Opinión

Barbaridad

“No hay nada que nos detenga” dijo AMLO refiriéndose a los nuevos libros de texto. El presidente y las autoridades educativas se burlan una y otra vez de la ley y quieren imponer en México, no por consenso, por la fuerza, una forma populista de educación que hundirá al sistema educativo.

El artículo tercero de la Constitución estipula que, para aprobar planes de estudios, la Secretaría considerará la opinión de los gobiernos de las entidades federativas y de los diversos actores sociales involucrados en la educación.

Nuevos libros de texto de la SEP.

Nuevos libros de texto de la SEP.

Cuartoscuro

Nunca se cumplió esta regla, a pesar, incluso, del dictamen de la juez Yadira Elizabeth Medina que ordenó que, antes de imprimir libros de texto, se debían respetar los procedimientos. De hecho, el proyecto de la Nueva Escuela Mexicana atropella incluso preceptos fundamentales de la educación nacional. Entre otros, se atropellan estos:

1. La educación debe ser laica.

2. El estado debe tener la rectoría de la educación.

3. La educación debe ser universal.

4. Priorizará el interés superior de niñas, niños adolescentes y jóvenes.

5. El criterio que orientará a la educación se basará en los resultados del progreso científico.

6. Luchará contra la ignorancia y sus efectos: las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.

7. Este criterio será nacional

8. Etc.

Bajo el liderazgo de Marx Arriaga la SEP ha mostrado, como nunca en la historia, frivolidad y poca seriedad. Los documentos que han difundido por vía digital (las publicaciones impresas no se conocen), todos, sin excepción, se presentan como materiales “provisionales” o “en proceso de elaboración”, en consecuencia, los “definitivos” nadie los conoce.

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¿Cómo evaluar algo que no está acabado? Sin embargo, ya hay nuevos libros de texto para el primer grado de primaria, según lo documenta Carlos Ornelas en Excelsior (04-06-23). Es más: ya se enviaron a los estados. Las autoridades no advierten que tratar de consumar la nueva reforma por medios impositivos acarreará consecuencias desastrosas.

Esas consecuencias las sufrirá, antes que nadie, el maestro, que no ha recibido formación sistemática, pormenorizada, sobre el nuevo modelo educativo, un modelo que no se parece en nada a la práctica educativa de años anteriores.

Marx Arriaga y sus secuaces han tratado de instruir a los maestros durante las sesiones de los Consejos Técnicos Escolares, pero ese esfuerzo en los esencial, se estima, fracasó –digo “se estima” pues no hubo evaluación sistemática de sus resultados.

Los libros difundidos exhiben errores graves de contenido y de forma: son ediciones descuidadas, plagadas de gazapos y tropezones. Y absurdos en su contenido: una tarea que se encarga al alumno de primer año de primaria es elaborar una “lámpara de luz” ahorradora de energía. Por todos lados se encuentran errores brutos de redacción, incoherencias y fallas en el diseño.

Hay indicadores que sugieren que el avance de esta reforma será sumamente difícil. Los maestros deben saber que la nueva educación básica no tiene fundamento en ninguna pedagogía moderna conocida (el multi-citado Paulo Freire solo tuvo actuación práctica con adultos). La Nueva Escuela Mexicana cambia los fines y los medios de la educación y, por tanto, transforma en su totalidad la práctica de la enseñanza y el aprendizaje.

En el próximo ciclo escolar los maestros (del primer grado de preescolar, primaria y secundaria) deberán empezar a trabajar desde cero pues nunca recibieron la preparación adecuada. Imponer coactivamente esta reforma no será solo un error pedagógico, será una barbaridad, un crimen de lesa humanidad contra nuestros niños –un crimen que el pueblo, sin duda, reprueba.