Cultura

Publican “Cosmos”, de Humboldt, por primera vez en traducción directa al español

“Cosmos” se publicó originalmente en cinco tomos (1845-1862), es una obra transdisciplinaria en la que conviven la literatura y el arte con la mineralogía, historia de las civilizaciones, de animales y de plantas · Esta edición es publicada por Siglo XXI

Volumen 1

Imagen extraída de “Cosmos”, publicado por Siglo XXI Editores.

Imagen extraída de “Cosmos”, publicado por Siglo XXI Editores.

Por primera vez “Cosmos” llega al español con una traducción directa del alemán, se trata de la obra máxima del científico más importante del siglo XIX, Alexander von Humboldt (1769-1859), quien dedicó 30 años a la gestación y 17 años de escritura a este trabajo que se sitúa entre divulgación de la ciencia y literatura.

Gracias a la editorial Siglo XXI, hoy el primer tomo de dos, “Cosmos. Ensayo de una descripción del mundo físico. Vol. 1”, se encuentra en librerías, cuya peculiaridad es respetar las notas que Humboldt incluyó en las ediciones originales y de evidenciar que el científico realizó traducciones directas de otros idiomas para explicar la naturaleza de las regiones.

“La necesidad de publicar un ‘Cosmos’ en español surge del hecho de que hasta el momento no existía una traducción directa del alemán que estuviera completa, es decir, había un par de traducciones del siglo XIX que partían del francés y hubo un intento por traducirlo todo del alemán, pero se quedó inconcluso”, comenta el editor Adrián Herrera Fuentes.

Para el editor, no existían los recursos ni las ganas de invertir en un trabajo que implicara no sólo traducir, sino hacer una investigación bibliográfica y un cuidado editorial que diera un producto interesante y accesible para cualquier tipo de lector.

“Muchas de las ediciones estaban pensadas en el lector especializado, nosotros quisimos pensar en todos los lectores y apegarnos a nuestra lengua, partiendo del idioma original que fue el alemán”, explica.

En opinión de Herrera Fuentes, si “Cosmos” se pudiera definir en una palabra ésta sería “interesante”.

“Humboldt no repara en expresar emociones cuando se enoja o asombra, lo hace ver en el uso de signos de exclamación o diciendo ‘esto ahora no se sabe’. El lector se enterará de cosas rarísimas; por ejemplo, aprendí que la historia de la literatura también nos puede ayudar a entender cómo los humanos desarrollamos un sentimiento por el mundo natural y es por eso que habla de ‘La Divina Comedia’ o de clásicos del Siglo de Oro español”, señala.

Dichas referencias muestran cómo los seres humanos empezaron en el Renacimiento a sentir una fascinación por las plantas y el entorno, o que existen avistamientos de cometas a plena luz del día. “Esto es, le estamos entregando al lector algo que cualquiera de nosotros podemos leer”.

Imagen extraída de “Cosmos”, publicado por Siglo XXI Editores.

Imagen extraída de “Cosmos”, publicado por Siglo XXI Editores.

“Cosmos” se publicó originalmente en cinco tomos entre 1845 y 1862 —el último aparecido póstumamente—, es una obra transdisciplinaria en la que conviven la literatura y el arte con la mineralogía, la historia de las civilizaciones con la de los animales y las plantas, la vulcanología con el estudio de los astros.

Este primer volumen reúne los tres tomos iniciales: inicia con el gozo que produce la naturaleza a través del arte y delimita qué es del mundo físico; sigue con la concepción del mundo entre los helenos, los romanos y los árabes, así como el estudio de la naturaleza, las matemáticas, la química, la física y la astronomía, determinada por figuras como Alejandro Magno, Colón, Galileo, Newton y Kepler.

A mediados de este 2023, se espera que Siglo XXI edite otro tomo más y un tercero que, por primera vez, incluirá mapas de H. Berghaus.

“La idea original de Humboldt era presentar ‘Cosmos’ con una serie de mapas de distintos temas, no son sólo geográficos, sino también lingüísticos, biológicos, zoológicos… entró en contacto con el cartógrafo Berghaus con quien sostuvo una relación epistolar varios años, pero debido a un desacuerdo financiero —un conflicto con Berghaus, la editorial y Humboldt— se desistió de esa labor”, narra Herrera Fuentes.

