opina Bonetto. “Nosotros no estamos conformes hasta que una canción no sale como queremos, tiene que ser perfecta en nuestros estándares”.
Esa perfección la han buscado combinar con su género, uno que al menos al vocalista, le exigió esfuerzo en un principio. “No me gustaba el reggae, me gustaba el punk: era agresivo y expresivo. Pero con el tiempo descubrí que el reggae era muy rico, muy sutil. Tiene una sensualidad natural que a veces el latino no quiere aceptar en sí mismo. Y eso nos ayuda. Nos ayuda a entendernos como hombres y dejar de ser tan machos”, cerró Bonetto.
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