Cultura

Los juegos, de René Avilés, es una obra viva, señala Juan Luis Nutte

Muestra un asunto que jamás va a desaparecer: el poder cultural controlado por grupos de intelectuales y arribistas ridículos, añade. Ayer se presentó la reedición del libro

Escritores en una mesa redonda
Escritores en una mesa redonda Escritores en una mesa redonda (La Crónica de Hoy)

René Avilés Fabila reinventa con su novela Los juegos a toda una generación para hablar de la política cultural priista de los años 60 del siglo pasado, dijo el escritor y editor Praxedis Razo.

En la presentación de la reedición del libro de René Avilés en El Péndulo, obra que se editó por primera vez  en 1967 cuando el autor tenía 26 años, Praxedis Razo leyó unas palabras de René Avilés como texto introductorio de la novela: “La desacralización no dejaba fuera a la izquierda, digo yo, con la deformación política multiforme que en México se da a pedir de boca”.

También contó una anécdota que refirió René Avilés en su momento: “Escribí las primeras cincuenta cuartillas, las leí al editor —Rafael Gimenez Siles— en casa de Emmanuel Carballo  y ¡oh sorpresa!, el hombre se levantó del mullido sillón y se arrojó a mis brazos, elogiando y alentando con lágrimas en los ojos al novillero literario para continuar por esa senda que satirizaba  el tufo del mundo intelectual mexicano”.

Porque, explica Praxedis Razo: ”René  entendía la sátira como la voz normalizada  con la que tenía que entablar el diálogo que esperaba  el editor de la primera edición y así alimentó su ferocidad en fragmentos, en el inolvidable cuestionamiento al militante”.

Es una obra que sigue viva por contener un asunto que jamás va a desaparecer: el poder cultural controlado por grupos de intelectuales  y arribistas ridículos; no obstante la novela ha llegado a ser superada por la realidad y, paradójicamente, gracias a esto, Los juegos sigue tan insolente y viva como cuando salió a la luz en 1967, señaló el escritor y editor de la revista Cuiria, Juan Luis Nutte.

Añadió que la novela es fundamental para comprender mejor los antecedentes de los actores culturales, para acercar a los nuevos lectores a una obra de René Avilés Fabila.

Los juegos cumplió en su tiempo con la transgresión de las formas narrativas, de forma más acentuada que el grupo de jóvenes talentosos con el que se identificaba, a quienes achacaban un vocabulario soez, señaló el escritor Jorge Ruiz.

El uso del lenguaje y la técnica empleada por el muy joven René Avilés Fabila en esa obra, muestran, no solo dominio técnico y la sutil huella de sus maestros del Centro Mexicano de Escritores, Juan José Arreola y Juan Rulfo, sino que a pesar de su formación en Ciencias Políticas, René no quedaría atrapado en el futuro, en la concepción dialéctica del contenido estético de José Revueltas, cuya literatura el autor admiraba, “era pues una novela singular en forma y en fondo, a pesar de mostrarse como una novela estrictamente critica y satírica”, añade.

Por su parte, Joel Ortega, dijo que René tenía una gran capacidad seductora que le llevó a tener como amigo a José Luis Cuevas, y por esta amistad el artista plástico le ilustró algunos libros.

Los Juegos, primera novela de René Avilés Fabila, refleja un medio intelectual anodino, pero no mediante la parodia, sino a través del manejo equilibrado de ciertos hechos que se mezclan con la creación de personajes reales: vivos literariamente. Su existencia permite una cruel resemblanza de nuestro mundo intelectual y político.

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