
El cuento de Pinocho, la historia de Peter Pan y Wendy, así como diez relatos con moralejas de Charles Perrault, llegan a las librerías del país gracias a las traducciones hechas por el escritor y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), Felipe Garrido (Jalisco, 1942), quien desde hace un par de años inició un proyecto junto con el ilustrador mexicano Gabriel Pacheco: traducir un clásico infantil por año.
“Trato de ser lo más fiel posible a las versiones originales, no adaptaciones, sino las versiones más antiguas que se conocen en cada caso. La idea me fascinó y más si le sumamos las ilustraciones de Gabriel Pacheco porque es un ilustrador que investiga sus textos plásticamente y textualmente. Todas las condiciones estaban bien puestas para que pudiéramos hacer una colección notable”, expresa Garrido en entrevista con Crónica.
Los libros que edita Nostra Ediciones son trabajos que llevan tiempo, añade. “Y a esto se ha cruzado el problema de la pandemia que sí golpeó muy fuerte a la industria editorial, misma que está en vías de recuperación. Llevamos sumados tres títulos: Las aventuras de Peter Pan, de Carlo Collodi; Peter Pan y Wendy, de J.M. Barrie; e Historias o cuentos de otros tiempos, con moralejas, de Charles Perrault”.
El traductor señala que todas esas historias llegan por primera vez cuando somos niños, contadas por los padres o algún maestro y a través de la televisión o radio.
“No conservo mis primeros libros de Pulgarcito ni del Gato con botas. Sé, como debe ser, me los compró mi padre antes de que yo supiera leer y que anduve a gatas sobre ellos y los coloreé y tracé en sus páginas mis primeras letras porque mis padres sabían que es sano que los prelectores tengan libros que puedan tratar como si fueran juguetes”, señala Garrido.
–¿Qué pueden descubrir los lectores conocedores de estas historias?
–Cuando conocemos un libro, en cierto momento, podemos abrir ese libro al azar y con leer cuatro o cinco páginas estamos reviviendo las lecturas. Cuando leemos algo por una única vez en realidad no hemos leído todavía.
“La primera lectura que hacemos es una lectura preparatoria, de la segunda en adelante empiezan a ser lecturas en serio que nos van dejando historias, anécdotas, lecciones y alegrías que nos pueden deslumbrar con la forma en que usan el lenguaje o podemos asociar a momentos tristes o felices de nuestra vida que terminan siendo parte de nosotros”, responde.
–¿Qué otros títulos se añadirán a esta colección?
–Vamos a incursionar en Las mil y una noches, ahí hay dos historias que me gustan mucho: Simbad y Aladino, son historias de las cuales vamos a buscar la versión más cercana a la original. Como no puedo traducir del árabe, en el caso de Las mil y una noches, lo estaré traduciendo de las primeras traducciones del inglés, francés y español. Uno va haciendo la lectura en esas tres lenguas y uno elige qué maneras de expresión son las que uno separa para la versión en español que estoy haciendo. Es un trabajo fascinante.
“Los derechos de la novela de Peter Pan fueron para el hospital infantil Great Ortmond Street en Londres, acto que aún se conserva hasta nuestros días”
“Se contaban sobre todo en la parte central de Europa por las nanas, las sirvientas, algunos sirvientes y jardineros que llegaban a las ciudades europeas a trabajar en las casas de los ricos, ahí ellos contaban los cuentos que en sus familias campesinas circulaban de boca en boca”, detalla Felipe Garrido.
Son cuentos a veces crueles, añade el escritor, porque la idea de que los relatos para niños tienen que ser dulces y evitar escenas violentas o injustas, es una idea que se desarrolló años después.
“Cuando estos cuentos se publicaron por primera vez se tenía idea de la vida pública menos protegida para la infancia y entonces hay cuentos crueles en las versiones originales, como la historia de Caperucita roja donde ella siempre terminaba en la panza del lobo y no había porqué suavizar eso. Ya en versiones más cercanas están tocadas por un ingrediente de piedad hacia los personajes y son un poco más suaves”, expresa.
Eso no evita que en el libro de Perrault, ahora traducido por Garrido, haya historias crudas como Piel de Asno, donde el centro de la historia es un padre enamorado de su hija, un rey que le pide a su primogénita que se case con él y hace todo lo posible por que sea así.
“Finalmente triunfa la virtud, pero durante la mayor parte del cuento lo que le da interés son los distintos trucos que el padre va urdiendo para ver si puede llegar a poseer a su hija que siempre encuentra la manera de escapar con la ayuda de un hada”, narra.
