
La aceptación de las condiciones impuestas por la CNTE al gobierno a golpes de banqueta, pedrada, insolencia y plantones recurrentes permite ver varios rasgos deplorables y hasta deprimentes de la actual administración. Uno de ellos su fragilidad ante la cuña del palo, practicante del recurso ingénito de la 4-T para tomar el poder.
Otro es la mala calificación del magisterio, si de esa manera se puede llamar a quien no ejerce formación educativa alguna pero utiliza la organización sindical como una perpetua bolsa de ingresos crecientes sin compromiso alguno con la calidad de la rudimentaria enseñanza.
No tiene caso apelar a evidencia de los vergonzosos grados de la educación en México comparados con los estándares internacionales. País sin enseñanza. País pobre cuya mejor estrategia frente a las mediciones objetivas es descartarlas. Si las pruebas me demuestran mi atraso; dejo de hacerlas. Una avestruz.
Entre los pocos afanes dignos de reconocimiento en el gobierno de Peña estuvo la Reforma Educativa. La izquierda la condenó porque implicaba exámenes y compromisos de responsabilidad y eficiencia imposibles de cumplir cuando no se tiene intención pedagógica alguna y el activismo magisterial es nada más una tabla de salvación en el mundo del desempleo.
Cuando se quiso completar la desfasada educación normalista, incentivar la preparación docente y hacer una carrera magisterial profesionalizada y auténtica, se montó una muralla de falsedades acusando al gobierno de agraviar al maestro, figura imprescindible en la mitología populista. Evaluación punitiva, le llamaron a una de las fases. La evaluación pretendía mejorar; no castigar. Si la impreparación y la ineptitud fueran motivo de punición, muchos deberían estar presos.
Hoy se sigue con ese discurso. Y eso aniquila toda posibilidad de remediar un problema frente al cual se responde con irresponsable condescendencia, como en estos días: sin mérito alguno los afiliados a la rijosa CNTE se van a guardar en el talego 38 mil millones de pesos.
--¿A cambio de qué? ¿De mejorar la educación de los niños más pobres de este país?
No, a cambio de levantar un plantón de absurdas exigencias --alza salarial del 100 por ciento, por ejemplo-- cuya inconformidad y choque interpartidario mancha la imagen de abrumadora aceptación de la figura presidencial exactamente frente al balcón de su casa.
La decisión presidencial tiene dos motores y produce una traición al futuro: el primero es el temor de incumplir el dogma de la onerosa leyenda del buen maestro. El otro, desactivar un conflicto simplemente aplazándolo sin resolverlo.
Y la traición: bajar en contra de toda lógica la edad de jubilación, cuando en los tiempos actuales la longevidad es mayor. Linda forma de hacerle grande la boca al costal sin fondo.
Mario Delgado (medio) lo explica así:
“…las mujeres, en lugar de esperar a cumplir 58 años para jubilarse, podrán jubilarse a los 53; y en el caso de los hombres, en lugar de esperar a cumplir 60 años, van a estar en 55. Es un beneficio muy importante, va a beneficiar a una buena cantidad de trabajadores y trabajadoras, pero —hay que decirlo también— tiene un costo fiscal muy importante, en esta administración el costo de esta medida supera los 36 mil millones de pesos”.
Eso es una mentira. El costo fiscal (eufemismo para decir, tirar el dinero a fondo perdido), no es de 36 mil millones de pesos en esta administración y ya. Faltan cinco años.
Actuarialmente producirá una avalancha porque cada año se aumentan los pensionados. Y si persiste en esta política, la edad seguirá bajando cuando no se pueda resolver un problema de hoy y se opte por hipotecar el futuro.
Y el dogma político:
“…Nunca vamos a actuar en contra de los maestros de México, nosotros no somos como los gobiernos del neoliberalismo…”
NERVO
Ahora al vate Nervo lo demolieron como Centro Cultural, porque el aeropuerto de Tepic, ya lo olvidó. Ahora es simplemente Aeropuerto Internacional de Tepic-Riviera Nayarit.
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