Opinión

El extraño caso del 45 y 47

Donald Trump

¿Es posible tener dos identidades a la vez o simplemente se puede hablar de facetas de la misma persona? Las interrogantes vienen a colación del regreso de Donald Trump al primer plano de la política de su país y de la política internacional, ahora como el 47º presidente de Estados Unidos en contraste de cuando fue el 45º.

En la célebre novela de R.L. Stevenson: El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, de finales del siglo XIX, el autor nos adentra en la trama de una misma persona que tiene al menos dos identidades, una misántropa capaz de actos malévolos (Hyde), y la otra proclive a la integridad (Jekyll), literalmente reflejando la dualidad entre el bien y el mal en el ser humano. En la novela la reconversión de personalidades es posible a través de la ingesta de una poción creada por el doctor.

En el caso que nos ocupa, una primera impresión es que el personaje subraya su dualidad en el contraste de sus aspiraciones explícitas, marcadamente con las de pasar a la historia como un hacedor de la paz -no ha ahorrado declaraciones para expresar su aspiración de ganar el Premio Nobel de la Paz, por lo demás ya ha sido nominado por los gobiernos de Israel y Pakistán- con su trayectoria empresarial y política plena de falsedades, contradicciones y escándalos. Su parte posiblemente más

despiadada, por si fuera poco, se enfoca hacia el odio hacia un perfil concreto de migrante -esencialmente latinoamericano y sobre todo mexicano- que ha ingresado a su país en las últimas décadas por diversos motivos, pero que no acaba de encajar en su idea de la grandeza estadounidense.

Desde luego tiene más repudios: una lista numerosa de países aliados y no, políticos fuera y dentro de su país, asociaciones civiles, universidades y medios informativos, etc. Su movimiento MAGA, siendo válido como proyecto político, refrendado en las urnas por buena parte del electorado norteamericano, en la consecución de sus objetivos tiene el enorme defecto de pretender recuperar un pasado glorioso que no puede ser más. Ese proyecto quiere abrirse paso a través de la repulsa y la estigmatización; es para desgracia del presente y el futuro un proyecto excluyente ydiscriminador.

Para analistas como Zachary Wolf, una de las principales diferencias entre el Trump de 2018 y el de 2025, es que no tiene miedo de maldecir en público y en redes sociales (ha ofendido a mandatarios y dirigentes) y está más envalentonado (ha dispuesto cambiar el nombre a cuerpos geográficos por su santa voluntad y ha expresado su deseo de anexarse países y territorios), con la actitud de desafiar la constitución del país y a las cortes (ha gobernado durante 6 meses fundamentalmente a través de decretos presidenciales y ha descalificado a miembros de su propio gabinete como a Tulsi Gabard, jefa nacional de Inteligencia, entre otros) y de exigir mayor lealtad a los miembros del partido Republicano. También ha privilegiado la incondicionalidad a la eficacia en la integración de su gabinete de gobierno. (Wolf, Zachary, “How Trump 2.0 is undoing Trump 1.0”, What Matters, CNN, 19julio2025)

En el fondo, la explicación parece encontrarse en el hecho de que en su primera presidencia fue más moderado, pero solamente por el talante de los miembros de su gabinete que no le permitieron ir más allá de sus ímpetus. El mismo Wolf apunta que esta versión 2.0 del mandatario norteamericano está en competencia directa consigo mismo en diversas formas relevantes, como no acordarse -o pretender- de las personas que él mismo designó, e incluso culpar a su antecesor como el causante de estos males. Es el caso, por ejemplo, del TLCAN signado entre su país, Canadá y México, que desacreditó en 2018 y forzó su renegociación para acordar el TMEC -esencialmente una actualización del TLCAN- y ahora lo descalifica bajo el argumento de que esos dos países abusan del suyo; aplica aranceles comerciales a sus socios norteamericanos.

También está el caso de Jerome Powell, propuesto en 2018 por Trump para ocupar la presidencia de la Reserva Federal. En 2025, para deshacerse de él, por negarse a bajar las tasas de interés, ha culpado ante medios informativos a Joe Biden de su designación. No está de más comentar que en caso de ser despedido, abre la posibilidad a una debacle de los mercados de bonos y las bolsas de valores en el mundo.

Para Jim Sciutto, autor del libro The Madman Theory, el presidente es más agresivo ahora que en su anterior mandato y parece estar más inclinado a seguir su propio instinto. La nota permanente de su gestión es la incertidumbre ya sea en cuestiones comerciales o en el apoyo a Ucrania, en la medida en que las posiciones del mandatario pueden cambiar de un día al otro en función de aspectos volátiles como las variaciones de los mercados financieros, las necesidades de la política doméstica o la interpretación de los posicionamientos del presidente ruso respecto de las conversaciones de paz.

La pócima Maga lo mantiene mutado permanentemente en Hyde, aunque definitivamente nunca fue Jekyll. La lista de excesos, falsedades y contradicciones se va extendiendo conforme transcurre su mandato. Y apenas van seis meses.

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