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Los polleros, eslabón de una red mafiosa de tráfico de indocumentados

◗ Conectados desde Centroamérica, trabajan al amparo de redes criminales mexicano-estadunidense ◗ Omar es acechado en la Central del Norte de la CDMX: “Estamos conectados con la gente de arriba, con nosotros vas seguro, sin extorsiones ni secuestro”...¿Cuánto? “ te lo dejo en 10 mil dólares”

Caperucita Roja y el lobo feroz
Caperucita Roja y el lobo feroz Caperucita Roja y el lobo feroz (La Crónica de Hoy)

El enganche eslabonado desde Centroamérica, el uso de documentos falsos, las alianzas con mafias mexico-americanas y células especializadas del crimen organizado conforman hoy el esquema de operación de las redes de traficantes de indocumentados.

“Ya no hay polleros fuera de la mafia”, dice Omar Núñez, de 28 años y originario de Tula, Hidalgo, y quien fue acechado desde la terminal de autobuses del Norte, en la Ciudad de México.

“¿Dónde quieres ir? Con nosotros vas seguro, sin extorsiones ni secuestros porque estamos conectados con los jefes de arriba”, le dijo un hombre rumbo a la zona de boletaje.

Ofreció coordinar el viaje hacia Mexicali, Baja California, donde sería recibido por otros contactos. Y de ahí, al sueño americano.

¿Cuánto? –preguntó él por curiosidad, aunque sabía de sus carencias económicas.

—Cobramos 12 mil dólares hasta el otro lado, pero hasta en 10 te lo dejo.  

Un primo, con más experiencia en estos andares, lo había advertido: “No hagas caso de nadie, solito puedes llegar a la frontera y allá, a ver qué dice Dios”.

—Ya me esperan unos amigos en Mexicali —argumentó Omar para sacudirse la insistencia.

De cualquier manera el sujeto le entregó una tarjeta con un par de nombres y teléfonos. “Los vas a necesitar, porque sin la ayuda de los grandes no vas a pasar. Hay que tener su bendición”.

Omar llegó ya a la frontera, donde se aferra al cruce mientras se contrata en trabajos provisionales: “Aunque sea de mandadero”, sin decidir aún a qué traficante entregará su destino.

¿Un tráfico ilegal fraccionado? –se le pregunta.

—Por tramos y por alianzas. Hay polleros que pasan a los migrantes desde Centroamérica hasta la frontera sur de México; otro grupo los mueve ya en territorio nacional y los entrega a contactos a mitad de camino.

¿En el centro del país?

—Sí, aunque se evita cruzar por la Ciudad de México para no generar más ruido, pero rodean y luego pasan a la gente a otro pollero que es el encargado de la subida al norte. Ya en la frontera está interviniendo hasta un cuarto pollero especialista en el cruce a la Unión Americana.

Según Ávila, “la migración ha sido una economía tolerada tanto en México como en Estados Unidos, una actividad no reconocida ni regulada. La clandestinidad con la que se desarrolla expone a los migrantes a distintos tipos de delincuencia”.

Sergio Tamai Quintero, dirigente de la agrupación Ángeles sin Fronteras, refiere que desde la llegada de Donald Trump a la presidencia estadunidense se ha encarecido el andar migratorio.

“El cruce está muy vigilado, ellos temen enfrentar allá la dureza de la migra y cada vez más se les complica juntar el dinero exigido por los polleros. Viven entre la incertidumbre y la parálisis”.

Los costos son aún más inaccesibles para los extranjeros: afrodescendientes, sudamericanos y centroamericanos…

“En Puerto Colón, donde tenía mi casa, fui enganchado por un viejo conocido; él había sido deportado hace un año de Estados Unidos. Como ya conocía la ruta hasta México, me trasladó a Chiapas, donde me entregó a otros polleros mexicanos que me llevaron hasta el Estado de México”.

—¿Qué pasó después?

—Ahí me recibió otro grupo de traficantes y con ellos llegué hasta Mexicali.

Desde Honduras hasta la franja fronteriza mexicana, Leyvin gastó los 15 mil dólares reunidos con ayuda de su familia. Vendió su casa, muebles, todas sus pertenencias.

Ahora, ya tan cerca de su meta, deberá juntar otros 12 mil dólares para cruzar hacia territorio estadunidense.

Dos hermanos suyos y un primo, quienes viven en el área de los campos agrícolas de Salinas, California, le prometieron ayuda: intentarán reunir en los próximos días o semanas la cantidad requerida.

Él no se rendirá. Quiere trabajar allá, cambiar de vida…

Hoy las modalidades son más sofisticadas, de un entramado complejo, describe Vicente Valenzuela Torres, especialista en grupos criminales transfronterizos y quien ha trabajado en la reinserción de pandilleros en el municipio de Mexicali.

Del estudio de los modos de operación, se ha derivado la identificación de grupos de polleros con sólidos contactos al interior de las instituciones de EU, aliados con mafias mexico-americanas en Los Ángeles y el norte de California.

“Hay polleros que incluso llevan a los migrantes hasta el domicilio donde desean llegar. Otras organizaciones trabajan a través de un mercado de visas fronterizas robadas: se busca el parecido físico con el migrante, a efecto de que cruce como turista y logre burlar los retenes”.

Algunas organizaciones más, detalla, son operadas por enganchadores, la mayoría deportados, quienes se han instalado de manera estratégica en entidades como Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Jalisco y Sinaloa.

“Los llevan a Tijuana, Tecate o Mexicali, donde tienen casas de seguridad rentadas o trabajan en algunos hoteles, para intentar cruzarlos. En esta modalidad las autoridades mexicanas han encontrado mayor incidencia de secuestros o privación de la libertad con fines como la trata y explotación sexual”.

Hay, incluso, organizaciones criminales especializadas en el cruce de extranjeros, en especial sudamericanos, europeos del este, asiáticos y africanos.

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