Opinión

Recuerdos sobre la Línea Uno del Metro

El anuncio de que la Línea 1 del Metro será sometida a un mantenimiento mayor tras 53 años de servicio, me trajo recuerdos del inicio de esa obra: el consultorio de mi papá, el Dr. Florencio Fernández Ortega (aclaro, ningún parentesco con Daniel Ortega) originario de Masaya, Nicaragua (1926-2010) quedaba en la esquina de Bucareli y Avenida Chapultepec, arriba de la cantina “La Rambla”, propiedad de Don Blas, un refugiado español. La entrada al edificio estaba en Avenida Chapultepec. Un día de tantos acompañé a mi padre a su consultorio; vi que, a unos cuantos metros de la entrada, había un gran hoyo y un montón de tierra. Le pregunté ¿qué es eso? ¿están arreglando alguna fuga? No. Me contestó: van a hacer el Metro. ¿Cómo el de París? Le volví a preguntar. Sí, más o menos. Fue su respuesta. Aquello habrá sido, probablemente, en junio de 1967. Hoy, en el camellón, enfrente de donde se dio el primer “golpe de zapapico”, hay un monumento que conmemora el acontecimiento.

“La Rambla”

“La Rambla”

Como usted, querido lector, podrá imaginar, el panorama urbano de ese entonces era muy diferente del de hoy: La Rambla se pasó a Avenida Cuauhtémoc casi esquina con Dr. Río de la Loza; en donde ahora está el Centro Cultural Telmex estaban, sobre Avenida Chapultepec y Cuauhtémoc, las “tortas de la Roma”. En la esquina de Puebla y Cuauhtémoc, donde hay un VIP’s se encontraba la panadería “Las tres colonias”. El motivo de ese nombre se debe a que allí convergen la colonia Doctores, la Roma y la Juárez. En contra esquina estaba una gasolinera y pegado, pared con pared, un centro nocturno, “El Tranvía.” Uno de esos tugurios descritos, magistralmente, por Enrique Serna. A media cuadra yendo hacia el sur estaban las tortas de “el novillero”.

A una cuadra de donde comenzaron las excavaciones del Metro, en Dr. Lavista 189, está la Arena México, mítico lugar donde se llevaban a cabo peleas de box, de lucha libre. En la Arena México, cada año, se abría la temporada del Circo Atayde (de tres pistas) y luego el Holyday on Ice. La Arena México fue la sede oficial de las competencias de boxeo en los XIX Juegos Olímpicos de 1968.

Avenida Bucareli era de dos sentidos. No tenía camellón. Por allí circulaban trolebuses, ciclistas-equilibristas con canastas de pan enormes sobre la cabeza y tranvías: “El Valle” y el “Primavera”. Al respecto, sigo preguntándome cómo le hizo Alfonso Cuarón para reproducir uno de esos mastodontes en su película “Roma” (2018) y ponerlo en movimiento.

Lo poco que queda en pie de ese panorama urbano es el mercado Juárez.

Vale la pena mencionar que, los muchachos que vivíamos por el rumbo, teníamos la opción de jugar en dos lugares: el parque de Colima (ahora, Jardín Pushkin), casi enfrente de la colonia “El Buen Tono”, donde llegaron a habitar los armenios que huyeron del genocidio ocurrido entre 1915 y 1923 (esto me lo confirmó el propio Dr. José Sarukhán) o la Ciudadela que está entre Avenida Chapultepec y Niños Héroes.

La Línea 1 del Metro fue inaugurada, oficialmente, el 4 de septiembre de 1969 por Gustavo Díaz Ordaz, en un tramo de 12.66 km que comprendía 16 estaciones entre Zaragoza y Chapultepec. Al día siguiente se abrió al público. No obstante, recuerdo que antes de que eso sucediera, se hicieron pruebas: dejaban pasar a la gente. Lo digo porque yo estuve allí: el recorrido iba de Salto del Agua a la estación Sevilla. Nadie me lo cuenta, yo lo viví junto con mi hermana Norma (Q.E.P.D.) Dolores (Lola) y Ángeles (Geles) Baizán Balmori.

En efecto, aquél primer golpe de pico fue histórico: inauguró una nueva época en el sistema de transporte en la ciudad de México. Hoy cuenta con 12 líneas que cubren 269.52 km. Diariamente transporta a 4.6 millones de personas, no siempre en las mejores condiciones. Por ejemplo, cada vagón debería contar con aíre acondicionado; pero no es así. En épocas de calor aquello, literalmente, se vuelve un horno.

En un comienzo, había relojes que marcaban el paso de los trenes cada 3 minutos. Así de puntual y eficiente era el servicio. Ahora, en cambio, pueden tardar hasta 10 minutos o más.

Quiero agregar, sobre la icónica Línea 1 que, con el tiempo, la estación Insurgentes se convertiría en un espacio de libertad para la juventud. Allí se pudieron reunir y expresar los grupos más diversos. Lamentablemente también ha sido un lugar de confrontación entre tribus opuestas. La peor parte se la han llevado “los emos.”

La pregunta obligada es ¿por qué, el Metro no se construyó antes? ¿Qué fue lo que les impidió a los regentes de la ciudad como Aarón Sáenz, Javier Rojo Gómez, Fernando Casas Alemán, y Ernesto P. Uruchurtu, junto con los respectivos presidentes con quienes trabajaron, tomar la decisión de construir el Metro? La respuesta se encuentra en la advertencia que hicieron ingenieros y topógrafos acerca de la naturaleza del subsuelo de la ciudad: es acuoso. Una obra de esa magnitud afectaría la estabilidad de las construcciones.

De hecho, hasta donde entiendo, la técnica de cajón fue la que se aplicó para que el Metro no se desbalanceara ni afectara a las construcciones aledañas.

Eso es lo que se recomendó que se hiciera con la Línea 12; vale decir, que fuese subterránea y que también se aplicase la técnica de cajón; pero los costos y las prisas por inaugurarla, hicieron que se construyera sobre la superficie. El fatal accidente del 3 de mayo de 2021, entre la estación Olivos y Tezonco, tiene que ver con esas urgencias políticas.

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