Opinión

Maestros, abandonados

Maestros, abandonados

Maestros, abandonados

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Los maestros de educación básica de México son poco valorados por la sociedad, pero no sólo eso: con frecuencia también son víctimas de desatención y maltrato por parte de las autoridades.

En el sexenio anterior se les encuadró en una reforma que tuvo errores graves de diseño e instrumentación pero que, para bien o para mal, colocó a los profesores y a su formación en el centro de la política educativa.

Pero todo cambió desde 2018. En el nuevo sexenio los maestros dejaron de ser el centro de atención de las autoridades. Las reglas de ingreso a la profesión se relajaron de tal forma que no existe una real selección de los mejor preparados para que ocupen las plazas docentes.

Es más, con el nuevo gobierno se ha normalizado el procedimiento de presionar con actos callejeros --y frecuentemente ilegales y vandálicos-- para que generaciones enteras de egresados de las escuelas normales consigan su “plaza automática”. La presión política con medios ilegales es hoy moneda corriente, adquirió en este sexenio un valor que ningún gobierno anterior le concedió.

Reina la opacidad. El actual sistema de mejora de maestras y maestros es un mecanismo oscuro que no ha sido objeto de escrutinio o evaluación, pero que, evidentemente, no se rige por procedimientos académicos rigurosos. Atados a una visión pre-moderna y obtusa, los legisladores de la 4T eliminaron de las leyes educativas las palabras “calidad" y “evaluación".

No hay concursos de oposición, lo que hay es procedimientos laxos de ingreso y promoción (vertical y Horizontal). La evaluación del desempeño que en el marco de la reforma de 2013-20118 servía de base para los programas de preparación de docentes, simplemente, dejó de existir y la formación continua de docentes ha prácticamente desaparecido por falta de recursos.

Las normales han sido castigadas. Los directivos de las escuelas normales tuvieron el acierto de realizar en 2019 un congreso nacional genuinamente representativo de este subsector que, como se sabe, tiene importancia estratégica para el desarrollo nacional.

El congreso normalista produjo un texto titulado “Estrategia para la mejora de las escuelas normales” una aportación valiosa, única, sin precedentes con ideas clave para sacar a estas escuelas del olvido y la mediocridad (con notables excepciones) en que se encuentran.

El espíritu que movió a los congresistas fue la esperanza depositada en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador quien durante su campaña prometió dar al magisterio un protagonismo destacado en la política educativa.

Sobra decir que AMLO nunca cumplió sus promesas. Al contrario, disminuyó el presupuesto educativo, desapareció programas de crucial importancia como las Escuelas de Tiempo Completo y el de Fortalecimiento de la Calidad Educativa, el presupuesto dedicado a escuelas normales pasó de ser de 738 millones de pesos en 2018 a 171 millones en 2021.

En los sexenios “neoliberales” nunca se castigó de esta forma a las escuelas normales. Ni siquiera tras las crisis de 1982 y 1994. En el actual sexenio, no sólo el financiamiento de las escuelas normales se ha venido abajo, el sector educativo, en su conjunto ha sido castigado draconianamente como si la educación y los educadores militaran en las filas de los enemigos de la 4T.