Opinión

El populismo, mancha o lampo

Todo depende del ángulo o la ubicación del espectador. O del protagonista, directo o indirecto.

Por ejemplo, para Don Andrés Manuel, presidente de la República Mexicana, la victoria de Ignacio da Silva, “Lula” (aunque ya haya incorporado oficialmente el apodo a su nombre legal), resulta un luminoso lampo sobre el cielo de América, lo suficientemente grande para iluminar con su luz de esperanza el país más grande del subcontinente.

Lula da Silva, presidente electo de Brasil

Lula da Silva, presidente electo de Brasil

EFE/ Ettore Chiereguini

Brasil, no es necesario decirlo, es todo un mundo en sí mismo. Un universo entero de contradicciones, riqueza y condiciones socio culturales de ardua comprensión fuera --y a veces dentro--, de sus fronteras. No es como ninguna otra nación, no se parece a nada, por eso cualquiera de los dos resultados es incomprensible. O al menos, ilógico.

Decidir entre un populista recién salido de la prisión, cuya continuidad hereditaria en manos de una calca exguerrillera y torpe, fue un desastre total, y un reaccionario de derecha (como decía René Artega), es un absurdo en sí mismo. Es el obligado salto de la sartén a la lumbre. Y fritos o asados, los brasileños ya han decidido, pero hasta esta hora de la tarde yo no sé claramente cuál fue su decisión.

Los informes de las agencias y hasta las piezas surgidas del tribunal de elecciones de aquella nación, son contradictorios o al menos parciales. Vea usted.

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A las seis de la tarde la BBC nos decía:

“Con casi el 98% del escrutinio, Lula suma el 50,81% de los votos por el 49,19% de Bolsonaro. En la primera vuelta, el actual presidente obtuvo una ventaja inicial que luego recuperó su rival, algo que se está repitiendo este domingo.

“La encuestadora brasileña Datafolha ya da por ganador a Lula, que, según los datos oficiales, aventaja ya a su rival en casi dos millones de votos.

“En campaña Bolsonaro no se comprometió a reconocer una eventual derrota, una situación parecida a la que protagonizó en Estados Unidos en 2020 Donald Trump, amigo y aliado político del mandatario brasileño”.

Pero el diario mexicano “La jornada”, simpatizante de Lula, divulgaba más o menos a la misma hora:

“…El candidato de extrema derecha a la Presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro (51.43 por ciento), se ha impuesto a su rival de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva (48.57 por ciento), según resultados oficiales correspondientes al 22.3 por ciento del escrutinio.

“Estos datos divulgados por el Tribunal Superior Electoral en su página web son por el momento provisionales y podrían variar conforme avance el recuento, como ya ocurrió en la primera vuelta, celebrada el pasado 2 de octubre.

“Entonces Bolsonaro aparecía como la opción más votada hasta bien avanzado el recuento pese a que finalmente fue Lula quien logró más respaldo, aunque no el suficiente como para lograr la victoria directa en primera vuelta”.

Obviamente el resultado de ayer no puede ser recurrido en los tribunales, porque para evitar esos trastornos post electorales, existe la segunda ronda de votación. En la primera hubo casi un final de fotografía y ahora sólo queda ver la fotografía del final. Ajustado, apretado o como sea, así se decida por un voto, no hay otra instancia.

La decisión será real a partir de hoy y Sanseacabó.

Y quizá de esta manera. Ya se confirmará:

“(El País).- Lula da Silva ha ganado las elecciones a la presidencia de Brasil. El gran líder de la izquierda brasileña ha obtenido un 50,83% de los apoyos y adelanta por algo más de punto y medio a Bolsonaro, con un 49,17%, con el 98,8% escrutado. Son casi dos millones de votos de diferencia. “Democracia”, ha escrito Lula en su cuenta de Twitter nada más conocer el resultado. Más de 123 millones de personas han votado entre dos modelos de país: el representado por el ultraderechista Bolsonaro, o uno moldeado desde la izquierda por Lula”.