Opinión

Persas y judíos, la huella de la historia

(La Crónica de Hoy)

Nunca es tarde para recordar la historia.

Por ejemplo, cuando Persia (el actual Irán), liberó al pueblo judío del dominio de los babilonios. Nadie les ha pedido disculpas en memoria de Birs Nimrud, arrasada por el grande rey Ciro, tampoco ha habido en Tel-Aviv --donde mora el truculento Netanyahu, causante de todo este desmadre-- quien recuerde con un miligramo de gratitud a aquellos persas libertadores.

Pero a sus descendientes, el ejército yanqui los bombardeó en nombre de Israel.

Vayamos al año 586 (a,C.).

“…los babilonios habían conducido a los israelitas al cautiverio bajo Nabucodonosor. Sin embargo, en 539 (a.C.), Babilonia cayó bajo el rey Ciro de Persia, que también había derrotado a los medos y a los lidios.

“Él y sus seguidores difundieron el zoroastrismo por todo el Oriente Próximo. Ciro liberó a los judíos y les permitió regresar su tierra natal. No es casualidad, por tanto, que sea uno de los dos únicos reyes extranjeros que las escrituras hebreas tratan con respeto (el otro es Abimélek, en Gen.21. Tampoco es casualidad que el judaísmo y, por tanto, el cristianismo y el Islam compartan tantas cosas…

“…Las escrituras hebreas nos dicen que el regreso del primer contingente de cautivos resultó ser más duro que el exilio (como se ve, la mala fortuna no es una circunstancia reciente en la bien aprovechada historia de Israel). Los descendientes de los israelitas pobres a los que los babilonios no se habían molestado en deportar cincuenta años antes (les faltaba el ICE), no se mostraron muy acogedores y no pensaban que fuera necesario invertir en la construcción de nuevas murallas para la ciudad.

Aquí una digresión: las murallas de Trump y el control de los extranjeros, son una idea reciente. Nada más tiene, en este y otros casos, más de dos mil 500 años.

Sigo con la cita de Peter Watson:

“…Un segundo grupo de exiliados, mucho mayor que el primero, dejó Babilonia en 520 (a.C.). Según. La Biblia la formaban más de 42 mil personas, acaso el doble de los que habían sido llevados al cautiverio originalmente.

“Este grupo contaba con el apoyo de Darío, el hijo de Ciro, pero incluso así la reconstrucción de Jerusalén no se reinició hasta el año 445 (a.C.). Fue entonces cuando llegó Nehemías, un judío rico, muy respetado en la corte persa, que se había enterado de la lamentable situación de Jerusalén. Nehemías reconstruyó las murallas y el templo (que Tito abatiría en el año 70) e introdujo cambios para ayudar a los pobres.”

Al parecer construyó las “murallas del bienestar”.

Otras reflexiones en torno de la influencia persa nos dicen que “el Sabbath, al cual se refiere Isaías, adquirió un nuevo significado (el nuevo nombre más popular fue Shabbetai). Shabbatum fue originalmente una costumbre y una palabra babilónica, que significaba día de luna llena y señalaba el día en que no se trabaja.

“…durante aquel exilio a los judíos “se les permitió construir casas y llevar granjas, también podían practicar libremente su religión, si bien no se ha encontrado ninguno. Templo judío en Babilonia. Muchos judíos parecen haber tenido éxito como mercaderes y en las tablillas comerciales de aquella época, escritas en cuneiforme, se observa un aumento del número de nombres judíos…”

“… Fue en este periodo cuando empezó a insistirse en ciertas leyes relativas a la dieta y la circuncisión como modo de distinguir de manera irrevocable a los judíos de los paganos. Otros pueblos de la antigüedad, como los egipcios, practicaban la circuncisión y los sirios, por ejemplo, se abstenían de comer pescado. También aprovecharon el contacto con los babilonios, que poseían una astronomía muchísimo más desarrollada para actualizar el año litúrgico judío, y diseñar un ciclo de festividades regulares: la Pascua, Pentecostés y el día de la expiación.”

Hoy esos pueblos pelean a través de los humos del tiempo.

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