
Y Pittsburgh se durmió. No se me ocurre otra manera de ejemplificar lo que le ha pasado a los Acereros en estas últimas semanas.
Sí, y la explicación al respecto es que desaprovecharon de manera titánica la oportunidad de adueñarse de la carrera por la División Norte de la AFC.
Hace unas semana, cuando sus tres rivales divisionales se quedaron sin quarterback y habitaban un limbo en posición que parecía infinito, todos suponían que Pittsburgh sacaría una enorme ventaja de la situación al ser el único equipo de los cuatro que gozaba de estabilidad en el mariscal de campo con Aaron Rodgers.
Cincinnati había perdido por meses, sino es que por toda la temporada, a Joe Burrow tras la lesión del dedo de césped que de hecho requirió una intervención quirúrgica; Baltimore se quedó sin Lamar Jackson por una lesión muscular, y quien, hay que aceptarlo, es el hombre equipo a la ofensiva de los Cuervos y el apoyo moral y motivacional de toda la organización; y de Cleveland, pues ni que agregar que vivía en una eterna confusión con cuatro pasadores (Joe Flacco, Keny Pickett, Dillon Gabriel y Shedeur Sanders) y de los cuales no hacía uno.
EN CHAROLA DE PLATA
La mesa estaba más que puesta para que el equipo de Mike Tomlin aprovechara esa situación, pero por lo que vemos al momento al mirar los standings de la Liga, es que Pittsburgh esta mas que al alcance sus rivales.
Sin embargo, hasta hace tres semanas el horizonte se vislumbraba de manera muy diferente: los Bengalies estaban perdidos con Jake Browning al mando de la ofensiva; los Cuervos y su necedad de mantener a Cooper Rush, un verdadero tronco, como quarterback y del que nos seguimos preguntando ¿qué le vio el coach John Harbaugh para contratarlo como suplente de Lamar Jackson?; y de los Browns, pues el desahacerse de Pickett sin razón alguna (un chico que tiene cierto potencial, ha jugado de titular en la NFL además de haber sido una primera selección colegial, y sólo quedarse con Flacco como abridor aunque nunca le montaron un buen plan de juego.
Ante todo ese escenario los Acereros tenían un camino más que limpio para buscar asegurar la división; sin embargo sus dos descalabros de manera consecutiva los tienen en aprietos, con tan sólo a un juego de Bengalies, quienes, de no haber sido por su derrota absurda ante los Jets, ya serían los líderes de la Norte de la AFC.
LAS CLAVES
Claramente fueron cuatro momentos en que la ventaja que supuestamente tenía Pittsburgh se perdió:
Uno, cuando Cleveland decide mandar a Flacco a Cincinnati (situación que hizo enojar al mismo Tomlin, pues quizá vio que con eso daban vida a unos Bengalies agonizantes).
Dos, el momento en que el coach Harbaugh es iluminado por la lógica y decide cambiar a Rush para poner a Tyler Huntley (un quarterback muy similar a Jackson pero digamos región 4) que le da esa chispa de dinamismo a la ofensiva.
Tres: La derrota de Pittsburgh ante un equipo de Cincinnati que apenas ponía a Flacco detrás del centro, y que la “laureada defeniva” de los Acereros no supo capitalizar.
Cuatro: La manera en que Pittsburgh perdió el control del juego ante Green Bay cuando lo tenía dominado hasta el tercer cuarto.
Todo eso junto deja ver que los Acereros, en vez de estar con marca de 6-2 y tres juegos de ventaja sobre el segundo lugar, se sitúan con foja de 4-3 y apenas un juego sobre los Bengalies, es decir, nada.
Ahora, el panorama luce complicado; aún deben enfrentar a Baltimore dos veces (lo más seguro es que ya con Lamar Jackson de regreso) y una más a Cincinnati con un Flacco cada vez más asentado en los controles.
Aunado a eso, el calendario de Pittsburgh en las semanas por venir no pinta del todo amigable cuando destacan rivales como Indianapolis, Los Angeles Cargadores, Baltimore dos veces, Buffalo y Detroit en 10 semanas restantes. Es decir, seis juegos en los que será difícil sacar el resultado.
Así que, lo que parecía un viaje tranquilo hacia los playoffs, de pronto se transformó en un camino oscuro donde la noche alcanzó al auto de Tomlin y Rodgers.
Los rivales lo han evidenciado, la presión hace cada vez más mella en Rodgers, no tiene la movilidad de antaño, y eso será más que explotado para sacarlos del camino, por lo que la supremacía de la AFC Norte no esta asegurada para nadie aún, algo que Pittsburgh lo tuvo entre sus manos y no supo aprovechar.