Los mapas quedaron en el olvido, añade. “Esa es una veta de investigación interesante que algún estudiante se anime a explorar, qué pasó con Berghaus y Humboldt. Las ediciones en castellano existentes no incluyen estos mapas, en Alemania hay sólo una edición y nosotros decidimos replicar ese esfuerzo”.

–La cantidad de anotaciones que Humboldt hizo, esos grandes paréntesis ¿son muestra de su obsesión por el conocimiento?

–Humboldt en su tiempo era muy criticado porque le decían que no sabía escribir libros, que lo hacía de forma muy caótica y efectivamente, si nuestros lectores revisan la tabla de contenidos mirarán que hay un motón de discrepancias, que a veces parecieran errores nuestros, hay partes subtituladas y partes que no, partes que están en letras romanas y partes con letras griegas…

Imagen extraída de “Cosmos”, publicado por Siglo XXI Editores.

Imagen extraída de “Cosmos”, publicado por Siglo XXI Editores.

Este caos textual e incluso tipográfico es típico de Humboldt y nosotros quisimos respetar su estilo. Él lo hacía intencionalmente no porque fuera descuidado sino porque tenía una manera peculiar de hilvanar las ideas.

Entonces tenemos una serie de volúmenes acompañados de una cantidad brutal de notas, algunas de ellas, tan breves como ‘véase obra tal en tal página’ y otras que presentan ensayos por sí mismos que contienen datos interesantes de astronomía, geología, historia de la lengua, desarrollo de la ciencia entre los aztecas.

–¿Quién fue el filólogo y bibliotecario Eduard Buschmann?

–No podemos olvidar que Humboldt ya era grande cuando empezó “Cosmos”, tenía 70 años, necesitaba la ayuda de otros. Buschmann no sólo era su asistente de investigación, también le ayudaba con la comida, con el aseo, con las cosas del día a día, una especie de mayordomo.

Era un hombre bastante culto, con conocimientos tremendos de filología, con una habilidad particular de acomodar bibliografía, le dio la forma final a la segunda parte de “Cosmos”, los tomos III, IV y V, es quien corrige los manuscritos e intermedió entre Humboldt y la editorial, se hizo cargo de correcciones y añadiduras que Humboldt quería hacer al texto final, es quien en la edición original añadió una nota que decía algo así: amado público, este es el último tomo del “Cosmos” porque Humboldt murió; esa nota de despedida la incluiremos.

Imagen extraída de “Cosmos”, publicado por Siglo XXI Editores.

Imagen extraída de “Cosmos”, publicado por Siglo XXI Editores.

–¿Es vigente la mirada de Humboldt de la naturaleza como un todo?

–Todo mundo habla de la interdisciplina, de lo holístico, de la interacción de los elementos, pero creo que detrás hay una idea más importante: entendernos a nosotros no como producto de un movimiento lineal, sino como algo circular.

Nuestro progreso no puede ser hacia adelante tumbando lo que está debajo de mis pies, tenemos que considerar lo que está alrededor dándonos cuenta que no somos el centro del universo. Eso Humboldt lo tenía muy claro: sabía que la mano humana es devastadora.

– ¿Humboldt también estaba obsesionado por comprar instrumental del momento?

–Siempre quería estar añadiendo datos a su obra y mucha de esa información no la podía obtener de primera mano, dependía de una red enorme de personas que le proveían de información, amigos científicos de Europa, de Norteamérica y de la propia Nueva España.

Imagen extraída de “Cosmos”, publicado por Siglo XXI Editores.

Imagen extraída de “Cosmos”, publicado por Siglo XXI Editores.

A eso tenemos que añadir que, en esos 17 años, entre la publicación del primer y último de los tomos del “Cosmos”, en su vida personal pasaron muchas cosas: enfermedades, desempleo…

Humboldt era rico de niño, provenía de una familia burguesa, pero fue un anciano pobre, se vio en la necesidad de trabajar, en parte, porque gastó lo que tenía en sus proyectos editoriales, en financiar su investigación y sus propios viajes.

Los últimos años de su vida tuvo que trabajar para el rey de Prusia, Federico Guillermo IV, una especie de asistente personal, decidía qué volúmenes incluir en la biblioteca, labor de diplomacia, acompañaba al rey en eventos sociales y ese trabajo le quitaba tiempo, no hay que olvidar que era una figura pública por su manera de escribir tan amena y porque era una persona carismática.

Portada de

Portada de "Cosmos" editado por Siglo XXI.