Escenario

Un espectáculo deportivo que va más allá del entretenimiento, hablemos sobre el impacto cultural latino en la arena política de Estados Unidos

Bad Bunny, Super Bowl, Trump y las implicaciones políticas para los latinos

La recientemente anunciada presentación de Bad Bunny en el Super Bowl LX no solo es un hito para la música urbana, sino también un momento clave en la disputa por la representación cultural y política de los latinos en Estados Unidos, especialmente en un año critico ante políticas antiinmigrantes de Trump.

Half Time Show: Un escenario histórico para mensajes políticos

El medio tiempo del Super Bowl siempre ha sido más que un show. Desde Michael Jackson en 1993, que transformó el evento en un espectáculo global al pedir unidad y paz en un mundo marcado por conflictos, hasta U2 en 2002, que rindió homenaje a las víctimas del 9-11, el escenario se ha utilizado como un altavoz político y social.

En años recientes, ese componente se ha hecho aún más evidente. En 2016, Beyoncé encendió la conversación racial con un homenaje al movimiento Black Lives Matter y a las Panteras Negras. Y en 2022, Kendrick Lamar, Dr. Dre, Eminem y Snoop Dogg llevaron un mensaje de orgullo negro y resistencia al racismo estructural, con coreografías que evocaban a prisioneros y denuncias a la brutalidad policial.

Cada show ha dejado claro que el medio tiempo es un terreno de disputa simbólica. Y en 2020, Shakira y Jennifer Lopez lo convirtieron. por primer vez, en un manifiesto latinoamericano. Durante su presentación mostraron banderas, coreografías (como el baile champeta originario de Colombia) y símbolos que hicieron evidente la fuerza de la latinidad en un país dividido por el discurso en contra de los migrantes del presidente Trump.

Ahora, con Bad Bunny como protagonista, esa tradición de mensajes políticos no solo continuará: podría alcanzar un nuevo nivel al poner el idioma español y la identidad latina en el centro de la transmisión más vista de los estados unidos.

Benito y sus mensajes políticos

El puertorriqueño no es un artista neutral: ha criticado abiertamente a líderes políticos, ha denunciado desigualdades sociales en Puerto Rico y ha hecho de su música un vehículo de identidad y orgullo latino. Su presencia en el escenario más grande del país norteamericano sería leída como un acto cultural de resistencia, una reafirmación de que lo latino ya no puede ser relegado a los márgenes.

Protestas encabezadas por cantantes en PR Bad Bunny (i-arriba); Residente (c-abajo); Dj Sinsuela (c-arriba); Ile (d-arriba) y Ricky Martin (d) (Thais Llorca/EFE)

Enorgullecerse de sus raíces y Debí Tirar Más Fotos

Su reciente gira Debí Tirar Más Fotos evitó presentarse en Estados Unidos por temor a redadas del ICE en conciertos, lo que evidencia hasta qué punto el clima migratorio condiciona incluso la música.

Además en su disco homónimo hace referencias al ambiente político actual, no solo ante los migrantes sino otros problemas que nos afectan como sociedad latina, con temas como LO QUE LE PASÓ A HAWAii, en donde se denuncian los problemas de gentrificación y apropiación cultural a lugares de toda latinoamerica: “Quieren quitarme el río y también la playa, quieren al barrio mío y que abuelita se vaya, no, no sueltes la bandera, ni olvides el lelolai, que no quiero que hagan contigo lo que le pasó a Hawái”

Dentro del mismo disco, el video de Nuevayol, estrenado este año, puso el tema sobre la mesa: retrató la vida de las comunidades inmigrantes en Nueva York y cerró con un audio creado con inteligencia artificial donde una voz similar a Trump “se disculpa” y admite que Estados Unidos “no es nada sin los inmigrantes”, lo cual fue un golpe directo al corazón del debate político. La pregunta es si este disruptivo mensaje podría resonar en el Levi’s Stadium de California el próximo 8 de febrero, cuando millones de televidentes lo vean cantar en español.

El español como bandera

La decisión de cantar en su idioma es en sí un acto político. En un país donde las agencias migratorias han visto al español como una especie de “amenaza cultural”, Bad Bunny llevará al escenario más grande del mundo su música sin traducción, como un recordatorio de que lo latino no necesita adaptarse para existir.

Para sus seguidores, será un momento de orgullo; para algunos sectores conservadores, una provocación. Y ahí radica la fuerza de su actuación: en un año donde el voto latino será decisivo en estados clave como California, Nueva York, Florida y Texas (en donde se concentra el mayor porcentaje de migrantes que pueden votar), el medio tiempo del Super Bowl puede convertirse en un campo de batalla simbólico.

Fragmento del video "NUEVAYoL" de Bad Bunny
Fragmento del video "NUEVAYoL" de Bad Bunny Captura de pantalla

El espejo de un país dividido

El Super Bowl nunca ha sido solo un partido del deporte favorito de las familias estadounidenses. Es un espectáculo que refleja el pulso social de Estados Unidos. Y con Bad Bunny, el mensaje es claro: la latinidad no puede ser marginada ni silenciada.

En 2026, año en el que Trump busca un lanzar un plan migratorio aún más restrictivo, la imagen de un artista puertorriqueño —sentado sobre un poste de gol, con una pava tradicional y el Caribe de fondo— adquiere un peso mayor. Es música, pero también política. Es espectáculo, pero también resistencia.

Última Hora: Bad Bunny confirma actuación en el Super Bowl 2026
Última Hora: Bad Bunny confirma actuación en el Super Bowl 2026 Especial

El medio tiempo de Bad Bunny no será únicamente un show: será un recordatorio de que la cultura es un terreno de disputa política y de que los latinos están en el centro de esa conversación.

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