
¿Alguien se imaginó hace exactamente un año que los Patriotas de Nueva Inglaterra se encontrarían liderando la Conferencia Americana a media temporada como el equipo sembrado número uno? La verdad, creo que nadie, no nos hagamos tontos.
Y a todo esto, ¿cuál fue la razón por la que Robert Kraft, el propietario, logró tal transformación? Pues todo se resume a elegir a un entrenador probado en la Liga, respetado por la organización y sus jugadores y sobre todo, con ese toque que sólo tienen algunos cuantos: la chispa de un líder de verdad.
Y es que Mike Vrabel, un buen ex linebacker ganador con los Patriotas, se fue forjando su sello y nombre desde que decidió seguir el camino que muy pocos ex jugadores toman: el convertirse en entrenadores generales.
Muchos se vuelven asistentes de posición, muy destacados por cierto, pero pocos, digamos los menos, logran sobresalir como head coaches, y es en ese punto donde precisamente se centra nuestra reflexión: ¿porque el haber sido un gran jugador no siempre reditúa en ser un gran coach en jefe? De hecho, grandes jugadores desestiman la opción mucho antes de retirarse, al grado de declarar que no les llamaba la atención la idea en lo más mínimo, como a Roger Staubach o Joe Montana.
¿Se imaginan los conocimientos que podrían haber brindado ex jugadores de ese calibre? Sin embargo, en la actualidad tenemos el caso de otros que, sin ser haber sido las grandes super estrellas, logran impactar en sus equipos y es cuando nos preguntamos, ¿cuál es su secreto?
¿CUÁL ES EL SECRETO?
Sin duda los dos más notables al momento son el mismo Vrabel con Nueva Inglaterra y Dan Campbell con Dretroit; ambos fueron buenos jugadores, más Vrabel como linebacker de lo Patriotas bajo el mando de Bill Belichick, que Campbell como ala cerrado de los Vaqueros a las órdenes de Bill Parcells.
No obstante, quizá al mirar quienes fueron sus mentores podamos encontrar la respuesta, curiosamente de un mismo árbol de coacheo: Parcells-Belichick (coach y coordinador defensivo en las grandes épocas de los Gigantes de Nueva York en los 80).
Quizá ahí esta la clave, es decir, hablamos de líderes natos, de hombres que sabían dirigir, no sólo dar órdenes; que sabían elegir, delegar, motivar, inspirar; tal vez ahí esta la respuesta del porque estos ex jugadores, sin llegar a ser estrellas, si alcanzaron un enorme nivel como head coaches.
El año anterior, y prácticamente con el mismo equipo, Jerod Mayo, otro ex linebacker de los Patriotas, tuvo la misión de comandar al equipo y nada pasó. Sólo un año después Vrabel lo tiene con el timón muy definido hacia playoffs y quizá hasta ganado la división Este de la AFC.
UN SELLO PERSONAL
Vrabel comenzó su carrera como coach en jefe con Tennessee, donde en seis años al frente de los Titanes, los llevó en tres ocasiones a los playoffs, con una aparición en la final de la AFC que perdió ante Kansas City de Andy Reid y Pat Mahomes, o sea algo complicada.
Ahora en Nueva Inglaterra esta demostrando que calidad la tiene, que su final con Tennessee fue parte de una ciclo y nada más, algo así como lo que le ocurrió a Reid, que tras años de éxito en Filadelfia, debió salir y posteriormente encumbrar a Kansas City hasta donde todos hemos sido testigos.
En seis años con los Titanes tuvo un rércod de 54-45. De por vida tiene marca de 62-47.
Por esa razón, nos cuestionamos, ¿jugar y después trabajar como asistente para un gran entrenador puede repercutir en una carrera exitosa como coach?
Al momento Vrabel lo ha corrborado, pero que hay de casos anteriores, de grandes ex jugadores que fueron pilares como coaches en la NFL.
GANADORES, POCOS
Quizá el más destacado de todos sea Tom Landry, el inolvidable e insustituible coach de Dallas. Landry fue profundo de los Gigantes de Nueva York en los años 50. Su comprensión del juego fue tal que innovó este deporte y dejó legado.
En la lista sobresalen dos más que incluso ganaron Super Bowl como jugadores, y posteriormente disputaron el mismo juego como coaches: Mike Ditka y Dan Reeves, ambos ex pupilos de Landry como jugadores y asistentes. Ditka fue ala cerrado de los Vaqueros, posteriormente fue coach de Chicago, equipo con el cual ganó el Super Bowl 20. Reeves, fue corredor de Dallas, después entrenador de Denver y Atlanta. Con los Broncos perdió tres Super Tazones (21, 22 y 24) con los Halcones cayó en la edición 33, curiosamente ante Denver.
Otros ex jugadores, que a su vez aprendieron de sus mentores, y que alcanzaron los mismos estándares fueron: Raymond Berry, ex receptor de los Potros de los 60 bajo el mando de Don Shula. Berry llevó a los Patriotas al Super Bowl 20. Forrest Gregg, ex tacle ofensivo de los Empcadores de Vince Lombardi en los 50 y 60. Gregg condujo a los Bengalies a su primer Super Bowl en la edición 16.
Otros son, Jim Harbaugh, ex quarterback de los Osos y Potros, donde algo le aprendió a Ditka y Ted Marchibroda, respectivamente. Harbaugh llevó a los 49ers al Super Tazón 47, mismo que perdió. Sin menargo, hay que decir que Harbaugh ha sido también un gran entrenador colegial, donde ya fue campeón con Michigan. Actualmente dirige a los Cargadores.
Tony Dungy, ex profundo con los Acereros de Chuck Noll y posteriormente exitoso coach de Bucaneros y Potros. Con Tampa Bay llegó a una final de la NFC y con Indianapolis ganó el Super Bowl 41.
En la misma lista destaca Bill Cowher, quien jugó como linebacker para los Browns de San Rutigliano en los 80. Cowher ganó dos de tres Super Bowls disputados con los Acereros (40 y 43).
UN ESCALÓN ABAJO
Un poco más abajo de la escala de éxito están otros como Todd Bowles, ex profundo de Arizona y hoy buen coach en Tampa Bay; DeMeco Ryans, gran linebacker con Houston y mismo equipo al cual dirige ahora.
Otro que destacó fue Herman Edwards, ex profundo de los Acereros de Chuck Noll y que tuvo una labor muy decente al frente de los Jets al inicio de los 2000.
Uno que se descarriló su camino pero iba por buen camino fue Jason Garrett, ex quarterback con los Vaqueros de Jimmy Johnson. Sus primeros años como entrenador de Dallas fueron muy buenos, no así el final.
PARA EL OLVIDO
Para finalizar ni qué decir de los que poco o nada hicieron, quizá el caso más raro sea el de Bart Start, ex mariscal de campo de los multicampeones Empacadores de Lombardi en los 60, y que una vez como coach de Green Bay nada hizo en los 70 y 80.
En esa misma línea destacan el gran ex linebacker Mike Singletary con los Osos de Ditka. Como coach fue muy malo al frente de San Francisco; Jim Zorn, el audaz ex quarterback de Seattle en los 80 y que nada logró al frente de Washington en 2008 y 2009; y los peores Jerod Mayo, de quien ya hablamos líneas arriba cmo ex linebacker de Patriotas y coach del mismo equipo, y Antonio Pierce, también ex linebacker de los Patriotas, y que fue fracaso con Las Vegas hace un año.