
El delantero del PSG, Ousmane Dembélé fue condecorado como el mejor jugador del mundo en la gala del Balón de Oro, en su discurso agradeció a su familia y gente que lo apoyaron en su camino a recibir esta galardón:
“Siempre han estado ahí para mí, que me han apoyado en los momentos difíciles, y también a mi agente (Moussa Sissoko), que siempre ha creído en mí. Él dijo que algún día ganaría el Balón de Oro, siempre me ha ayudado, siempre ha creído en mí, siempre me ha motivado. También está mi mejor amigo. Él y yo siempre estaremos juntos”. Luego de esas palabras fue cuando el delantero del PSG no pudo ocultar su emoción y comenzó a llorar. Acto seguido, la transmisión oficial mostró la imagen de Moustapha Diatta, su amigo de toda la vida que también tenía lágrimas en sus ojos.
La historia de Dembélé y Diatta comenzó en los bloques de viviendas sociales de Évreux, en Normandía, donde la madre de Ousmane se instaló cuando él tenía seis años. Moustapha, un año menor, vivía tres pisos más abajo. Desde entonces, compartieron escuela, equipo de fútbol y tardes jugando en la calle. El fútbol se convirtió en su refugio y motor de superación en un entorno desafiante.
La adolescencia trajo la primera gran separación entre ambos. En 2010, Dembélé dejó Évreux para incorporarse al centro de formación del Stade Rennais. A pesar de la distancia, la comunicación entre ambos nunca se interrumpió. En uno de los recuerdos de Diatta, mostró la sorpresa de su amigo al descubrir los privilegios del fútbol profesional: “Mouss, no me lo vas a creer, aquí toda la ropa es gratis”. Mientras Dembélé se adaptaba a un nuevo entorno y enfrentaba la frustración de no ser promovido al primer equipo, su amigo y confidente se mantuvo como su principal apoyo emocional, celebrando cada avance y alentándolo en los momentos de incertidumbre. La determinación de Dembélé, descrita por su amigo como la de “un toro”, lo impulsó a superar los obstáculos y a esperar su chance.
El salto a la Ligue 1, la Primera División en Francia, marcó un punto de inflexión. Tras un traspaso fallido al Salzburgo, Dembélé debutó con el Rennes y pronto se consolidó como una de las grandes promesas del fútbol francés. En 2016, su carrera dio un giro internacional al fichar por el Borussia Dortmund. Este cambio permitió el reencuentro de los dos amigos, ya que Diatta también se trasladó a Alemania para jugar en la reserva del club. En Dortmund, compartieron vivienda y rutinas, y establecieron reuniones familiares semanales para fijar objetivos y evaluar su progreso.
Su trayectoria iniciada en 2017 y sus logros le valieron el reconocimiento con el Balón de Oro, un momento cargado de emoción en el que Dembélé evocó públicamente a su amigo de toda la vida. Uno que decidió dejar el fútbol y orientarse hacia diversos proyectos profesionales y su formación como actor.