
Por primera vez, Moenia, trío conformado por Jorge Soto, Alfonso Pichardo y Juan Carlos Lozano, se presentó en el Festival Internacional Cervantino, con un concierto en el que hicieron un recorrido por sus nueve materiales discográficos, haciendo énfasis en el último, Fantom.
El cantante Alfonso Pichardo comentó en encuentro con los medios que su participación en la Fiesta del Espíritu es una situación que los puso emocionados y felices, sobre todo al tomar en cuenta al festival, mismo que “no necesita mayor presentación, en México y el mundo es un referente. En los últimos años se ha incluido la música pop como propuesta para otro tipo de público”.
El concierto de la agrupación forma parte de Fantom tour, proyecto que inició hace cerca de 18 meses para promocionar su último material discográfico, y se llevó a cabo en la Alhóndiga de Granaditas.
El músico Carlos Lozano indicó que pensar en el escenario es una situación que le hace sentir felicidad, pues les permite colocar toda la escenografía que requieren para un espectáculo en vivo: “No siempre podemos llevar nuestra escenografía a todos lados. La intención es que quien vea a Moenia, salga totalmente satisfecho de haber ido al espectáculo, independientemente de si se sepa las canciones o no”.
De acuerdo con el integrante de la agrupación que forma parte de las propuestas que presenta el Estado de México, demarcación invitada a la edición 45 del Festival Cervantino, su show está diseñado para tener éxitos de toda su discografía.
“Es un show en el que tocamos canciones nuevas, pero nos podemos dar el lujo de incluir canciones que han sido hits a lo largo de más de 20 años de trayectoria”.
En su oportunidad, Jorge Soto comentó que hace 21 años nació Moenia, tiempo en el que han destacado por ser considerados los pioneros en el synth pop, además de poder experimentar con la inclusión de otros instrumentos musicales, con lo que se amplía su propuesta artística:
“Con el tiempo hemos cambiado, sería imposible seguir componiendo como lo hacíamos en un principio, había cierto tipo de inocencia, no sabíamos que lo que más amábamos era poder hacer música y que alguien, dos o tres personas pudieran escucharla”.
Soto concluyó que el tiempo les dio éxito, pero no sólo eso, también madurez para poder conjugar elementos que no son propios de la música electrónica original. “Nos hemos abierto muchísimo a la parte de los sintetizadores, además de poder expresarnos de otra forma a partir de la posibilidad que nos dan amigos que hemos conocido”.
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