
El plan anunciado el pasado fin de semana por la presidenta Sheinbaum para apoyar a Michoacán, no debe quedarse únicamente en apoyos económicos a la población. Las acciones del Gobierno Federal deben enfocarse sobre todo en contener las actividades criminales de los cárteles del narcotráfico, como la extorsión y el cobro de piso a comerciantes y empresarios.
El asesinato del alcalde de Uruapan Carlos Manzo tuvo repercusiones internacionales que desafortunadamente dañan la imagen de México y ahuyentan planes de inversión desde el extranjero. Por ello, el mensaje que debe enviar nuestro gobierno es el de que nadie puede actuar violentando los derechos que consagra nuestra constitución, sin tener consecuencias.
Se trata de hacer uso de las nuevas tecnologías sobre inteligencia militar para ubicar de manera precisa los centros de operación de los capos que encabezan los cárteles, y los nexos de estos delincuentes con personal de seguridad pública. Por ello, al plan deberían adicionarse algunos puntos importantes, como por ejemplo llevar a cabo una limpia profunda de las policías municipales, fortalecer las instituciones a nivel estatal y combatir la corrupción y complicidad entre autoridades y criminales.
La estrategia de seguridad a cargo de Omar García Harfuch debe convertirse en una estrategia de estado y apartarse de los compromisos partidistas. Urge contrarrestar la imagen de México como un país donde dominan los narcos, por uno donde existe un pleno estado de derecho. Preocupan las opiniones desde la Casa Blanca en Washington en ese sentido, lo que ha permeado en otros importantes círculos del poder en Norteamérica y otras partes del mundo.
Un tema al que debe ponerse particular atención es el relativo al delito de extorsión denunciado por habitantes de las principales regiones del país, en particular en zonas de producción de limón, aguacate y diversas cosechas donde la extorsión es el delito más común y la mayoría de la gente víctima de este ilícito no denuncia por temor a ser asesinada. Justamente el asesinato del líder limonero Bernardo Bravo en Apatzingán hace apenas semana y media, se debió al hecho de denunciar y rechazar las extorsiones a productores del cítrico.
Tan sólo en la Ciudad de México, según datos del INEGI la extorsión tuvo un incremento superior al 94%; de 369 casos denunciados durante todo el 2024 se llegó a 1,197 en lo que va de este 2025, un incremento exponencial muy fuerte y eso que muchos casos de extorsión, por temor y amenazas no se denuncian.
El negocio de los cárteles es cada vez más grande a nivel mundial y EU, que es el país que hoy en día más se queja del tráfico de estupefacientes por el daño que ha causado a su población más joven, sigue siendo el mercado más grande para el narcotráfico, su valor es de aproximadamente 750 mil millones de dólares.
Lo más preocupante es que los cárteles reclutan, a base de engaños o de plano con secuestros, a jóvenes desempleados de la más baja escala social, quienes por necesidad y falta de empleos bien remunerados, son presa fácil de esta nociva industria del narco.
Las campañas de prevención tienen que ser más amplias y permanentes. Los EU deben dedicar mayor presupuesto para abatir el consumo de su población más joven, ya que con la adicción al fentanilo, droga letal y más barata, son los clientes principales del narcotráfico internacional.
@fer_martinezg