
Con una inversión proyectada de 10 mil millones de pesos anuales durante el sexenio, la jefa de Gobierno, Clara Brugada lanzó el Sistema Público de Cuidados, con el cual buscará atender a sectores vulnerables como personas con discapacidad, adultos mayores, y niños, además de otorgar apoyo a quienes asumen la responsabilidad de su cuidado.
En el marco del Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, la jefa del Ejecutivo local presentó este programa que tiene como objetivo visibilizar y enfrentar la desigualdad de género a través de una serie de políticas de apoyo a la población con necesidades de cuidado.
La mandataria subrayó que el proyecto implica la construcción de 200 lavanderías, 200 comedores comunitarios, y 200 centros de cuidado y desarrollo infantil. Estas nuevas instalaciones, junto con la expansión de servicios ya existentes a cargo del DIF y la Secretaría de Bienestar, serán parte del esfuerzo de descentralización y fortalecimiento de la infraestructura urbana de cuidados, cuyo objetivo es avanzar en seis años lo que no se ha logrado en décadas.
La propuesta del sistema público de cuidados ha sido inspirada por las primeras iniciativas de este tipo en Iztapalapa, que, de acuerdo con la jefa de Gobierno, sientan un precedente de cómo coordinar infraestructura y programas sociales para atender mejor las necesidades de cuidados en la ciudad. Asimismo, indicó que las metas a largo plazo del programa incluyen garantizar que toda persona que lo necesite, sin importar su situación económica, pueda acceder a cuidados de calidad.
Se estima que en la capital mexicana, cerca de tres millones de personas necesitan algún tipo de cuidado. Los grupos con mayores requerimientos son los menores de cinco años y las personas que no pueden realizar actividades diarias, quienes ascienden a 126 mil. Asimismo, un análisis de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares reveló que un millón 248 mil mujeres se encargan de cuidados frente a 660 mil hombres, siendo esta carga un reflejo de la desigualdad de género. Las mujeres dedican en promedio 51 horas semanales a estas tareas, mientras que los hombres dedican solo 22 horas.
La mayor concentración de cuidado recae en mujeres entre los 18 y 40 años, edad en la que estas enfrentan también responsabilidades laborales y personales. Además, se identificó que el 10% de las personas cuidadoras son menores de edad, revelando la carga compartida entre adultos y niños, quienes a menudo también cuidan de personas mayores.
Participación gradual y presupuestal
El presupuesto estimado para toda la administración asciende a 60 mil millones de pesos, los cuales incluyen no solo la construcción de la infraestructura mencionada, sino también el mantenimiento de programas ya en funcionamiento como “Desde la Cuna” y otros apoyos económicos dirigidos a personas cuidadoras.
Este estímulo, aún en proceso de definición, busca reconocer y apoyar a quienes han dedicado su vida a estas labores, sin que el beneficio se considere un sustituto del valor completo de estas tareas.
La jefa de Gobierno explicó que la implementación del sistema será gradual, con proyectos distribuidos por etapas para asegurar una ejecución sostenible y evitar la sobrecarga de recursos. Además, puntualizó que será importante aprobar una ley en el Congreso capitalino que formalice el sistema y asegure la continuidad de los recursos destinados al cuidado, independiente de futuras administraciones.
También destacó la importancia de reconocer el trabajo de cuidado como una actividad económica esencial.
“Hay un conjunto de trabajos y tareas que realizamos cada día, desde cuidar a los hijos hasta mantener el hogar, que históricamente han recaído en las mujeres sin retribución ni reconocimiento,” enfatizó. Explicó que este sistema buscará transformar esta situación, creando una ciudad que cuide a quienes históricamente han sostenido los hogares.
El sistema público de cuidados estará sustentado en tres principios, conocidos como “las tres erres”: revalorar, reducir y redistribuir el trabajo de cuidados. La primera “R”, revalorar, se orienta a reconocer socialmente el valor económico del cuidado no remunerado. La segunda, reducir, tiene como fin disminuir la carga de tiempo que las mujeres destinan a estas tareas. Finalmente, la redistribución apunta a dividir equitativamente el trabajo de cuidados entre el Estado, las empresas y la comunidad, además de fomentar su reparto al interior de las familias.
Inclusión de sociedad civil y enfoque en derechos humanos
La propuesta incluye la colaboración con organizaciones de la sociedad civil, especialmente aquellas con experiencia en cuidado de sectores vulnerables como la Red Nacional de Refugios y otras ONGs que han desarrollado métodos y recursos especializados. Este enfoque colaborativo pretende maximizar el impacto de los programas y asegurar que la atención esté orientada a cubrir los derechos de los beneficiarios, con especial atención en el respeto y evaluación de casos individuales para determinar la cantidad de horas de cuidado necesarias.
Además, Brugada aclaró que el proyecto será inclusivo y flexible, con horarios extendidos en las instalaciones, aunque con turnos de personal ajustados a una jornada laboral estándar de 8 horas.
Implementación en las alcaldías y colaboración educativa
Las alcaldías jugarán un rol importante en la expansión de estos servicios, especialmente en el sector de educación infantil, que también cuenta con recursos y espacios a nivel local. El Gobierno de la Ciudad y las alcaldías cooperarán en el diseño y operación de los centros de cuidado y desarrollo infantil, donde se implementarán directrices comunes para garantizar una atención digna y regulada en todas las instalaciones. Además, la propuesta incluye la utilización de espacios escolares para actividades extracurriculares que servirán de apoyo en horarios fuera del horario escolar regular.