Opinión

De la probabilidad de un gallardo frente al mundo bizarre donde vivimos

Muchos recordaran el “mundo bizarro” al que a veces se enfrentaba Superman, donde había un super villano, espejo del héroe de Metropolis, pero con una imagen deformada, abyecta. A veces, el tremendo Bizarro podía mover lunas o planetas e incluso destruirlos, pero no era tan extraordinariamente fuerte como Superman. Además, tampoco lucía guapo, al contrario. Más allá de lo que significa en español “bizarro”, que es valiente, decidido, gallardo, como lo es el personaje de Superman, en inglés y en francés el sentido resulta muy diferente: extravagante, estrafalario, extraño. Yo tomaré este último para tratar de describir apenas una parte del mundo en el que nos encontramos muchos habitantes del planeta. Pensemos en Estados Unidos y en la fuerza sin igual de la Asociación Nacional del Rifle, que puede más que el presidente. Cualquiera compra armas en la Unión Americana. Apunta Leonardo Kourchenko, el 5 de julio, en su columna de El Financiero, que en aquel país, nuestro vecino del norte, “ (…)hay más armas que habitantes. De los poco más de 301 millones de ciudadanos que el censo nacional registra en ese país, hay cerca de 320 millones de armas en manos de ciudadanos. Es decir, 1.2 armas por habitante”.

De la probabilidad de un gallardo frente al mundo bizarre donde vivimos

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¿Qué les ocurre en el cerebro y en el alma (si es que la tenemos) a los personajes que cogen un arma en su casa y salen a matar gente? Sabemos que padecen una siniestra locura y que la pistola o el rifle de alto alcance les despierta unas inmensas ganas de matar al prójimo. Son depredadores por excelencia, asesinos en serie y solitarios que, de una vez, asesinan a varios, ya sea niños como en la primaria de Uvalde en Texas (19 niños y dos maestras) o el 4 de julio durante el desfile de la Independencia de Estados Unidos en un parque en Chicago, cuando un joven disfrazado de mujer, accedió al tejado de un negocio con un rifle de alta potencia y desde ahí asesinó a siete personas, entre otras a los papás de un niño de dos años, que mágicamente se salvó.

Joe Biden, el presidente de los Estados Unidos, nada puede contra este frenesí de crímenes que auspicia la Asociación Nacional del Rifle, la cual, desde hace mucho, es un imperio integrado a la vida americana.

En México, lo sabemos, lo cárteles grandes y los menores matan aquí y acullá por quítame estas pajas. No son mentes extrañas, bizarre, como la de los asesinos que, solos y con su mente enferma, disparan contra todos porque sí, por el puro gusto, pero tampoco son muy normales: exponen su vida por cuatro días de necesidades repletas.

Entretanto, el conflicto israelí-palestina no se resuelve, los afganos viven bajo la bota talibana, en África hay graves problemas de hambruna y violencia y el planeta Tierra gira como si no ocurriera nada importante. Los que sufren de hambre y terror migran y así vemos hordas de gente tratando de cruzar fronteras para acceder a una vida mejor. Los centroamericanos se atoran en México, donde hay poquísimas condiciones para mantenerlos, mientras llega su permiso de entrar a los Estados Unidos, el sueño americano, plagado de gente armada. La verdad, quien logra pasar a la Unión Americana probablemente vivirá mejor que en su lugar de origen.

El ideario de izquierda, por ejemplo, se ha vuelto una intención amorfa, sin cabeza ni patas. Bizarre. ¿Qué fantasma recorre ahora el mundo? ¿El de la igualdad y la justicia? Eso no pasa en Cuba por más que digan que son de izquierda y otros, en otras naciones, también lo crean. ¿Será que no han leído que varios de los manifestantes de julio de 2021 , que fueron muchísimos y en toda la isla, se encuentran ahora en la cárceles, algunos incluso por largos 20 años, acusados se sedición. No pocos de ellos son menores de 18 años. Grave situación.

La izquierda, como se califica a la Cuatroté y a su Tlatoani, ¿son realmente izquierda? Creo que la izquierda lleva mucho tiempo descompuesta, no hay ideas, ni trabajos que avalen las circunstancias actuales y la manera de mejorar situaciones indeseables. La pobreza ha aumentado en México desde el año que tomó el poder Andrés Manuel López Obrador. Todos lo sabemos, será culpa de la pandemia o del sereno pero del 2018 al 2020 aumentó el número de personas en pobreza. Pasó de 51.9 a 55.9 millones de seres humanos. La población en pobreza extrema aumentó de 7.0% a 8.5 %. Y la Cepal, (La Comisión Económica para América Latina y el Caribe), que arrojó esos número, ha proyectado que este año 2.5 millones de pobres aumentarán las filas, debido a la inflación y al muy reducido crecimiento económico.

¿Vivimos en un mundo bizarro, a la manera del mundo paralelo y equivocado de Superman? A lo mejor todo fragor desde que se comenzó a historiar la vida pertenece a un infinito paralelo, de otro universo donde no hay crímenes ni pobreza ni falta de libertad, donde no existe un presidente que acusa a uno de sus detractores, un judío, de ser como Hitler. Tampoco se celebrará en ese planeta lleno de gallardía y de buenas intenciones una refinería inconclusa como Dos Bocas ni el primer mandatario, que todos los días miente en su “prime time” tempranero, pedirá que inicie una campaña para desmontar la Estatua de la Libertad, si los Estados Unidos condenan a Julian Assange, fundador y editor de WikiLeaks, sitio cibernético desde el que filtró registros de la guerra de Irak y reveló datos comprometedoras para el gobierno de los Estados Unidos. En ese ideal planeta supermánico no existirá un ex sandinista como Daniel Ortega que se transformó en un dictador brutal ni la super derecha latinoamericana tomará vuelo, digo yo, mientras las dizque izquierdas se hacen bolas. Vladimir Putin se desterraría a un lugar más frío que Siberia y Ukrania se devolvería a los ukranianos. En fin, que en el otro mundo paralelo todo va bien, mientras que en éste toda va mal.

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