Cultura

Martínez Assad: "Hay diferencia entre tener una postura crítica y ser de izquierda"

El Premio Crónica presenta su reciente libro “Tercia de reyes del cine mexicano: Revueltas, Gavaldón. Spota”

Catherine Bloch, Paz Alicia Garciadiego, Carlos Martínez Assad y Hugo Villa en la Fiesta del Libro y la Rosa.

Catherine Bloch, Paz Alicia Garciadiego, Carlos Martínez Assad y Hugo Villa en la Fiesta del Libro y la Rosa.

“Tercia de reyes del cine mexicano: Revueltas, Gavaldón. Spota”, del investigador y escritor Carlos Martínez Assad se titula así en referencia a la famosa jugada de cartas, para hablar de “películas que siguen siendo emblemáticas del mejor cine mexicano”.

“La coincidencia entre Revueltas y un pensador como Spota, que no le importa ser de izquierda ni mucho menos (…) y con Gavaldón igual es claramente una postura crítica en los señalamientos que hace en sus películas”, indica el autor y Premio Crónica, Carlos Martínez Assad.

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Si bien en este libro el investigador se refiere solamente a las películas en que coincidieron los tres intelectuales mexicanos, en conversación por la presentación de su libro, Martínez Assad comenta la vigencia de releer sus distintas obras y hace una diferenciación entre tener una postura crítica y “ser de izquierda”.

“Aunque Revueltas tiene una militancia política y libros dedicados a hablar de la izquierda y más allá, termina siendo expulsado del Partido Comunista por ser crítico del partido y es cuando escribe su libro considerado en términos políticos de los más importantes (`Un proletariado sin cabeza´)”.

Comenta que se le ha criticado por no profundizar en José Revueltas, pero a él sólo le interesaba hablar de su producción en el cine.

“Y, a lo mejor digo un anatema, pero Revueltas y su cine no tienen tanto que ver con el Revueltas filósofo-político, son como dos campos diferentes que difícilmente se tocan. En sus grandes participaciones en el cine – “La diosa arrodillada”, “La otra”- no hay una crítica a la burguesía. Hay una muestra crítica de lo que es la burguesía que se está formando en ese entonces en México, pero no son películas para, por ejemplo, hacer pedazos a la Revolución Mexicana”.

Por otra parte, el autor apunta que a Luis Spota no le interesa definirse como un autor de izquierda, pese a que en su saga “La costumbre del poder” constituye una de las producciones más críticas sobre el presidencialismo mexicano y que sería conveniente revisitar hoy en día.

“Habla de lo que pasaba en los años 70s en México y donde estaban esos presidentes muy… presidenciables, muy seguros de su postura como presidentes… que el proceso democráticamente -supuestamente- empezó a dejar de lado para que, ahora de nueva cuenta, se presente de forma muy contundente… Spota es un autor que se podría volver a leer “.

En cuanto a la postura de Roberto Gavaldón, Martínez Assad destaca los señalamientos de películas como “La rosa blanca” (sobre el cuento homónimo de B. Traven), en la que existe una crítica a la influencia del imperialismo estadunidense en México, sin que por ello se pueda calificar como un autor de izquierda.

“Es una persona objetiva que ve críticamente los sucesos por los que atraviesa el país. En estos momentos se añora una posición como la de ese director entre los directores mexicanos independientemente, de la valía de varios de ellos. Esta forma de manejar la imagen de a través de las cámaras y lenguaje visual, estarnos diciendo lo que él piensa es muy importante y personal”.

PRESENTACIÓN.

En el marco de la Fiesta del Libro y la Rosa que se llevó a cabo el pasado fin de semana en el Centro Cultural Universitario, Carlos Martínez Assad presentó en el Foro Memoria esta publicación, acompañado de Paz Alicia Garciadiego, Catherine Bloch y Hugo Villa como moderador.

“Entendí que el país que nos empeñábamos en construir en nuestras cabezas solo podía existir dentro de nuestra mente. Dentro de esta gran mentira colectiva el cine de la época de oro jugó un papel singular, nos daba las reglas de un país que necesitábamos imaginar, no necesitábamos crearlo en la realidad”, participó la cineasta Paz Alicia Garciadiego.

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“El cine nos garantizaba su construcción etérea, quimérica, inalcanzable y en la construcción del cine de la época de oro estábamos condenados a construir el país que creíamos merecer. Nubes coronando volcanes, cúpulas de iglesia, la concepción de una patria maniquea poblada de personajes en blanco y negro: héroes y villanos, caciques y revolucionarios negros y blancos, pobres y ricos”, continuó.

También expresó que Carlos Martínez Assad tiene una mirada cómplice y amorosa que admira y envidia – “porque yo no la tengo”- con la cual encontró a estos tres exponentes epónimos de las décadas en las que lograron una visión personal, la cual, a su vez, marcó al cine y les dio un perfil reconocible.

“Muchas veces oculto por omisiones o presiones económicas, no obstante lo cual los tres lograron imprimir su mirada y voz al cine”.