
Sin duda, acudir al sorteo del mundial de futbol el pasado viernes 6 fue una decisión acertada de la presidenta Sheinbaum. Su visita a Washington despejó dudas muy extendidas respecto a la continuación del tratado comercial y sentó las bases para que el gobierno del presidente Trump viera con buenos ojos la revisión y continuidad de éste para los próximos años.
Incluso, a decir de la presidenta, la reunión que mantuvo por separado con el presidente de EU se desarrolló en un clima de cordialidad y pudieron tratarse algunos temas de carácter comercial con relación al T-MEC.
Como se trató de un evento festivo donde el principal anfitrión estadounidense sería homenajeado por el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que con gran sensibilidad política y diplomática hizo sentir a Trump como el personaje del evento, lo que al habitante de la Casa Blanca gusta sobremanera. Por ello no hubiéramos esperado que la reunión se tornase en algo incómodo, lo que entendió perfectamente Trump y guardó para mejor ocasión otros puntos de vista, nada favorables que respecto al T-MEC ha externado en diferentes oportunidades.
En fecha muy reciente el presidente de EU declaró que México y Canadá se han aprovechado de las aperturas del tratado para obtener demasiadas ventajas de parte de Norteamérica y eso, ha repetido, desea que ya no siga ocurriendo. Tres temas esenciales relacionados con estos reclamos son las reglas de origen del sector automotriz, la reforma laboral y la política energética.
En cuanto a las reglas de origen, se asegura que EU tratará de endurecer aún más estas reglas que actualmente exigen un contenido regional del 75% para que los vehículos gocen de aranceles preferenciales. El deseo de EU es elevar este porcentaje, para limitar el uso de insumos de otras regiones como Asia.
En lo relativo al tema laboral EU pone su acento en las condiciones laborales en México tales como la abolición del trabajo infantil, la discriminación y la nivelación salarial en la industria automotriz, aspectos que sin duda seguirán siendo temas de gran discusión.
Pero uno de los temas más espinosos es el que tiene que ver con las controversias en la política energética de México que empresarios y funcionarios estadounidenses consideran que benefician a las empresas estatales PEMEX y CFE, lo que pone en jaque a las inversiones privadas extranjeras.
Un tema que ha sido bastante polémico y crítico hacia la política mexicana es lo que han calificado desde EU, el hecho de que México se esté prestando a convertirse en una plataforma para que China acceda al mercado norteamericano, lo que seguramente hará que el grupo negociador norteamericano haga propuestas para modificar las reglas de origen y así frenar el avance de las importaciones chinas hacia la región.
El tema laboral se verá presionado inclusive por los sindicatos norteamericanos a fin de que en México se haga realidad una libertad sindical donde se lleven a cabo elecciones libres y transparentes buscando corregir décadas de ventajas basadas en bajos salarios y sindicatos controlados.
La presidenta está muy consciente de estos temas tan sensibles ante la presión de autoridades y sindicatos de EU. Mantener el atractivo de México como centro manufacturero y competitivo, logrando al mismo tiempo el cumplimiento con los estándares laborales, exigidos por nuestros socios comerciales es el reto y tendremos que afrontarlo.
@fer_martinezg