Aunque alcanzó el Top 10 del Reino Unido con su último álbum de country rock cálido y melódico, Reckless & Me (2019), Kiefer Sutherland no se hace ilusiones acerca de cómo la gente lo percibe. 

"Oh, seré un actor hasta la muerte", dice la estrella de películas imperecederamente populares como The Lost Boys, Stand By Me y Flatliners, sin mencionar la revolucionaria serie de acción estadounidense 24, que originalmente se desarrolló entre 2001 y 2010.

En cuanto al cinismo colectivo que saluda a cualquier actor famoso que inicia una carrera como cantante, Sutherland dice sin rodeos: "Nunca lo superarás".

Durante una entrevista con un medio estadounidense, el ganador de un Emmy y un Globo de Oro (ambos por 24) de 55 años de edad afirma que será “actor hasta la muerte”.

En su opinión, este cinismo simplemente refleja el hecho de que algunos actores convertidos en cantantes “simplemente no son buenos”. 

“Mira, también hay muchos músicos que han intentado trabajar como actores y algunos de ellos realmente no son buenos. Pero creo que Frank Sinatra tuvo un mal final con esto, porque era un actor extraordinario y su trabajo en From Here to Eternity (ganadora del Oscar en 1953) fue muy, muy especial”.

Sutherland dice que está "seguro de que hay una explicación muy racional y lógica de por qué la gente quiere que [los artistas] permanezcan en su carril". Pero para él, la música se ha convertido en mucho más que un hobby. 

El pasado 21 de enero lanzó Bloor Street, su tercer álbum. Lleva el nombre de la calle principal de Toronto, un lugar donde cuando era adolescente tuvo su primer trabajo, su primer beso y su primer concierto improvisado, donde solía "tocar la guitarra por monedas en la esquina".

Desde entonces, Sutherland ciertamente se ha ganado las palmas en vivo. El intérprete estima que entre 2016 y 2019, durante las partes del año en las que no estaba trabajando en su exitosa serie de televisión Designated Survivor, él y su banda tocaron alrededor de 500 conciertos. 

“La verdad es que no esperaba que me gustara tanto tocar en vivo. No esperaba estar asustado por eso, de la forma en que lo estaba, y ciertamente no esperaba experimentar la generosidad que recibí del público en los primeros días”.

Cuando Sutherland comenzó a actuar, hace unos 15 años, casi una década antes de que lanzara su álbum debut en 2016, Down in a Hole, estaba tan asustado que sus manos temblaban visiblemente. 

“Como actor, simplemente te metes las manos en los bolsillos, ¿verdad? Y luego nadie lo sabe. Pero como guitarrista, eso no funciona. Entonces fue jodidamente horrible. Recuerdo ver a un chico riéndose y pensando: 'Tienes todo el derecho a reírte'. Pero ese mismo tipo también dijo: 'Vamos, vas a superarlo'. Y lo superé. Y luego reservé más espectáculos”, recuerda.

Sutherland es igualmente sincero cuando se trata de hablar sobre "County Jail Gate", un punto culminante conmovedor de su nuevo álbum. 

“Una vez que estás dentro, no hay lugar donde esconderte/Y te dejan a tu ingenio y a tu destino / Y no hay ningún sonido que haya aprendido a odiar más / que el sonido de la puerta de la cárcel del condado", canta.

Aunque la canción no es estrictamente autobiográfica, Sutherland dice que está muy arraigada en su propia historia. “Robé un auto cuando tenía unos 14 años de edad, así que no tenía 12 [como en la canción], pero era mío”, dice. 

“Lo más largo que he estado en la cárcel fue tres meses. [Mientras que] claramente la persona en la canción está ahí por mucho tiempo. Pero la humildad, la vergüenza y la pura pérdida de tiempo, sí, eso es todo mío”.

En 2007 -un año en el que la serie 24 logró algunos de sus mejores ratings- Sutherland fue condenado a 48 días de cárcel por conducir bajo los efectos del alcohol. 

“No sé cómo son las cosas en el Reino Unido, pero la cárcel del condado en los EE. UU. no es un gran lugar, no es un lugar seguro”, dice. 

“Y tienen demasiado de qué preocuparse como para tomarte en consideración. Y supe con certeza, durante mi tiempo allí, que era una gran molestia para el departamento del alguacil, tenían que asegurarse de que no me pasara nada".

Sutherland dice que para él, la peor parte de cumplir condena era "saber que lo he hecho más de una vez". Ahora tiene tres pájaros tatuados en su brazo derecho para representar cada uno de sus períodos tras las rejas. 

“Pero Dios mío, han pasado 15 o 16 años desde la última vez que me pasó algo así”, dice con un suspiro. “Y en algún momento solo puedes castigarte tanto antes de que comience a volverse contraintuitivo y algo autodestructivo. Entonces, realmente, creo que la canción fue una forma interesante para mí de dejarlo descansar”.