–¿Las hadas estaban de moda?
–En el momento en que Perrault recoge estos cuentos, las hadas estaban causando furor en Europa, en especial en Francia. Perrault era un cortesano, vivía en la corte de Luis XIV, el Rey Sol de Francia, e hizo una carrera dentro de la corte muy importante, tuvo cargos altos, ganó mucho dinero, tuvo grandes propiedades y escribió muchos libros defendiendo a su grupo político.
“Es paradójico que lo que lo ha hecho inmortal y lo que hace que lo recordemos sean sus cuentos porque los vimos convertidos en películas. Pero Perrault no inventó sus historias, las recogió de las historias que se contaban entre los campesinos de ese tiempo”, indica.
Garrido platica que existen una serie de incógnitas alrededor del libro de Perrault porque tuvo un hijo que firmó una declaración sobre esos cuentos, entonces hay autores que sostienen que, en realidad, quien recopiló los cuentos no fue Perrault padre, sino Perrault hijo.
“A ratos es un cuento trágico, a ratos cómico, pero en el fondo es la historia de cómo ese pedazo de madera se convierte en un ser humano a través de su adquisición de conciencia”
–¿Por qué Perrault incluye moralejas al final de cada cuento?
–Cuando Perrault recopila sus cuentos y los publica es en un momento en que está triunfando la Ilustración en Europa y se piensa que lo más importante que se puede hacer con los niños es educarlos por todos los medios y una historia que valga la pena debe de llevar su moraleja.
“Es un libro donde está en juego las relaciones de Wendy con sus hermanos, de Wendy con su madre y de Wendy, que ocupa el papel de la madre con los demás niños huérfanos, entre ellos, un rebelde: Peter Pan. Este niño no es ninguna figura amable en un principio, es un muchacho caprichoso que quiere imponer su voluntad y al mismo tiempo tiene un gran cariño por sus compañeros, los demás niños huérfanos”, explica el traductor.
Garrido comenta que la lectura de Peter Pan y Wendy también es para los padres. “Si ellos leen las aventuras de Peter Pan van a recibir lecciones importantes sobre las relaciones en la pareja conyugal, entre padres e hijos, y modos de educación que son definitivos para armar una familia y para que los jóvenes se incorporen en la vida de la sociedad en la cual están instalados de una manera productiva”.
Sobre el autor de este relato, J.M. Barrie, el traductor detalla que fue un notable dramaturgo, periodista y cuentista. “Fue un escritor renombrado en su momento y colega de otros escritores también famosos en Inglaterra e Irlanda. Robert Louis Stevenson fue su amigo y compañero de trabajo”.
Peter Pan, el niño que no quiso crecer se estrenó la noche de 27 de diciembre de 1904 como obra de teatro, y siete años después, en 1911, Barrie la convirtió en novela y en 1929 estableció que los derechos de la novela fueran para el hospital infantil Great Ortmond Street en Londres, acto que aún se conserva hasta nuestros días.
“Barrie organizó varios actos y campañas en favor de Peter Pan para agradecerle su existencia, mandó a hacerle una estatua en una parte importante de Londres y ahí sigue puesta. Además, financió otras estatuas en Europa, consiguió con sus cuentos que este niño fuera una leyenda viva”, indica.
El mensaje detrás del cuento, añade Garrido, es un niño que se niega a crecer porque crecer significa perder la inocencia de la infancia y convertirse en un ser que va a buscar, en la vida, los beneficios más tangibles y se olvidará de los beneficios más espirituales.
Peter Pan aparece en esta traducción de Nostra Ediciones como un niño capaz de los peores abusos y trampas. “Es así porque es un niño y un niño puede ser perverso, malévolo. Peter Pan hace trampas cuando lo necesita, cuando le conviene, abusa de sus ventajas que puede tener y, al mismo tiempo, se olvida de él mismo para tratar de ayudar a los demás”, expresa el traductor.
“La historia de Pinocho es la historia de un pedazo de madera que se transforma en un niño, la metáfora es muy linda porque cuando somos pequeños no nos hemos formado todavía, somos como un pedazo de madera o piedra que se puede tallar y convertir en cosas muy diferentes”, comenta Felipe Garrido.
A ratos es un cuento trágico, a ratos cómico, pero en el fondo es la historia de cómo ese pedazo de madera se convierte en un ser humano a través de su adquisición de conciencia, añade el autor. “Hay un argumento muy serio: cómo las personas en la medida que van aprendiendo a ser conscientes se van haciendo más humanos y van progresando en el terreno espiritual e intelectual”.
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