Jalisco

¿Qué pasa cuando el último recurso deja de protegerte?

Derecho en Perspectiva. Nueva Reforma de amparo: lo que cambia en tu derecho a defenderte…

Karina Santillán Cano, abogada y columnista legal ciudadana

Pocos lo saben, pero el juicio de amparo es un invento mexicano. Nació en el siglo XIX como una idea revolucionaria, un recurso que cualquier ciudadano pudiera usar para defenderse de abusos de la autoridad; en otras partes del mundo existen recursos similares como el habeas corpus, pero el amparo mexicano es único por su estructura y efectos. Era por así decirlo, nuestro orgullo jurídico.

De esta forma, el amparo se convirtió en el “botón de emergencia” frente al poder, pues si una autoridad abusaba de ti, podías activarlo y detener la arbitrariedad, era el recurso que nivelaba la cancha entre el ciudadano común y el Estado, pero con la reforma a la Ley de Amparo recién aprobada en el Senado, ese botón ya no responde igual (aunque la reforma debe completarse en la Cámara de Diputados, lo aprobado en el Senado ya marca un rumbo preocupante).

¿Qué cambió?

  • El amparo ya no protegerá a todos, solo a ti. Antes, si alguien lograba un amparo contra una norma injusta, ese beneficio podía extenderse a todas las personas en la misma situación, en cambio, hoy ya no, ahora cada uno tendrá que pelear por su cuenta
  • Menos suspensiones automáticas (en ciertos casos clave). Imagina que bloquean tu cuenta bancaria por sospechas infundadas, en ese sentido, antes podías conseguir una suspensión inmediata que detuviera el bloqueo, sin embargo, hoy, con las nuevas reglas, ese acto puede ejecutarse mientras el juez analiza tu caso y correrías el riesgo de que la justicia te llegue tarde.
  • Un interés legítimo más estricto. Ya no bastará decir que algo te “podría afectar”, ahora tendrás que demostrar un daño directo y diferenciado, por lo que el acceso al amparo se vuelve más estrecho.
  • Retroactividad que esta en disputa. El Senado incluyó un artículo transitorio que aplicaría la reforma a juicios que están en curso, eso alarmó a los expertos,porque el artículo 14 de nuestra Carta Magna, prohíbe la retroactividad en perjuicio del gobernado, y en este caso, la Presidenta ya rechazó esa inclusión, pero la controversia sigue abierta.
  • Digitalización y plazos más estrictos. Ahora, se contempla que el juicio de amparo opere más en línea, con notificaciones digitales y plazos más claros. Aunque, paradójicamente, en lugar de acortar los tiempos, se amplía el plazo a 90 días, lo cual es una contradicción que muchos expertos han señalado.

¿Por qué se reformó el amparo?

Desde el Senado se argumenta que este recurso había sido “abusado” por empresas y grupos con poder para frenar obras estratégicas o políticas públicas, como ocurrió con megaproyectos de infraestructura o decisiones de gobierno. De acuerdo con esta narrativa, la reforma busca evitar que una sola persona, con un amparo, detenga decisiones que consideran de interés general, además de modernizar el proceso con notificaciones digitales y plazos más claros, sin embargo, los críticos responden que lo que el gobierno llama abuso, en muchos casos eran comunidades o ciudadanos defendiendo su tierra, su medio ambiente o su patrimonio. En otras palabras, mientras la versión oficial habla de la eficiencia, muchos juristas ven un debilitamiento del ciudadano frente al poder.

Habiendo dicho esto, lo importante es preguntarte: ¿Qué significa esto para ti?

Te puedo dar ideas… que, si mañana aprueban una norma absurda, no podrás frenarla para todos, solo para ti; que si la autoridad comete un abuso contra ti, puede ejecutarlo antes de que un juez alcance a protegerte; que si presentas un amparo sin un daño directo y comprobable, lo más probable es que te lo rechacen; que incluso si ya tienes un amparo en trámite, existe la posibilidad de que le apliquen las nuevas reglas; así entre más posibles escenarios.

El Senado sostiene que la reforma busca evitar que el amparo se use para detener obras o políticas públicas ya que se ha “abusado” de él, pero muchos críticos advierten que esto podría volverse una reforma pro-autoridad lo que se traduce a: más difícil para ciudadanos comunes defenderse.

Como abogada, estoy convencida de que México no necesita debilitar el amparo, sino fortalecerlo, hacerlo más accesible, más rápido, más cercano. Porque un país donde la autoridad todavía comete abusos cotidianos necesita más defensas, no menos.

Desde Derecho en Perspectiva, sostengo que si el amparo se encoge, la justicia también. Pero aún estamos a tiempo de exigir que esta reforma no sea un retroceso, sino una oportunidad para modernizar un recurso que ha sido orgullo de México. La verdadera prueba será si logramos que el amparo siga siendo lo que siempre debió ser: el escudo ciudadano frente al poder.

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